Relevo
Al parecer, nuestra generaci¨®n hizo el amor sin medida durante la d¨¦cada prodigiosa. Muchas de esas criaturas que ahora se rebelan en las calles y en las aulas fueron engendradas en el interior de los primeros seiscientos y luego vinieron al mundo junto con una avalancha de nuevas mercanc¨ªas en medio de un estruendo de cacharros. Cantaba Adamo, y el producto nacional bruto crec¨ªa tanto o m¨¢s que la verga de los guardias. En aquel tiempo la Universidad tambi¨¦n estaba en armas. Los estudiantes quer¨ªan ser libres. No obstante, bajo los gases lacrim¨®genos el parque m¨®vil se incrementaba: los reci¨¦n casados tiraban a la vez de un cochecito de beb¨¦ y de un carrito en el supermercado de la esquina. A la sombra de los escaparates repletos, nuestra generaci¨®n fue invitada a reproducirse con alegr¨ªa como lo hac¨ªan las m¨¢quinas y los bienes. Ahora dicen los soci¨®logos que el malestar actual obedece a que existe una superproducci¨®n de j¨®venes y esta desgracia la achacan a que nuestra generaci¨®n copul¨® de un modo ciego durante la d¨¦cada prodigiosa, cuando la vida luc¨ªa un esplendor de falsa salchicha de Francfort.La primera obligaci¨®n de los hijos consiste en educar a los padres. Aquellas criaturas tuvieron una lactancia feliz, atravesaron la crisis del petr¨®leo montadas en un caballito de cart¨®n, asistieron a los funerales de Franco desde el sill¨ªn de la bicicleta, pero al llegar a la adolescencia vieron el desencanto o el fracaso reflejados en nuestro rostro, y despreci¨¢ndonos en silencio actuaron ya por su cuenta. Comenzaron a amarse sin culpa y a aburrirse sin traumas en las aceras de la ciudad. Mascaban chicle con mirada ovina ante el futuro cerrado y no sab¨ªan mentir. De pronto se han rebelado. Nuestra generaci¨®n luch¨® por la libertad y estas criaturas pelean por la subsistencia. Alguien ha afirmado que el relevo de los socialistas tardar¨ªa en producirse porque los nuevos l¨ªderes estaban todav¨ªa estudiando BUP. Pues bien, los chicos de BUP ya se hallan en la puerta de la Moncloa. Los nuevos h¨¦roes ya han llegado.
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