El porvenir de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz

Personal o colectivamente, m¨¢s de una vez he pedido a los poderes p¨²blicos buena voluntad para resolver favorablemente: la dificil situaci¨®n econ¨®mica en que se encuentra la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz. A ello me mov¨ªa no s¨®lo mi amistad con su creador y la alta estimaci¨®n que su obra como m¨¦dico, maestro e investigador merece; tambi¨¦n, y acaso en primer t¨¦rmino, la Firme convicci¨®n de que el Esta,do -adem¨¢s de hacer por la e?(-,ncia y la asistencia m¨¦dica lo mucho a que como gestor del b.len com¨²n est¨¢ obligado- debe promover la creaci¨®n de fundaciones y,n cuanto pueda, potenciar la actividad de las que ya existen, exigiendo de ellas m¨¢xima eficacia en el cumplimiento de sus fines.A mi modo de ver, tal es el caso de la Fundaci¨®n Jim¨¦rtez D¨ªaz. Razones econ¨®micas, en gran parte derivadas del coste creciente de la asistencia al enfermo, ponen en grave riesgo su pervivencia.

Teniendo en cuenta lo que ej,la ha sido y puede seguir siendo en la medicina espa?ola, ?por qu¨¦ la Administraci¨®n p¨²blica no arbitra una f¨®rmula para que, con todas las garant¨ªas exigibles, si,ga donde est¨¢ y pueda ser para la sociedad espa?ola todo lo que su creador quiso de ella?-