Precaria situaci¨®n en Espa?a en reservas de sangre

La escasez de las donaciones de sangre, que ha obligado a una grave dependencia exterior y una b¨²squeda a veces desesperada de donantes, ha creado en Espa?a una precaria situaci¨®n frente a la amenaza del SIDA. La lentitud con que las autoridades sanitarias decidieron establecer la obligatoriedad de la prueba que detecta la presencia de anticuerpos en todas las donaciones es un factor adicional de inquietud, aunque la Administraci¨®n asegura que estudios epidemiol¨®gicos de toda solvencia indican que la presencia de anticuerpos s¨®lo se ha detectado en una m¨ªnima proporci¨®n: 0,06 por cada 1.000 hemodonaciones.

La sangre es un bien escaso en Espa?a, que ocupa, junto con Portugal y Grecia, uno de los ¨²ltimos lugares de Europa en la escala de cobertura de sus necesidades. Seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad, la media nacional de cobertura de las necesidades propias apenas sobrepasa el 38%. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) considera la cifra de 50 extracciones de unidades de sangre (alrededor de 450cc la unidad) por cada 1.000 habitantes el m¨ªnimo necesario para las necesidades de cada pa¨ªs. Mientras en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos se supera esa cifra, en Espa?a, seg¨²n datos de 1983, est¨¢ en 19 unidades. En 1984, Espa?a import¨® plasma y hemoderivados por valor de m¨¢s de 2.000 millones de pesetas, fundamentalmente del mercado norteamericano.La amenaza del s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) oblig¨® a la Administraci¨®n, tras el contagio de varios hemof¨ªlicos, a adoptar medidas de precauci¨®n. A partir de 1985, una serie de medidas legales ha tratado de poner orden en la enmara?ada situaci¨®n del sistema hemoter¨¢pico espa?ol, que, aquejado de su fuerte dependencia de las importaciones como resultado del bajo nivel de donaciones, obligaba a captar donantes incluso en las c¨¢rceles.

Incubaci¨®n

Hace menos de cuatro a?os era corriente ver unidades de donaci¨®n de sangre, por ejemplo, en la c¨¢rcel de Carabanchel, de Madrid. Estudios epidemiol¨®gicos realizados el a?o pasado descubrieron un alto porcentaje de portadores entre los reclusos. Un elemento de preocupaci¨®n para la opini¨®n p¨²blica lo constituye el hecho de que el per¨ªodo de incubaci¨®n medio de esta enfermedad oscila en torno a los cinco a?os, pudiendo ser incluso m¨¢s largo.En septiembre de ese 1985, dos normativas sanitarias declararon obligatoria la prueba de detecci¨®n de anticuerpos del virus del SIDA a las industrias privadas fraccionadoras del plasma y a los fabricantes e importadores de hemoderivados. Estas empresas privadas se dedican a la comercializaci¨®n e importaci¨®n de sustancias derivadas de la sangre, que se aplican en distintas funciones m¨¦dicas.

En octubre de 1985 se aprob¨® un real decreto que intentaba poner orden en la hemodonaci¨®n y las actividades de los bancos de sangre, y los clasificaba en tres niveles: auton¨®mico, provincial o de ¨¢rea y hospitalario, todos ellos integrados en una Red Nacional de Bancos de Sangre, destinada a atender las necesidades nacionales y garantizar la autosuficiencia. En la actualidad, existen 187 bancos de sangre en Espa?a, de los cuales 128 son p¨²blicos y 29 privados. Otros 30 centros son de car¨¢cter ben¨¦ficosocial. El n¨²mero total de donantes de sangre registrados era en 1983 de algo m¨¢s de 900.000.

El decreto estableci¨® que la obtenci¨®n, almacenamiento, preparaci¨®n y suministro de sangre estaba sujeto al control p¨²blico, el car¨¢cter voluntario y gratuito de las donaciones y centraliz¨® en los Centros Comunitarios de Transfusi¨®n (nivel auton¨®mico) el env¨ªo de plasma a la industria productora de plasmaderivados, as¨ª como la distribuci¨®n de estos productos a todos los centros sanitarios p¨²blicos o privados del territorio que le sea asignado.

La prueba del SIDA

Una orden ministerial de diciembre de 1985 prohibi¨® aceptar como donantes de sangre a los individuos presumiblemente pertenecientes a alguno de los grupos de riesgo -hemof¨ªlicos, homosexuales, drogadictos- de trasmisi¨®n del SIDA.La comunidad aut¨®noma vasca fue la primera que adopt¨® la decisi¨®n de obligar a aplicar la prueba que detecta la presencia de anticuerpos del SIDA a todas las donaciones de sangre. Fue el 4 de octubre de 1985. D¨ªas despu¨¦s, el 23, la comunidad foral de Navarra obligaba a la prueba sistem¨¢tica de anticuerpos en los bancos de sangre. Una a?o m¨¢s tarde, el 10 de octubre de 1986, Catalu?a impuso tambi¨¦n la obligatoriedad de las pruebas serol¨®gicas de detecci¨®n.

El Ministerio de Sanidad no extendi¨® esta obligaci¨®n al resto de Espa?a hasta el pasado d¨ªa 18.

El Centro Nacional de Microbiolog¨ªa, Virolog¨ªa e Inmunolog¨ªa Sanitarias, que lleva el control de la enfermedad en Espa?a, ha realizado en el ¨²ltimo a?o pruebas sobre 149.910 hemodonaciones, que dieron una seroprevalencia del virus del 0,06 por 1.000, que es la incidencia que est¨¢ dando en la mayor parte de los pa¨ªses.

Estas cifras, seg¨²n Rafael N¨¢jera, director del Instituto Carlos III y recientemente nombrado coordinador del programa internacional que estudia los nuevos virus del SIDA, no son preocupantes. Sin embargo, las autoridades sanitarias temen que en los pr¨®ximos a?os aparezcan nuevos casos cuyo origen est¨¢ en trasfusiones de sangre contaminada, dado el lento proceso de desarrollo de la enfermedad.

El Ministerio de Sanidad ha dedicado ya este a?o, por primera vez, 40 millones de pesetas espec¨ªficamente para la adquisici¨®n de pruebas de detecci¨®n de anticuerpos. El resto del material que se adquiera con este fin se adjudicar¨¢ en concurso p¨²blico.