Amiga violada
Esta semana pasada, una amiga ha sido violada. En estas fechas de felicidad, en las que todos pensamos de los dem¨¢s y de nosotros mismos que, en el fondo, no somos tan malos, mi amiga ha tenido que abandonar su casa, todav¨ªa estremecida de terror. Ni tan siquiera el dulce sabor del turr¨®n ha logrado borrar el agrio recuerdo del semen que se vio forzada a tragar. Mi amiga, cuando, incluso drogada, puede descabezar un sue?ecito, recuerda la m¨¢scara que cubr¨ªa la cara del salvaje que abus¨® de ella. Su cabeza no siente la almohada, sino el fr¨ªo contacto del ca?¨®n del arma que durante 20 minutos tuvo en su nuca.Mi amiga, ciudadana vasca y espa?ola, en estos momentos no comprende por qu¨¦ existen tan tos cuerpos policiales distintos ni para qu¨¦ sirven. Tampoco en tiende esas primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos que nos torturan con que, por ejemplo, si pactan o no el PSOE, EA, PNV, EE, HB, etc¨¦tera, y s¨ª se ve obligada a en tender esas frases de aliento del tipo de: "Lo superar¨¢s", "Desdramat¨ªzalo", "Vamos a hacer lo posible para...", y que su peque ?a tragedia sea eso, peque?a.
Asqueada, supone que en el terrible supuesto de haber quedado embarazada y decidiera abortar, los ¨ªnclitos miembros de la Asociaci¨®n Pro Vida le considerar¨¢n poco menos que una asesina, y que si decidiera tener ese ni?o, muchos fariseos har¨¢n chalos con las orejas. Mi amiga no soporta en estos momentos que un hombre la mire m¨¢s o menos fijamente, y se siente tan manchada que ni tan siquiera se atreve a comentar su triste experiencia con la gente.
Mi amiga se averg¨¹enza de s¨ª misma, y palidece ante la posibilidad de que su caso aparezca en los papeles y que su nombre, aunque tan siquiera fuesen sus iniciales, constara en ellos.
Mi amiga sufre, y yo, un macho; de esta ilustre sociedad, en el a?o del Se?or de 1987, gobernado auton¨®mica, estatal y comunitariamente, s¨®lo siento asco.-
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