Un alto porcentaje de irlandeses se mantiene indeciso ante las elecciones generales de hoy
Cerca de dos millones y medio de irlandeses con derecho a voto acudir¨¢n hoy a las urnas para elegir a los 166 diputados del 251 Dail (Parlamento) desde la independencia de su pa¨ªs, en 1921, en unas dram¨¢ticas elecciones generales cuyo incierto resultado no se conocer¨¢ hasta el jueves. Una agotadora campa?a de cuatro semanas, en la que la cobertura electoral ha dominado todos los medios de comunicaci¨®n, casi con exclusi¨®n total de otros temas nacionales o extranjeros, no ha servido sino para confundir a un electorado que llega a las urnas con un porcentaje de indecisos que sobrepasa el 17%.
Las ¨²ltimas encuestas publicadas el domingo confirmaron una tendencia al descenso del principal partido de la oposici¨®n, el Fianna Fail (en ga¨¦lico, Soldados del Destino), del carism¨¢tico Charles Haughey, que se presentaba como ganador indiscutible cuando se produjo la convocatoria electoral el pasado enero. Su nivel de aceptaci¨®n, entre el 45% y el 48%, seg¨²n las encuestas, podr¨ªa asegurarle todav¨ªa, dado el complicad¨ªsimo sistema electoral irland¨¦s, una mayor¨ªa exigua de esca?os frente al resto de los partidos. Ello har¨ªa realidad una aspiraci¨®n permanentemente aireada por Haughey, para quien los problemas grav¨ªsimos de Irlanda, con una deuda exterior tercermundista que sobrepasa los 4,5 billones de pesetas, s¨®lo pueden ser resueltos por un Gobierno monocolor mayoritario.Sus adversarios, por el contrario, necesitar¨¢n una coalici¨®n para formar Gobierno, ya que ninguno podr¨¢ hacerlo en solitario. Las esperanzas del actual tao¨ªseach (primer ministro), doctor Garret Fitzgerald, se centran en una posible alianza con los dem¨®cratas progresistas de Desmond O'Malley, una nueva formaci¨®n pol¨ªtica nacida el pasado a?o de una escisi¨®n del Fianna Fail de Haughey por incompatibilidades personales entre O'Malley y su jefe de filas.
FitzGerald, que desde finales de 1982 hab¨ªa gobernado en coalici¨®n con los laboristas, hizo el s¨¢bado un llamamiento a los votantes de su partido, el Fine Gael (Clan de Irlanda), para que votasen al partido de O'Malley como segunda posibilidad (en las papeletas electorales, los votantes tienen que numerar a los candidatos por el grado de preferencia). Pero, por su parte, la supuesta novia no parece querer casarse, y O'Malley, que intenta romper el c¨ªrculo vicioso de los dos partidos tradicionales que han dominado la escena pol¨ªtica desde la independencia, ha rechazado un pacto a priori. "No estamos dispuestos a vendernos", declar¨® O'Malley en su acto final de campa?a, celebrado el domingo en el famoso Trinity College de la capital irlandesa. "Si la balanza de poder depende de nosotros, no olvidaremos el mandato del pueblo por el cambio", a?adi¨®.
Tremenda paradoja
La tremenda paradoja, de las muchas que presenta este singular pa¨ªs de tres millones y medio de habitantes, que consigui¨® la independencia de los brit¨¢nicos a costa de su partici¨®n, es que, con unos problemas pol¨ªticos y econ¨®micos tan agobiantes que muchos dudan de la capacidad de nadie para resolverlos, todas las coordenadas pol¨ªticas pasan por partidos que giran en torno a una derecha populista o, en el mejor de los casos, a un centro-derecha te?ido de liberalismo en los llamados temas sociales, tales como el aborto y el divorcio.Irlanda tiene, junto a Espa?a, la tasa m¨¢s alta de paro de los pa¨ªses del Mercado Com¨²n; la falta de trabajo provoca una emigraci¨®n en masa de sus j¨®venes hacia los mercados europeos y norteamericanos que priva a la industria local de sus mejores t¨¦cnicos (s¨®lo el pasado a?o los norteamericanos recibieron 250.000 peticiones de visados por parte de irlandeses); el flujo de poblaci¨®n del campo hacia la capital, Dubl¨ªn, hace que, en palabras de la mayor estrella internacional irlandesa, el cantante Bob Geldoff, algunos de sus barrios "sean los peores guetos de Europa". A pesar de esto, la izquierda no ha vendido ni una sola escoba en las pasadas elecc¨ªones generales, y tampoco parece que vaya a venderla hoy.
La socialdemocracia, representada por el Partido Laborista, que ten¨ªa s¨®lo 14 diputados en la ¨²ltima C¨¢mara, pagar¨¢ seguramente un precio muy alto por haber participado en el Gobierno de FitzGerald. El Partido de los Trabajadores, formado en 1969 por el Ej¨¦rcito Revolucionario Irland¨¦s (IRA), cuando los provisionales decidieron seguir con la lucha armada en el Norte, s¨®lo consigui¨® dos diputados en las ¨²ltimas elecciones, y a lo que m¨¢s puede aspirar en ¨¦stas es a sacar un tercero. En cuanto al Sinn Fein (Nosotros Solos), que por primera vez desde la independencia participa en unas elecciones generales en la Rep¨²blica de Irlanda, ser¨ªa un milagro que, con una aceptaci¨®n popular que no supera al 1%, consiguiera m¨¢s de un solo diputado.
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