Cultura impuesta

Me sent¨ª contenta al enterarme que, por fin, los alumnos de segunda ense?anza se hab¨ªan unido, y protestaban. Sin embargo, no creo que este movimiento tenga una buena orientaci¨®n. Desde que comenz¨®, me ha parecido que no tienen claro lo que desean, y, sin quererlo, han planteado unas exigencias que hacen el juego a los actuales responsables de la educaci¨®n, poni¨¦ndose en sus mismos t¨¦rminos.Este sistema educativo necesita una reforma profunda, no nuevos parches. Lo que se ense?a en colegios e institutos no interesa, es s¨®lo un paso para ser admitido en la sociedad. Acabar el temario, que los alumnos tengan buenas notas termina siendo lo ¨²nico importante. Al alumno no se le hace responsable de sus deseos, de su derecho a pensar y discernir sobre lo bueno y lo malo, lo que interesa y lo que no interesa. Se le hace responsable de las necesidades funcionales de la sociedad, pocas veces de las suyas propias.

No se puede imponer la cultura. El ni?o debe descubrir el atractivo de cada materia, y en esa tarea es indispensable la ayuda del profesor. Parece que se nos ha olvidado el fin ¨²ltimo de la educaci¨®n; que un ni?o pueda desarrollar sus inclinaciones; llegue a ser un individuo independiente, completo, libre; conozca el mundo en el que vive y sea capaz de transformarlo. En definitiva, que tenga una vida feliz y plena. (Alguno sonreir¨ªa condescendiente). Mientras sigamos pensando que ¨¦ste es el mejor sistema de los posibles, con sus formas de aprendizaje y calificaciones, seguiremos viendo que los espa?oles no leemos o leemos muy poco; apenas; vamos al cine, al teatro o a alguna exposici¨®n; desconocemos la pol¨ªtica, la econom¨ªa, los avances cient¨ªficos, de nuestro pa¨ªs y de los pa¨ªses que nos rodean- Estudiante de 1? de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica.