Iglesia
Ah¨ª estaban todos, en la filmaci¨®n previa al debate televisivo de Victoria Prego, hondamente preocupados por la cosa moral. Me refiero a los curas, a la Iglesia oficial, a los obispos. Ah¨ª estaban todos, tan elegantes ellos en la austera negrura de sus ropas, repartiendo lecciones magistrales sobre los intr¨ªngulis del alma. Lo cual se supone que es su tema. Porque se pasan la vida sacando sus principios a pasear y toc¨¢ndonos las ¨¦ticas a los dem¨¢s mortales.Ah¨ª estaban, en fin, escandalizados una vez m¨¢s por lo muy mal que nos portamos los seglares. Eso s¨ª, a¨²n estoy esperando que estos profesionales del escr¨²pulo se escrupulen as¨ª de escrupulosamente con asuntos de ¨ªndole eclesi¨¢stica; con el caso Marcinkus, por ejemplo. Pero nada: estas minucias interiores no parecen tiznar sus impert¨¦rritas conciencias.
Tengo clar¨ªsimo que el hecho de que haya un cura fraudulento y marrullero no indica que la Iglesia entera est¨¦ podrida: son cosas que suceden en las mejores familias. Ahora bien, lo que me resulta rechinante es que la jerarqu¨ªa cat¨®lica no sea la primera en intentar aclarar, perseguir y erradicar estos excesos, sino m¨¢s bien precisamente lo contrario: ah¨ª tenemos a Marzinkus, instalado en la gloria vaticana y no en la c¨¢rcel, untando cenizas de humildad y penitencia en la cabeza de los fieles sin que tiemble su mano de banquero. Resistirse a la ley es un modo bastante sospechoso de demostrar tu inocencia.
Veamos: si un ejecutivo de una empresa privada mete la pata en su trabajo y hace perder millones a la firma, ?no es inmediatamente arrinconado, despedido, expulsado del para¨ªso empresarial? ?Y no se suele considerar que este castigo es justo y necesario dentro de una sociedad competitiva? Pues bien, a m¨ª me gustar¨ªa que cuid¨¢ramos de la ¨¦tica con tanto celo como cuidamos del dinero. Que esa empresa privada que es la Iglesia entregue a la justicia a Paul Marzinkus. Porque andan tan hondamente preocupados por la moral los pobres obispos que eso tendr¨ªa que ser para ellos un alivio.
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