El t¨®pico bien vestido

El mismo Sidney Lumet dio una visi¨®n m¨¢s seria, circunspecta y razonada del tema en El pr¨ªncipe de la ciudad, una cinta originalmente de tres horas realizada con las tripas en la mano. Ese tema es el de la corrupci¨®n policial y, ahogado en ella, el elemento justo. En Serpico, pel¨ªcula de 1973, ese elemento se encarna en Al Pacino, reciente a¨²n su lanzamiento espectacular como miembro activo de la familia Corleone, y se decora, con buen vestido, d¨¢ndole ¨ªnfulas modernas. Pacino es un polic¨ªa en la estela de los progres, de dudosas vestimentas, pelo largo y sangre de hippy. Precisamente ah¨ª, contrast¨¢ndolo con la impoluta presencia de los monstruos de la corrupci¨®n, es donde Serpico revela su cara al descubierto, la del filme te¨®ricamente evolucionado y a contracorriente del por entonces naciente cine llamado reacionario: Charles Bronson, por aquellas fechas, empezaba implacable a ajusticiar ovejas decarriadas. La historia de Serpico, para redondear su tez veros¨ªmil, se basa en un hecho real.Es un cine bien concebido y ejecutado, bienintencionado y asequible, f¨¢cil. Pero, cuando el velo se levanta y se intenta alcanzar el alma, el desencanto aparece. Serpico, pues, en el fondo, es s¨®lo superficie. Bien vestida, pero superficie al fin y al cabo.

Serpico se emite hoy a las 21.35 por TVE-1.