Baker tendr¨¢ v¨ªa libre para 'limpiar' la Casa Blanca

FRANCISCO G. BASTERRA, Ronald Reagan, en una r¨¢pida reacci¨®n al informe de la comisi¨®n Tower, design¨® ayer al respetado ex senador republicano Howard Baker, de 61 a?os, nuevo jefe del gabinete presidencial, para sustituir al aut¨®crata Donald Regan, que ha sido denunciado por los investigadores como "el principal responsable del caos" provocado por el Irangare. Baker, un peso pesado de la pol¨ªtica norteamericana que hasta ayer ten¨ªa aspiraciones presidenciales, fue l¨ªder de la mayor¨ªa en el Senado, y ser¨¢ clave en la necesaria recomposici¨®n de las relaciones entre la Casa Blanca y el Congreso, ahora en poder de los dem¨®cratas. Baker tendr¨¢ carta blanca para iniciar una nueva etapa, y se espera que haga una limpieza a fondo en la presidencia.

Una escueta carta de Donald Regan, una sola frase, anunci¨® su dimisi¨®n a media tarde (once de la noche. hora peninsular). El presidente, en otra misiva bastante fr¨ªa, lament¨® la p¨¦rdida del hasta ahora amigo y confidente, que actuaba de hecho como un presidente bis, y le agradeci¨® los servicios prestados. Nancy Reagan, la verdadera art¨ªfice de esta crisis con sus presiones sobre Regan y sobre su marido, se declar¨® "encantada" de que Baker, "un amigo de Ronald de hace mucho tiempo, est¨¦ con nosotros".Baker es un norteamericano de "irreprochable integridad para dos a?os agresivos de trabajo", afirm¨® Reagan en una declaraci¨®n escrita. El presidente que comunic¨® ayer a l¨ªderes de su partido que "acepta que es el ¨²ltimo responsable de lo ocurrido", responder¨¢ al informe Tower con un discurso televisado al pa¨ªs; se espera un gran acto de contricci¨®n la pr¨®xima semana Howard Baker se hizo famoso nacionalmente por su participaci¨®n en el comit¨¦ especial del Senado que investig¨®, en audiencias televisadas, el Watergate, con su repetida pregunta a todos los testigos: ?Qu¨¦ sab¨ªa el presidente y cu¨¢ndo lo supo?

El Congreso reaccion¨® ano che positivamente al nombra miento. "Demuestra que el presidente reconoce la seriedad de la situaci¨®n" y "es el hombre adecuado, en el momento y lugar necesarios". El senador dem¨®crata por Tennessee, Jim Sasser, el mismo Estado del que procede el nuevo jefe del gabinete presidencial, afirm¨® que, en los dos a?os que le quedan a Reagan en el poder, Baker se convertir¨¢ en el primer ministro de la Casa Blanca.

Pero ?ser¨¢ capaz Ronald Reagan, a los 76 a?os, de cambiar de forma de ser y de interesarse seriamente en el gobierno de la naci¨®n, convirti¨¦ndose en un presidente competente? ?sta es la gran pregunta planteada en Washington tras la publicaci¨®n del informe de la comisi¨®n Tower, que culpa a un presidente distra¨ªdo y que perdi¨® el control, y a los principales pol¨ªticos de su Administraci¨®n, del caos producido por el Irangate. El Congreso, que se prepara para ahondar en la investigaci¨®n del esc¨¢ndalo cuyos principales interrogantes est¨¢n a¨²n sin contestar, ha pedido una limpieza a fondo de la Casa Blanca y una presidencia nueva.

Inmunidad para declarar

Mientras tanto, los comit¨¦s investigadores del Congreso, que sospechan que el informe es s¨®lo la punta del iceberg, que hubo un encubrimiento en la Casa Blanca y que posiblemente el presidente sab¨ªa m¨¢s de lo que dice, han concedido inmunidad para declarar a tres testigos menores, uno de ellos la atractiva secretaria de North, Fawn Hall.

North, preguntado por el informe Tower, utiliz¨® ayer cripticamente la Biblia para afirmar: "Benditos los puros de coraz¨®n, porque ellos ver¨¢n a Dios".

Ante la negativa a declarar de los personajes claves, Oliver North y John Poindexter, a quien no se considera a¨²n conveniente otorgar inmunidad, se conf¨ªa en que los segundos destapen datos que permitan seguir desenredando el embrollo.

Un oscuro tomador de notas de la Casa Blanca de Nixon fue el que revel¨® en el Watergate que Nixon grababa en cinta magnetof¨®nica todas las conversaciones mantenidas en el Despacho Oval.

Fuentes de la Casa Blanca admiten que no va a bastar con cambiar a Donald Regan (dos de los hombres en los que hab¨ªa pensado el presidente para sustituirle, Paul Laxalt y Drew Lewis, hab¨ªan dicho que no), y "habr¨¢ que hacer algo m¨¢s que aceptar la culpa". "Tenemos que actuar audaz y r¨¢pidamente". Reagan tiene que combatir la imagen de que no controla la presidencia, y la mayor¨ªa de los observadores cree que, con las nuevas revelaciones que obtendr¨¢n el fiscal especial y el Congreso, el da?o hecho puede ser irreparable. "Nunca ser¨¢ ya el Reagan de hace unos a?os. No va a recuperar nuestra fe y confianza f¨¢cilmente", afirm¨® ayer un congresista republicano.

Para el columnista George Will, el guru de los conservadores e ¨ªntimo amigo de Nancy Reagan, el problema es de car¨¢cter, y consiste en saber si Reagan sigue interesado en ser presidente. No se trata de un problema de estilo de gobernar, escribe, sino de un fallo de car¨¢cter, y eso es m¨¢s profundo. "?ste es el momento en el que Reagan o demuestra que tiene lo que hay que tener para ser presidente o arroja la toalla", explica un dirigente republicano.