Exclusivos y noct¨¢mbulos
En Barcelona, hablar de grandes almacenes es hacerlo casi en exclusiva de El Corte Ingl¨¦s y de Galer¨ªas. Ambos disponen de secciones de librer¨ªa, pero con ventas y organizaci¨®n muy diferentes. Sin ning¨²n g¨¦nero de dudas, la de El Corte Ingl¨¦s es m¨¢s completa y m¨¢s frecuentada. Esta empresa no s¨®lo ofrece un surtido casi completo, en el que s¨®lo se echan en falta peque?as editoriales, sino que ha contado en ocasiones con exclusivas absolutas. Al margen de algunas grandes obras, promocionadas televisivamente con la coletilla "de venta en El Corte Ingl¨¦s", estos almacenes han ofrecido a sus clientes una serie de libros en ediciones especialmente hechas para ellos, al menos en dos ocasiones. La primera fue hace tres a?os, cuando una oferta de promoci¨®n de libros otorgaba al cliente que compraba una cantidad determinada de ejemplares el derecho a recibir otro cuya edici¨®n hab¨ªa sido realizada en exclusiva para este fin por la editorial Plaza y Jan¨¦s. Se trataba de ediciones de bolsillo de t¨ªtulos del cat¨¢logo de la editorial previamente pactados, pero en edici¨®n especial para los clientes del gran almac¨¦n.Un a?o despu¨¦s, la misma editorial negoci¨® con estos almacenes la venta en exclusiva de tres estuches en los que se inclu¨ªan dos vol¨²menes en cada uno de ellos. Aunque los t¨ªtulos pod¨ªan ser comprados independientemente en cualquier librer¨ªa y al mismo precio (se trata de obras tan conocidas como Juego mortal, de Larry Collins; La aguja dorada, de Montserrat Roig; El hombre que hablaba de Octavia de C¨¢diz, de Alfredo Bryce Echenique), el conjunto, estuchado y con las reproducciones de las firmas de los autores, s¨®lo pod¨ªa ser encontrado en El Corte Ingl¨¦s.
En Barcelona, y en otros tiempos, hubo otros centros de ventas importantes, hoy bastante alica¨ªdos: los drugstores. En los ¨²ltimos a?os sesenta y primeros setenta, la librer¨ªa del drugstore del paseo de Gracia ofrec¨ªa una de las mejores selecciones de libros importados de los pa¨ªses latinoamericanos, en algunos casos casi parec¨ªa que burlando la censura. El recinto era -sigue siendo- peque?o, pero congregaba a no pocos interesados en la lectura de determinados textos de dif¨ªcil adquisici¨®n en librer¨ªas m¨¢s convencionales. La organizaci¨®n de la librer¨ªa parec¨ªa pensada para resaltar los vol¨²menes de ensayos, con atenci¨®n especial a autores de la izquierda, en la medida en que pod¨ªan ser distribuidos en Espa?a. Los cambios de h¨¢bitos en los noct¨¢mbulos barceloneses de aquellos a?os, la disminuci¨®n del inter¨¦s por este tipo de libro y el envejecimiento de aquella progres¨ªa fueron factores que hicieron perder vitalidad a aquel peque?o espacio atiborrado.
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