Frank Vargas, el general m¨¢s macho de Am¨¦rica del Sur
El conflicto ha marcado la vida de este militar universitario, miembro de una familia de 84 hermanos
El teniente general Frank Vargas Pazzos, aviador em¨¦rito ecuatoriano, hasta ayer en prisi¨®n preventiva por sublevarse dos veces entre el 7 y el 14 de marzo del pasado a?o, pod¨ªa haber encarado el golpe de Estado de 'la madrugada del viernes con la sola ayuda de su familia directa. Sus 83 hermanos y hermanastros le tienen por un l¨ªder carism¨¢tico al que adem¨¢s quieren y del que respetan su integridad y reverencian su hombr¨ªa, o, si se prefiere, su virilidad.
El padre de Frank Vargas fue el coronel Luis Vargas Y¨¦pez, quien cas¨® con do?a Ida Pazzos, de la que tuvo 12 hijos. Estragado el vientre de la esposa, el coronel, ferviente defensor de la causa liberal con las armas en la mano, prosigui¨® difundi¨¦ndola con otros medios hasta engendrar 71 hijos m¨¢s de entre los que se tenga noticia de que fueran santificados y reconocidos bajo su apellido. Su hacienda ecuatoriana se llama Medio Mundo, no tanto por su extensi¨®n ni por la nutrida familia que la puebla, sino porque el coronel Luis Vargas decidi¨® dedicar media vida, la mitad de su mundo, de sus afectos y de sus capacidades gen¨¦sicas a su familia legal, natural y -acaso- sobrenatural, y la otra mitad, el, otro medio mundo, a la defensa guerrera de sus ideales liberales.
'Medio mundo'
'El coronel Vargas ya hace a?os que goza de la paz del Se?or tras haber sembrado b¨ªblicamente sus tierras. Su viuda (cas¨® a los 15 a?os y tiene un hijo var¨®n de 72) maneja Medio Mundo a sus 87 a?os con la misma energ¨ªa que su hijo Frank despliega en sus asonadas, altiva sobre los despojos de su extinta hermosura, s¨®lo tocada por problemas oftalmol¨®gicos que la obligan a utilizar anteojos con viejos cristales como culos de botellas, tras los que pastorea la grey heredada de los litros de esperma, para nada desperdiciados, del coronel.De los 71 hijos naturales de multitud de vientres y bajo el apellido Vargas no hay excesivas noticias, pero s¨ª se sabe que los 12 Vargas Pazzos recibieron instrucci¨®n superior por empe?o de la madre en carreras liberales que parecieron orientarse gen¨¦ticamente hacia la medicina: dos hijos, dos yernos y 15 nietos del coronel son m¨¦dicos. De los 12 Vargas Pazzos -siete mujeres y cinco hombres- s¨®lo Ren¨¦ y Frank optaron por la carrera de las armas. La complicad¨ªsima familia que habita Medio Mundo nunca fue precisamente una familia militar.
Ren¨¦, general en la reserva, fue detenido imprudentemente el pasado mes de abril por dirigir una carta al presidente de la Rep¨²blica que el ingeniero Le¨®n Febres Coldero estim¨® insultante. Frente a las c¨¢maras de las televisoras apostadas ante su casa, el general Ren¨¦ Vargas fue introducido a trompadas en un furg¨®n de la polic¨ªa militar con absoluto desprecio de su condici¨®n ciudadana y de su rango. Los vecinos presentes protestaban de la brutalidad policial sobre un hombre que no se resist¨ªa a su detenci¨®n. Su esposa, que le desped¨ªa, perdi¨® los nervios y comenz¨® a proferir alaridos y a dar manotazos. A culatazos, agarr¨¢ndola por las nalgas, levant¨¢ndole las polleras, la metieron de cabeza en el furg¨®n, llev¨¢ndosela tambi¨¦n presa. Todo ello servido en directo por los canales televisivos quite?os para mofa del oficialismo, escarnio de la oposici¨®n y violencia moral del hermano levantisco ya en prisiones militares.
La biograf¨ªa del teniente general Frank Vargas es lo suficientemente sugestiva como para ser analizada con sumo cuidado intelectual. Alcanz¨® el mayor rango en la fuerza a¨¦rea no precisamente por su hoja de servicios -emborronada de incidentes- sino a pesar de ella: por encima de toda sospecha moral y con excelentes dotes intelectuales y t¨¦cnicas, sus innumerables trastadas y salidas de pata de banco no pudieron impedir que terminara comandando su Arma. Es el t¨ªpico militar sobre el que siempre se duda entre fusilarle o condecorarlo con una orden de m¨¦rito.
La tropa a sus ¨®rdenes le venera; es violento con los fuertes y suave con los d¨¦biles. Quienes abominan de ¨¦l s¨®lo se aventuran a calificarlo de loco y ha sido imposible enredarle en otra cosa que no sean l¨ªos de polleras. Alto, delgado, con la ancha calvicie prematura del exceso de testosterona, es atractivo para las mujeres y s¨®lo tiene 10 hijos leg¨ªtimos de sus dos matrimonios: Gina, Daisy, Frank, Silvia, Frank, VIadimir, Miluska, Yael, Daniel Espartaco y Yuri. La sola nomenclatura de la progenie define su indefinici¨®n. Nombres rusos, jud¨ªos, t¨ªpicamente estadounidenses, ese Espartaco y dos Frank para aumentar la confusi¨®n, por cuanto deseaba dos hijos con su mismo nombre de cada una de sus hasta ahora dos mujeres.
Es un excelente karateca y fan¨¢tico del duelo a machete con dos manos, en el que destaca por ser ambidextro. Sus superiores, iguales o inferiores, est¨¢n hartos de su inveterado duelismo, dif¨ªcil de soslayar en las sociedades machistas de Am¨¦rica del Sur, pero ya un poco pesado en los albores del siglo XXI. Vaya en su honra que jam¨¢s ha matado o herido seriamente a nadie.
A mediados de los a?os cincuenta se sublev¨® por primera vez en el colegio militar Eloy Alfaro: indignado por el maltrato de un brigadier sobre los cadetes, lo pu?ete¨® y pate¨® hasta dejarlo fuera de combate, siendo expulsado del centro. Se gradu¨® civilmente de bachiller y logr¨® ingresar en la fuerza a¨¦rea. Ampli¨® cursos de pilotaje y Estado Mayor en Estados Unidos, Venezuela, Panam¨¢ y Espa?a. Su anecdotario es interminable.
Durante el golpe de Estado que derroc¨® al presidente Velasco Ibarra, impidi¨® personalmente que su ala bombardeara el batall¨®n Chimborazo, acantonado en Quito, para evitar la muerte de conscriptos. Agregado militar en Londres acogi¨® por dos meses en su casa a Miss Ecuador, abandonada sin dinero y sin pasajes.
"Soldados, apunten"
En 1961 ya hab¨ªa comenzado a cruzar la siempre rara frontera. Era teniente instructor en la base de Taura y en una visita a las instalaciones girada por el entonces presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Velasco Ibarra quiso exponerle la p¨¦sima situaci¨®n material de sus soldados, mal alojados y alimentados con un rancho infame. Velasco soslay¨® con un elegante movimiento del codo al tenientillo impertinente y le dio la espalda hasta que escuch¨® un estent¨®reo: "?Soldados, apunten!". Se detuvo como petrificado, dio vuelta hacia el tenientillo, escuch¨® p¨¢lido sus reclamos y misteriosamente, no orden¨® encerrarlo.A finales de 1985 el diputado conservador Sim¨®n Ribadeneira, provoc¨®n, siempre armado, hombre que lleg¨® a disparar su arma en el Congreso, tenido por muy macho, un jabal¨ª parlamentario, le visit¨® para pedirle dos vuelos de emergencia para su provincia de los que podr¨ªa aprovechase electoralmente. El teniente general Frank Vargas le recibi¨® sentado en su despacho oficial con ocho jefes, cuatro a cada lado, firmes tras ¨¦l. "Yo estoy dispuesto a darle los vuelos que pide. Pero usted es el machito, ?no?, el que anda haciendo esc¨¢ndalos, el que dispara en el Congreso. Si usted me gana al brazo le doy los vuelos". Frank se despoj¨® de la guerrera y apoy¨® su codo en la mesa. El diputado se neg¨® al duelo y el general le ofreci¨® batirse a cuchillo extrayendo el que siempre conserva sujeto a su pantorrilla derecha. Tras haberlo humillado ante su plana mayor, Frank Vargas despidi¨® al diputado bravucon que se afloj¨®.
Contra las 'coimas'
Para terminar de complicar su biograf¨ªa debe saberse que no bebe y que es periodista, de lo que se vanagloria, aunque no ejerce. No es ese estereotipo de militarote suramericano, goril¨®n, por m¨¢s que existan pocas dudas de que sea el general m¨¢s macho de Am¨¦rica del Sur. Nadie estima que sea un intelectual, pero se ha tomado la molestia, de recibirse, adem¨¢s de en Ciencias de la Informaci¨®n, en cursos superiores de diplomacia y estudios internacionales.Sus rebeliones, no contra el gobierno derechista y retr¨®grado -pero democr¨¢tico- del ingeniero Febres Cordero, sino contra su ministro de Defensa y sus colaboradores por supuestas coimas -cobros ilegales de comisiones- en la adquisici¨®n de un modesto "Fokker", le llevaron a sublevarse dos veces en una sola semana, provocando una crisis institucional, una batalla campal con cinco muertos y numerosos heridos, su detenci¨®n, destituci¨®n y procesamiento por insurgencia, la petici¨®n de su exculpaci¨®n por el Congreso, la negativa a amnistiarle por parte del Ejecutivo y los sucesos de ayer.
Lo que han venido a derribar no era ninguna maravilla, pero lo sancionaban las urnas. En todo caso estos milicos, inspirados en Frank Vargas, o embozados tras su personalis¨ªmo cr¨¦dito humano, no pueden ser tenidos inmediatamente como herederos intelectuales de la, extinta doctrina de la seguridad nacional o como devoradores de marxistas. Es algo peor teniendo en cuenta la exquisita vigilancia del Hermano del Norte: el nacionalismo suramericano.
Pero al menos por el momento y frente al recuerdo de otros generales y, esperando que pase lo que deba de pasar, convinamos todos en que el general Frank Vargas es por el momento el general m¨¢s macho de Am¨¦rica del Sur.
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