Gassman es mucho Gassman
En el oto?o de 1977, viajando en avi¨®n hacia Estados Unidos, donde debe incorporarse al rodaje de La boda, de Altman, Vittorio Gassman lee Affabulazione, de Pier Paolo Pasolini. La lectura le produce "un emozione grandissima, motivata soprattuto da una ragione: la tematica". El tema no puede ser m¨¢s pasoliniano: la relaci¨®n entre padre e hijo; el padre que intenta devorar al hijo y ¨¢caba siendo devorado por ¨¦ste; el padre, un prepotente industrial lombardo, laico y liberal, al que cierta angustia -muy de su ¨¦poca: Pasolini escribe Affabulazione en 1966-, un cierto delirio, terminan por convertirle en hijo de su propio hijo.En Affabulazione, Gassman ve no s¨®lo la relaci¨®n con su propio padre, sino tambi¨¦n la relaci¨®n con sus padres e hijos teatrales, fantasmas encarnados por ¨¦l, y por si ello no fuera suficiente, ahora, en el Mercat de les Flors, se ve ¨¦l, el actor Vittorio Gassman, representando el papel de padre frente a su hijo, el joven actor -el pr¨®ximo mes cumplir¨¢ 22 a?os- Alessandro Gassman.
Affabulazione
Autor: Pier Paolo Pasolini. Int¨¦rpretes: Vittorio Gassman, Paila Pavese, Eleonora di Mario, Sergio Meogrossi y Alessandro Gassman. Escenografia: Gianni Polidori. Direcci¨®n: Vittorio Gassman. Mercat de les Flors. Barcelona, 13 de enero.
Al margen de la tem¨¢tica de la obra, al actor debi¨® sorprenderle en Affabulazione su estructura teatral, un tanto an¨®mala -teatro en verso, tragedia en verso, en verso libre, con personajes de hoy que hablan en verso, como en Cocktail Parry, de Eliot, s¨®lo que aqu¨ª, como en Italia, ese texto suele traducirse en prosa-, y su lenguaje. Pienso que un hombre como Gassman, un actor culto, familiarizado con los cl¨¢sicos, debi¨® quedar fascinado ante el reto que supon¨ªa ese texto tan rico, ese irrepresentable, que despu¨¦s de la muerte de Pasolini (1975) se hab¨ªa ofrecido ya en dos ocasiones -una en Tur¨ªn, por una compa?¨ªa de gente joven, y otra en Par¨ªs, por Marcel Auclair- sin ning¨²n ¨¦xito.
Total, que en 1977 Gassman se decide a montarlo y obtiene un gr¨¢n ¨¦xito. ?xito que se renovar¨¢ al a?o siguiente y ocho a?os m¨¢s tarde, en 1986, cuando el actor repone la obra como "homenaje al misterio humano y art¨ªstico de Pier Paolo Pasolini".
Ese ¨¦xito reside, a mi modo de ver, en la personalidad de Gassman. Es su presencia, su fuerza, su arte lleno de matices, capaz de pasar en un santiam¨¦n de la brutalidad a la ternura, del sarcasmo a la iron¨ªa, su total compenetraci¨®n con el discurso ed¨ªpico y original¨ªsimo de Pasolini, la verdad teatral de su interpretaci¨®n, que llega, que emociona, lo que hace de esa obra un ¨¦xito. Dicho de otro modo: sin Gassman, sin Vittorio Gassman, ese texto no pasa. Todo lo que hay de torpe, de did¨¢ctico, de reiterativo, en Affabulazione, s¨®lo se olvida cuando Gassman est¨¢ en el escenario. S¨®lo en algunos momentos, Paila Pavese (la madre / la adivina), una muy notable actriz, consigue darle la r¨¦plica. Alessandro, su hijo, podr¨¢ motivar al padre, pero no convence; es sincero, tiene una cierta fuerza, pero es todav¨ªa muy tierno, vocaliza torpemente y resulta totalmente anulado por la presencia apabullante del padre / actor Vittorio Gassman.
Pese al intento de Gassman de renunciar a cualquier amago de teatralizaci¨®n de la obra de Pasolini, lo cierto es que el montaje refleja lo contrario. Estamos ante una concepci¨®n teatral y escenogr¨¢fica vieja, dat¨¦e, con algunas ocurrencias que incluso molestan, como esa voz de la sombra de S¨®focles escuchada a trav¨¦s de un amplificador. Pero, claro, ?c¨®mo iba a renunciar Gassman a ser padre y S¨®focles a la vez, con las hermosas cosas que dice el fantasma del tr¨¢gico griego? Y es que Gassman es mucho Gassman. A veces, incluso demasiado Gassman.
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