Cuesti¨®n de genitales
Extra?o, extra?¨ªsimo cruce entre Bot¨®n de ancla, Brigada criminal y Loca academia de polic¨ªa, este segundo largometraje de ?lvaro S¨¢enz de Heredia viene a confirmaririos lo qye ya sab¨ªamos: que tener oficio, sentido del ritmo y una especial intuici¨®n para la imagen no basta para ser un buen director.Con Freddy el croupier, su divertido primer filme, ya se evidenci¨® que el infrecuente talento mim¨¦tico del cineasta no lograba camuflar a base de t¨¦cnica las lagunas de gui¨®n. Como en aquella ocasi¨®n, S¨¢enz de Heredia juega con el g¨¦nero, ahora con el cine de acci¨®n contado desde el punto de vista de la polic¨ªa.
Y de nuevo los di¨¢logos oscilan entre ser meramente explicativos y el t¨®pico, es decir, entre sustituir la imagen o reducirla a un clich¨¦. En cualquier caso no deja de sorprendernos que esta apolog¨ªa del trabajo policial tenga como h¨¦roe a un novato que roza la subnormalidad y que su proceso de aprendizaje se limite a descubrir los genitales que se esconden tras la bragueta. Tanto Fernando Sancho como Agust¨ªn Gonz¨¢lez, los dos superiores con ¨ªnfulas de ide¨®logos del atemorizado Arag¨®n -y a la lista hay que a?adir el t¨ªo mutilado del protagonista, y su madre, y todo el barrio...-, se limitan a hablar de pelotas cuando se refieren a las virtudes del buen agente.
Polic¨ªa
Director y guionista: ?lvaro S¨¢enz de Heredia. Int¨¦rpretes: Emilio Arag¨®n, Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Ana Obreg¨®n, Juan Luis Galiardo, Jos¨¦ Guardiola, Pila Alc¨®n, Mabel Esca?o. Fotograf¨ªa: Josep Mar¨ªa Civit. M¨²sica: Emilio Arag¨®n. Espa?ola, 1986. Estreno en Madrid en cine Avenida.
Esto acusa estupor y desorientaci¨®n, porque no se sabe hasta qu¨¦ punto la pel¨ªcula participa o no del discurso, pero, quiz¨¢, otro dato pueda aclararlo: si la ficci¨®n se preocupa por dar un final a todos y cada uno de los malvados, no sucede lo mismo con el polic¨ªa corrupto, que queda, en la pantalla, sin descubrir. Eso, unido a esa propensi¨®n al alcoholismo, acaba por dar una imagen del cuerpo en la que el machismo se une al disparate.
?lvaro S¨¢enz de Heredia es un estupendo cineasta que necesita a su lado un autor. A fin de cuentas, de su evidente admiraci¨®n por el cine norteamericano tambi¨¦n debiera haber extra¨ªdo esa ense?anza: que muy a menudo no conviene confundir director y guionista.
Se?alemos la bella fotograf¨ªa de Polic¨ªa, la confirmaci¨®n de Ana Obreg¨®n como chica que sonrie y a la que suceden todas las desgracias, la incre¨ªble capacidad profesional de Agust¨ªn Gonz¨¢lez y la fuerza de atracci¨®n de la c¨¢mara que empuja a los ciudadanos de a pie a convertirse en extras no deseados, todo reforzando un conjunto que se dir¨ªa el de una pel¨ªcula francesa de acci¨®n hecha con mentalidad mexicana.
Babelia
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