Amnist¨ªa critica la acci¨®n militar en la crisis de los penales peruanos

Las fuerzas militares que sofocaron, entre el 18 y el 19 de junio de 1986, tres "motines simult¨¢neos" en las c¨¢rceles peruanas de Lurigancho, El Front¨®n y Santa B¨¢rbara, "llevaron a cabo homicidios arbitrarios" en las dos primeras durante el asalto, seg¨²n una de las principales conclusiones de la investigaci¨®n sobre los sucesos realizada por la organizaci¨®n humanitaria Amnist¨ªa Internacional (AI).En un informe hecho p¨²blico hoy por dicha organizaci¨®n, que sintetiza los testimonios recogidos en Per¨² sobre la matanza, AI afirma que, tras la rendici¨®n de los presos -en su mayor¨ªa pertenecientes a la organizaci¨®n guerrillera Sendero Luminoso-, "los homicidios continuaron en forma de ejecuciones sumarias y extrajudiciales".

Los hechos se iniciaron a las seis de la ma?ana del pasado 18 de junio, cuando "unos 350 presos acusados de terrorismo" se amotinaron en las prisiones de Lurigancho, en las afueras de Lima; en el Pabell¨®n Azul de la isla penal El Front¨®n, a 10 kil¨®metros del puerto de El Callao, y en la c¨¢rcel de mujeres Santa B¨¢rbara, en El Callao. Los amotinados, que captupron rehenes y levantaron barricadas en los pabellones, exig¨ªan garant¨ªas contra un "genocidio" que, seg¨²n afirmaban, se preparaba contra ellos.

Negociaciones frustradas

"Los intentos de las autoridades judiciales de negociar con los presos amotinados la libertad de los rehenes y una soluci¨®n pac¨ªfica al conflicto fueron frustrados por el Gobierno, que deleg¨® en las fuerzas armadas la responsabilidad total y, al parecer con poderes ilimitados, de subyugar a los amotinados", se?ala AI.En Lurigancho murieron los 124 amotinados, afirma el citado informe. De ellos, "cuando menos un centenar fueron sumariamente ejecutados despu¨¦s de rendirse, muertos de un tiro en la nuca o en la boca, mientras yac¨ªan de bruces en el suelo. Fueron soldados, guardias republicanos y oficiales enmascarados quienes llevaron a cabo dichas ejecuciones, bajo la supervisi¨®n de un general del Ej¨¦rcito. Los cuerpos fueron enterrados en secreto y posteriormente algunos fueron encontrados a 250 kil¨®metros de distancia", a?ade AI.

En la isla penal de El Front¨®n "se utilizaron morteros, lanzagranadas, cohetes y artiller¨ªa" para reducir a los amotinados. De los 154 presos que, seg¨²n AI, se encontraban en el Pabell¨®n Azul de dicha prisi¨®n AI iniciarse el mot¨ªn, "se ha reconocido que 35 sobrevivieron a los incidentes". "Hay pruebas convincentes de que algunos fueron torturados", a?ade AI.

"Los comunicados oficiales", agrega la organizaci¨®n humanitaria, "afirmaron que el resto de los amotinados quedaron sepultados por los escombros al derrumbarse el edificio. Sin embargo, Amnist¨ªa,Internacional averigu¨® que, por el contrario, el edificio del Pabell¨®n Azul fue arrasado deliberadamente despu¨¦s de que se hubieran rendido entre 60 y 90 presos".