Mel¨¦ndez, seis a?os amarrado al banco

Carlos Mel¨¦ndez no puede olvidar aquella jugada. El maldito bal¨®n describi¨® una par¨¢bola y escogi¨® la cabeza de Urbano en lugar del pu?o del portero. Gol. Ocurri¨® el 27 de octubre de 1980, en San Mam¨¦s, delante de 35.000 espectadores. Desde aquel d¨ªa, Carlos Mel¨¦ndez no ha jugado un solo partido de Liga. El Athl¨¦tic le dio la baja al final de la pasada temporada, unos meses despu¨¦s del despido del t¨¦cnico Javier Clemente, que se lo trajo al Espa?ol. Nada m¨¢s llegar a Barcelona contrajo una hepatitis que le apart¨® de los entrenamientos durante casi Cinco meses. Ahora tiene la oportunidad de volver a jugar, sustituyendo al camerun¨¦s Tommy Nkono, que acumul¨® su cuarta tarjeta frente al R¨¢cing.

La escena ten¨ªa matices teatrales. Se representaba cada siete d¨ªas, y deb¨ªa ser buena porque se mantuvo seis a?os en cartel. Los protagonistas eran un entrenador y dos porteros. Un tri¨¢ngulo en toda regla. Javier Clemente sal¨ªa del vestuario y enfilaba hacia el foso con el paso nervioso y el pitillo en la mano. Tras ¨¦l, Carlos Mel¨¦ndez, un metro y 80 cent¨ªmetros de resignaci¨®n. Mientras, la megafon¨ªa recitaba el estribillo eterno: "Con el n¨²mero uno, Zubizarreta; con el n¨²mero dos...". As¨ª, domingo tras domingo, m¨¢s alg¨²n mi¨¦rcoles a?adido.Cuando fue contratado por el Athl¨¦tic, Mel¨¦ndez ten¨ªa 21 a?os. Proced¨ªa del Basconia, una buena tarjeta de presentaci¨®n si se tiene en cuenta que 16 a?os antes un portero guipuzcoano se present¨® en San Marn¨¦s con id¨¦ntico cr¨¦dito: Jos¨¦ ?ngel Iribar. Mel¨¦ndez jug¨® dos temporadas en el Bilbao Athl¨¦tic, antes de ascender al primer equipo. Se dec¨ªa que era un guardameta valiente y el¨¢stico. Ten¨ªa buenas piernas y desplegaba unos reflejos r¨¢pidos bajo los postes. Era, en suma, uno m¨¢s de la larga lista de herederos de Iribar.

Oportunidad perdida

Su oportunidad lleg¨® despu¨¦s del domingo negro de Chamart¨ªn. Aquel 7-1 infamante sentenci¨® de por vida a Aguirreoa y entreg¨® las llaves de la porter¨ªa bilba¨ªna a Mel¨¦ndez. "Jugu¨¦ seis partidos y creo que lo hice bien, a pesar de que en San Mam¨¦s se viv¨ªa bajo la psicosis que provoc¨® la retirada de El chopo. Pero lleg¨® aquella jugada...". La cabeza de Urbano y un gol ratonero de Mara?¨®n colocaron al Athl¨¦tic con tres negativos. "La prensa se ensa?¨® conmigo. Un solo fallo me apart¨® para siempre de la porter¨ªa del Athl¨¦tic", afirma el portero.Mel¨¦ndez no ha jugado ni un solo partido de Liga desde aquel 27 de octubre de 1980. Su historial en el Athl¨¦tic se reduce a 20 partidos, la mayor parte de ellos de Copa del Rey. A juzgar por lo escueto de su historial, Clemente fue padrino muy poco generoso. "El banquillo siempre duele, pero comprendo la decisi¨®n que tom¨® Javi: otorg¨® su confianza a Zubizarreta y no vari¨® sus planes a pesar de que tuviera m¨¢s de una cr¨ªtica. Para un portero, lo fundamental el tener continuidad. Yo no la tuve".

En el banco, Mel¨¦ndez ha escuchado hasta la obsesi¨®n la cantinela: "Con el n¨²mero uno, Zubizarreta...". "Yo acud¨ªa cada domingo al campo con la ilusi¨®n de jugar. Pero Zubizarreta siempre estaba all¨ª. El tio era como una roca. No ca¨ªa jam¨¢s. ?Frustraci¨®n?. Desde luego es amargo no jugar nunca, pero he tenido algunas compensaciones. Al menos, he vivido en el Athl¨¦tic la etapa m¨¢s gloriosa del club".

Curiosamente, el tri¨¢ngulo Clemente-Zubizarreta-Mel¨¦ndez sigue existiendo. Los tres conviven en su nueva ciudad, pero por caminos y con intereses diferentes. "Tiene narices: seis a?os esperando mi oportunidad y cuando parec¨ªa que llegaba porque hab¨ªan traspasado a Zubizarreta me tuve que marchar del Athl¨¦tic".

Con 29 a?os, se muestra confiado y a gusto en el Espa?ol. Malas lenguas dicen que Clemente le ha fichado porque cuenta muy bien los chistes y levanta la moral del equipo. Sabe que tiene por delante a un guardameta de prestigio y a un t¨¦cnico que le conoce muy bien. Mel¨¦ndez s¨®lo desea quedar bien ante su nueva afici¨®n si Clemente le hace debutar frente al Mallorca. Se encuentra fuerte y en forma, "porque no estoy muy trotado". Son las ventajas de permanecer seis a?os amarrado al banco.