Los especialistas en salud p¨²blica de EE UU, contrarios a que se obligue a pasar la prueba que detecta el SIDA
La mayor¨ªa de los especialistas norteamericanos en salud p¨²blica que asisten en Atlanta, Georgia, a una conferencia sobre la extensi¨®n del s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) se ha pronunciado en contra de establecer pruebas obligatorias para la poblaci¨®n para detectar la presencia del virus fatal. Sin embargo, un alto funcionario del Centro para el Control de la Enfermedad (CDC), organismo oficial que patrocina la conferencia, se?al¨® que en alg¨²n momento las autoridades tendr¨¢n que recomendar alg¨²n tipo de prueba a la poblaci¨®n.
El criterio contrario de los especialistas a establecer alg¨²n tipo de obligatoriedad qued¨® patente en una votaci¨®n a mano alzada realizada informalmente en uno de los seminarios. De los cientos de especialistas que asisten a la reuni¨®n, s¨®lo dos alzaron su mano en favor de la obligatoriedad.James Curran, director del programa contra el SIDA en el CDC, dijo que hab¨ªa habido un "malentendido" a primeros de este mes cuando algunos medios informaron que su centro recomendaba la obligatoriedad de la prueba para aquellas parejas que soliciten una licencia de matrimonio, las mujeres embarazadas y las personas que ingresen en un hospital.
Sin embargo, Curran recalc¨® que una de las posibles consecuencias de la reuni¨®n de Atlanta ser¨¢ recomendar, con caracter voluntario o obligatorio, la realizaci¨®n de las pruebas del SIDA. Curran inform¨® que cerca de 1,5 millones de norteamericanos pueden ser portadores del virus aunque hasta el momento s¨®lo se hayan dado la enfermedad en 31.000 personas. A?adi¨® que, en su opini¨®n un 1% de la poblaci¨®n de Estados Unidos puede tener el virus. Ese porcentaje, dado que no se distribuye homog¨¦neamente ente toda la poblaci¨®n, asciende a un 3% de la poblaci¨®n de los Estados de Nueva York, California, Florida, New Jersey y Texas.
La posibilidad de que la prueba para la detecci¨®n del SIDA pueda convertirse en Estados Unidos en una rutina similar a la de realizar una radiograf¨ªa del t¨®rax o un an¨¢lisis de sangre se ha convertido en un tema de debate. Para unos, la realizaci¨®n a escala generalizada de estas pruebas puede convertirse en una pesadilla, y, para otros, en un deseable objetivo de salud p¨²blica. M¨¦dicos, abogados, expertos en salud p¨²blica y defensores de las libertades civiles coinciden en la urgente necesidad que detener la expansi¨®n del SIDA. Sin embargo, algunos creen que una parte importante de la poblaci¨®n, aquella que da positivo en las pruebas pero que puede que no desarrolle nunca la enfermedad, puede sufrir da?os irreparables. Algunos expertos consideran que sin garant¨ªas de confidencialidad, asesoramiento y educaci¨®n estas personas pueden ser consideradas como contaminadas y pueden ver c¨®mo se derrumba su vida, sus relaciones y su trabajo.
James Kellog, abogado de un grupo de defensa de la comunidad homosexual de Nueva, York, afirm¨® que "a mucha gente que ha dado positivo en las pruebas, se le ha denegado la custodia de sus hijos o un puesto de trabajo". "Esa es la raz¨®n" -a?adi¨®" por la que pedimos confidencialidad y que se proteja a la gente que da positivo en una prueba".
Benjam¨ªn Wolf, abogado de Illinois, de la Uni¨®n Americana para la Defensa de los Derechos Civiles, considera que en el contexto de un pr¨®ximo "matrimonio o de un embarazo existen razones para que la gente quiera saber si ha estado en contacto con el virus, pero una legislaci¨®n que convirtiera la prueba en obligatoria me parece inapropiada".
Cat¨¢strofe
El doctor Stewart Levin, presidente de la secci¨®n de enfermedades infecciosas del hospital de Saint Luke, de Chicago, afirma que el SIDA "es el peor acontecimiento que ha ocurrido en Estados Unidos desde la II Guerra Mundial". Considera que, aunque facilitar a la gente informaci¨®n esencial sobre su salud beneficia a la sociedad en su conjunto, el riesgo comienza cuando pol¨ªticos y otros violan la intimidad de la gente e inician "una caza que termina por arrojar a la gente de, sus puestos de trabajo".Los expertos, indican que aquellos; que abogan por que se imponga la obligaci¨®n de realizar la prueba del SIDA deben explicar qu¨¦ se hace con la poblaci¨®n que da positivo en las pruebas, lo que significa que ha estado en contacto con la enfermedad.
"?Qu¨¦ hacer despu¨¦s de las pruebas?", pregunta Levin. "?Internamos a los positivos en campos de concentraci¨®n? ?Los ponemos en arresto domiciliario? ?Les marcamos para impedir que tengan relaciones sexuales".
Los c¨¢lculos sobre el n¨²mero de norteamericanos que han estado en contacto con el virus var¨ªan, pero algunos c¨¢lculos eleva la cifra hasta los dos millones de personas. Nadie sabe cu¨¢ntos de ellos padecer¨¢n la enfermedad, pero es seguro que pueden transmitir la enfermedad a otras personas a trav¨¦s de las relaciones sexuales. La mujeres embarazadas que han estado en contacto con el virus tienen entre un 30% y 50% de posibilidades de pasar la enfermedad a sus beb¨¦s.
Actualmente en Estados Unidos las pruebas para detectar la presencia del virus se exige a los donantes de sangre y a algunos empleados federales, como los miembros de las fuerzas armadas.
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