El Senado carece de pruebas de que Reagan autorizar¨¢ el desv¨ªo de fondos a la 'contra'
No hay pruebas concluyentes, por el momento, de que Ronald Reagan supiera o hubiera autorizado el desv¨ªo de fondos a la contra procedentes de la venta de armas a Ir¨¢n, pero el presidente y sus principales colaboradores jugaron un papel en la ayuda a los rebeldes -que el Congreso hab¨ªa prohibido-, mayor del que se hab¨ªa supuesto hasta ahora. Reagan s¨®lo persegu¨ªa la liberaci¨®n de los rehenes y la justificaci¨®n estrat¨¦gica de la operaci¨®n se hizo a postetiori para enmascarar un pago de rescate. Estas son las principales revelaciones del informe de 65 p¨¢ginas hecho p¨²blico por el Comit¨¦ de Informaci¨®n del Senado, y que detalla las investigaciones realizadas hasta ahora en el Irangate.
El informe, la relaci¨®n m¨¢s completa hasta ahora de lo sucedido, revela una pol¨ªtica exterior hecha por aficionados y un descontrol de las operaciones de la Casa Blanca. Describe c¨®mo los altos cargos de la Admin¨ªstraci¨®n se enga?aban entre ellos y enga?aban al Congreso sobre la operaci¨®n iran¨ª. Por ejemplo, la Casa Blanca minti¨® a la CIA sobre la legalidad de la operaci¨®n iran¨ª, cuando el Pent¨¢gono insist¨ªa en que era ilegal. Aparece claro que el director de la CIA, WiIllam Casey, minti¨® al Congreso el pasado noviembre, cuando ya sab¨ªa bastante sobre el desv¨ªo de dinero, a la contra, cosa que neg¨®. El secretario de Estado adjunto para Latinoam¨¦rica, Elliot Abrams, tampoco dijo al Comit¨¦ de Informaci¨®n del Senado lo que sab¨ªa acerca de la ayuda para los antisandinistas solicitada por EE UU a terceros pa¨ªses.La Casa Blanca dijo ayer, sin embargo, que el presidente "est¨¢ complacido" de que el informe confirme que ¨¦l no sab¨ªa nada del ilegal desv¨ªo de dinero a los antisandinistas, pero miembros del Congreso explicaron que el documento es s¨®lo una investigaci¨®n preliminar que servir¨¢ de base a las investigaciones que ahora iniciar¨¢n nuevos comit¨¦s parlamentarios y un fiscal especial. Hasta que John Poindexter y el teniente coronel Oliver North cuenten todo lo que saben -hasta ahora se han negado a hablar- no se podr¨¢ concluir definitivamente la inocencia presidencial, declar¨® el presidente del Comit¨¦ de Informaci¨®n del Senado, el dem¨®crata David Boren.El informe, que contiene m¨¢s interrogantes que respuestas, sirve, sin embargo para establecer que la principal preocupaci¨®n de Reagan era intercambiar armas por los rehenes secuestrados en L¨ªbano, y que no una apertura estrat¨¦gica a los moderados en Ir¨¢n. Esta preocupaci¨®n, junto al deseo israel¨ª de establecer contactos con Ir¨¢n y la presi¨®n de intermediarios extranjeros y traficantes de armas, aparecen en el informe como las claves que explican el Irangate. Casi tres meses de investigaciones han sido insuficientes para saber a d¨®nde fue a parar el dinero desviado de la operaci¨®n secreta con Ir¨¢n.
Cuentas bancarias
El comit¨¦ ha descubierto nuevas cuentas bancarias, adem¨¢s de las de Suiza, en las islas Cayman y Panam¨¢. Se apunta a que al guna de estas cuentas era controlada ¨²nicamente por personas privadas, como el ex general del aire retirado Richard Secord y ex agentes de la CIA. El informe, que es una enumeraci¨®n de hechos y declaraciones sin conclusiones o juicios de valor, descubre que la idea de desviar a la contra dinero procedente de la venta de armas a Ruhol¨¢ Jomeini, fue puesta en pr¨¢ctica desde el primer suministro de material b¨¦lico a Teher¨¢n, realizado directamente por Estados Unidos en febrero de 1986.
El presidente particip¨® en varias reuniones en 1986, en las que estuvo presente North (que vio al presidente 17 veces a lo largo del Irangate, aunque, al parecer, nunca a solas), para discutir la ayuda a la contra, cuando estaba prohibida por el Congreso. Algunas de estas reuniones ocurrieron poco despu¨¦s de que North escribiera un memor¨¢ndum con planes para desviar 12 millones de d¨®lares para los antisandinistas. En uno de estos encuentros se discuti¨® la posibilidad de pedir ayuda a terceros pa¨ªses, y el secretarlo de Estado, George Shultz, consigui¨® 10 millones de d¨®lares del sult¨¢n de Brunei. Pero el Departamento de Estado, explica el informe, no hizo nada para controlar ese dinero que tambi¨¦n se ha esfumado. Reagan estaba preparado, en septiembre pasado, para agradecer a Israel su oferta de enviar un cargamento de armas sovi¨¦ticas a la contra.
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