El largo y peligroso camino de la ayuda internacional a los campos palestinos

El abastecimiento de los sitiados campamentos palestinos del sur del sector occidental de Beirut se hizo ayer, si cabe, m¨¢s problem¨¢tico por el recrudecimiento de los combates entre milicias musulmanas rivales iniciados el domingo, con lo que se a?adi¨® un nuevo obst¨¢culo en el ya complicado camino que tiene que seguir la ayuda internacional. En todos los barrios del sector musulm¨¢n de Beirut cientos de hombres intercambiaron disparos con armas de todos los calibres. En la tarde de ayer, el n¨²mero de muertos contabilizado en la lucha entre combatientes del Partido Comunista Liban¨¦s, con el apoyo de las milicias drusas de Walid Jumblat, y los milicianos shi¨ªes de Amal -grupos anteriormente aliados- se elevaba ya a 17.

La batalla tiene su origen en un oscuro incidente callejero entre fuerzas comunistas y milicianos shi¨ªes. La violencia de los combates era ayer tal que imped¨ªa el movimiento de las ambulancias. Los muertos y los heridos permanec¨ªan en las calles desde que un miembro de la Cruz Roja muri¨® acribillado ayer cuando intentaba ayudar a un herido.Entre tanto, los milicianos de Amal apostados a la salida del Campamento de Rachidi¨¦ permitieron a sus moradores salir del recinto entre las siete de la ma?ana y la una de la tarde para efectuar compras, si bien eran minuciosamente registrados al regresar para impedir que introdujesen armas y municiones en las cestas de la compra. Esta parcial permisividad no afect¨® a los campos de Chatila y Burj el Barajne, qu¨¦ ayer siguieron cerrados a cal y canto por los shi¨ªes, por lo que las ayudas procedentes de Francia e Italia son entregadas en Beirut al organismo de la ONU encargado de la ayuda a los refugiados palestinos.

Los alimentos y medicinas enviados estos d¨ªas a los campamentos de refugiados palestinos de L¨ªbano por diversos pa¨ªses europeos y organizaciones humanitarias internacionales ten¨ªan que recorrer ya un largo y complicado camino. Empieza en el puerto chipriota de Larnaca, sigue en el cristiano liban¨¦s de Yunieh, atraviesa la l¨ªnea verde que divide los dos sectores de la capital libanesa y debe sortear numerosos controles milicianos para terminar el viaje delante de las barricadas de Amal, que cercan los campamentos.

Robert Dillon, funcionario de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRPR), inform¨® el lunes que desconoc¨ªa la suerte de un convoy cargado con 100 toneladas de alimentos que su organizaci¨®n hab¨ªa enviado al campamento de Rachidi¨¦. "Creo que lleg¨® a la ciudad de Tiro y que all¨ª fue interceptado por hombres armados no identificados", dijo Dillon.

El convoy hab¨ªa salido de Beirut y, para llegar a Rachidi¨¦, en teor¨ªa a una hora y pico de distancia en autom¨®vil, deb¨ªa superar controles de las milicias drusa, nasserista, shi¨ª de Amal, proiran¨ª del Hezbol¨¢, y tambi¨¦n de diversas unidades del ej¨¦rcito regular liban¨¦s. "El viaje del convoy es muy lento", dijo Dillon, porque hay que negociar una y otra vez en los diferentes controles armados y adem¨¢s las comunicaciones entre Beirut y el sur de L¨ªbano son complicad¨ªsimas".

Atravesar el frente

La ayuda enviada por el Gobierno italiano -siete aviones cargados cada uno con m¨¢s de 25 toneladas de alimentos y medicinas- empez¨® ayer su largo calvario. Lleg¨® al aeropuerto de Larnaca y all¨ª fue descargada y trasladada al barco Sunny Boat, que une dicha ciudad con Yuni¨¦, adonde lleg¨® ayer por la ma?ana. Desde all¨ª tendr¨¢ que atravesar el frente de batalla que divide en dos a Beirut y comenzar su peripecia por las ¨¢reas musulmanas, escenario de los virulentos enfrentamientos entre la izquierda libanesa y los shi¨ªes. La ayuda prometida por Francia estaba ya ayer en Larnaca.Las noticias de que los palestinos asediados por Amal en sus campamentos ten¨ªan que alimentarse de hierbas salvajes, animales dom¨¦sticos y ratas provocaron una gran conmoci¨®n en la opini¨®n p¨²blica internacional.

Las protestas internacionales han obligado a Amal a levantar parcialmente el bloqueo implacable a que somet¨ªa a los campamentos palestinos.

"Mam¨¢, mam¨¢, puedo oler huevos fritos", exclam¨® en la ma?ana de ayer Samar, un ni?o de nueve a?os que dej¨® Rachidi¨¦ por primera vez en 17 semanas. Miles de habitantes de ese campo salieron ayer por segundo d¨ªa consecutivo a la cercana ciudad de Tiro en busca de alimentos, con el permiso de los combatientes de Amal. "En Tiro ya no quedan alimentos. Los palestinos han comprado incluso la comida de los p¨¢jaros", declar¨® un comerciante de la ciudad.

Rachidi¨¦, con unos 22.000 habitantes, ha estado completamente aislado del mundo desde hace meses. S¨®lo el pasado domingo las mujeres y los ni?os fueron autorizados a abandonarlo durante unas horas para proveerse de v¨ªveres y medicinas.

La guerra de los campamentos contin¨²a, no obstante. En torno a los de Burj el Burajne y Chatila, en el sur de Beirut, se produjeron ayer espor¨¢dicos intercambios de disparos. De ambos, en los que habitan unas 30.000 personas, salieron hace d¨ªas los primeros gritos de alarma, al solicitar sus ocupantes permiso para comer carne humana.