El Gobierno de Virgilio Barco asegura que acabar¨¢ con el tr¨¢fico de drogas en Colombia
El Gobierno colombiano ha asegurado que la detenci¨®n de Carlos Lehder es s¨®lo el primer paso para acabar con el imperio de las mafias del narcotr¨¢fico en el pa¨ªs. Con el arresto y posterior env¨ªo a Estados Unidos, el pasado mi¨¦rcoles, del famoso traficante de drogas, el presidente Virgilio Barco va m¨¢s lejos que ning¨²n otro jefe de Estado colombiano en la lucha contra este fen¨®meno y devuelve la confianza en la capacidad del Estado para hacerle frente.
Dicha confianza estaba muy mermada despu¨¦s de las recientes denuncias sobre m¨²ltiples casos de corrupci¨®n en las fuerzas de seguridad.Expertos de la ciudad de Medell¨ªn, el principal centro de producci¨®n de coca¨ªna del mundo, consideran que el Gobierno necesitaba la detenci¨®n de un pez gordo de la mafia local para que toda la campa?a de persecuci¨®n desatada tras el asesinato, el pasado mes de diciembre, del periodista Guillermo Cano no terminase en fracaso.
Ha ca¨ªdo tal vez el menos gordo de los grandes capos colombianos, pero s¨ª una persona de un significado y una relevancia especial, por su pasado como uno de los iniciadores del comercio de coca¨ªna a Estados Unidos y su permanente actividad contra el tratado de extradici¨®n firmado en 1979 entre los Gobiernos de Washington y Bogot¨¢, que constituye el arma m¨¢s temida por los narcotraficantes.
Por su temperamento desafiante y poco dado a la negociaci¨®n, y por la crisis econ¨®mica que sufr¨ªa desde hace dos a?os, Lehder era el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena de los narcotraficantes colombianos. Su detenci¨®n, sin embargo, seg¨²n medios locales, ha desmoralizado y obligado a tomar serias precauciones a otros integrantes del llamado c¨¢rtel de Medell¨ªn, en el que se agrupan personajes que ingresan al a?o entre 1.000 y 2.000 millones de d¨®lares (entre 127.000 y 254.000 millones de pesetas) por el env¨ªo de coca¨ªna a Estados Unidos
.'Chicago de los ochenta'
Por primera vez, todos ellos se han dado cuenta de que Barco parece hablar en serio. Hoy es imposible encontrar en Medell¨ªn a ninguno de los grandes, medianos o peque?os due?os del lucrativo negocio, mientras que hasta ahora se dejaban ver en fiestas y corridas de toros como cualquiera de los ciudadanos m¨¢s respetables de este Chicago de los ochenta, en el que la vida m¨¢s cara vale 50.000 pesos (unas 25.000 pesetas), la minuta de un mat¨®n que se contrata en cualquier esquina.El propio Lehder no pod¨ªa imaginar que el Gobierno se decidiese a detenerlo y dorm¨ªa pl¨¢cidamente cuando a las 7.30 del mi¨¦rcoles se inici¨® un tiroteo contra la casa pr¨®xima a Medell¨ªn en la que se encontraba desde hac¨ªa una semana.
En pocos minutos la polic¨ªa se hizo con el control de la mansi¨®n, ya que los 15 guardaespaldas del controvertido capo fueron tomados por sorpresa y apenas pudieron presentar resistencia, aunque uno de ellos result¨® herido.
Las ¨²nicas palabras que los oficiales que tornaron parte en la operaci¨®n recuerdan haberle o¨ªdo decir a Lehder fueron: "Ahora vendr¨¢n los gringos a por m¨ª". As¨ª fue. Un avi¨®n de la DEA (agencia norteamericana para la lucha contra narc¨®ticos) procedente de la base estadounidense de Guant¨¢namo, en Cuba, lleg¨® pocas horas despu¨¦s al aeropuerto militar de Catam, en Bogot¨¢, adonde Lehder fue trasladado en helic¨®ptero desde Medell¨ªn. Lehder s¨®lo estuvo 10 horas detenido en Colombia. Retenerlo por m¨¢s tiempo hubiera puesto en peligro toda la operaci¨®n.
En la casa en la que fue sorprendido se encontraron libros -el exc¨¦ntrico personaje era un adicto a la lectura- y comida para varios d¨ªas. Un vecino que ha dicho desconocer la identidad de quienes viv¨ªan en esa casa coment¨® a la Prensa que el grupo se dedicaba a "comer, beber y hacer maldades". Al especificar el tipo de "maldades", dijo que sus miembros "fumaban marihuana y eran muy homosexuales".
Este ¨¦xito policial parece relacionado con la detenci¨®n hace un mes de una mujer que se supone amante de Lehder. Fuentes policiales citadas por la Prensa aseguran que Luz Dary Valencia, la detenida, llev¨® a la pista que condujo a la polic¨ªa hasta Lehder. Dos d¨ªas antes de su captura, sin embargo, Lehder hizo llegar al corresponsal del diario El Espectador en Medell¨ªn un mensaje escrito con su pu?o y letra, y firmado por ¨¦l, en el que dec¨ªa: "La desinformaci¨®n es un delito. No conozco a Luz Dary Valencia. El escarnio p¨²blico es una violaci¨®n de los derechos humanos. Hagamos el amor, no la guerra. Lehder". En Estados Unidos, Lehder deber¨¢ responder de 12 cargos en su contra ante un tribunal de Florida.
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