El Vaticano insta a los pa¨ªses ricos a que ayuden a los menos favorecidos

El Vaticano present¨® ayer un documento a la Prensa internacional, que ha sido calif¨ªcado como "ins¨®lito" en el que se hacen "consideraciones ¨¦ticas acerca de la deuda internacional". El documento, que adelanta una especie de nuevo Plan Marshall, es decir, "un sistema de ayuda de los pa¨ªses industrializados en favor de los pa¨ªses menos ricos" ha sido redactado por la Comisi¨®n Pontificia Justicia y Paz, y fue presentado por el presidente de la misma, el cardenal franc¨¦s Roger Etchegaray.

Exponiendo las razones del documento, el cardenal ha explicado que la Iglesia considera "grave, urgente y complejo el problema de la deuda internacional para el futuro de numerosos pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo".El Vaticano ha insistido en que el documento -que se inclina m¨¢s bien a favor de los pa¨ªses deudores, aunque se mueve en la cl¨¢sica diplorriacia vaticana- tiene un caracter esencialmente. "¨¦tico", ya que la Iglesia, se dice, no puede ni debe presentar ni imponer soluciones concretas para un problema tan discutido y que no se refiere al terreno exclusivo de la fe. En la presentaci¨®n del documento, el carderial Etchegaray va m¨¢s all¨¢ de lo que despu¨¦s se defiende en el texto, ya que afirma tajantemente: "El servicio de la deuda no puede ser satisfecho sirio al precio de una asfixia de la econom¨ªa de un pa¨ªs. Ning¨²n Gobierno puede exigir moralmente de su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad de las personas".

Inspiraci¨®n divina

El padre Jorge Mej¨ªa, vicepresidente de Justicia y Paz, explic¨® ayer, ante el temor de que el documento, en el que no figura una sola vez la palabra 'Dios, pueda considerarse s¨®lo t¨¦cnico o demasiado laico, que la sustancia del mismo "ahonda sus ra¨ªces en el lejano magisterio de la Iglesia y en su doctrina social", y que de alg¨²n modo "est¨¢ inspirado en el evangelio".

Alguien observ¨® durante la conferencia de prensa, sin embargo, el hecho de que el documento no lleva la firma del Papa. La respuesta fue que, aunque en ¨¦l no aparece la firma papal, ha sido deseado y aprobado igualmente por Juan Pablo II.

El documento es un an¨¢lisis del problema de la deuda internacional que parece hecho, m¨¢s que por obispos, por t¨¦cni cos de econom¨ªa, y se dirige conjuntamente, a veces con consejos concretos, a los responsables de los pa¨ªses industrializados, a los de los pa¨ªses en desarrollo, al Fondo Monetar¨ªo Internacional, a los bancos internacionales y a las organizaciones financieras multilaterales.

El nudo del documento consiste en una fuerte llamada a los acreedores frente al Tercer Mundo para que no se olviden de las graves responsabilidades que tienen frente a los deudores.