Cerca del infierno, lejos de Jauja
Los emigrantes temporeros de la aceituna y sus familias soportan duras condiciones de vida y trabajo
Son cerca de 100.000 personas, hombres, mujeres y ni?os. Se desplazan durante cerca de tres meses para obtener unos ingresos que pocas veces superan las 100.000 pesetas por familia. Para ello habr¨¢n tenido que trabajar en una de las campa?as m¨¢s duras de la agricultura andaluza: la recogida de la aceituna de molino. Una campa?a en la que la norma habitual de trabajo para estos temporeros es el, destajo, y con unas condiciones de vida y alojamiento que rozan en algunas ocasiones el l¨ªmite de lo infrahumano, con familias enteras, ni?os incluidos, hacinadas en habitaciones insalubres.
El cortijo Torrecarmona est¨¢ muy cerca de Jauja, un peque?o pueblo pr¨®ximo a Badolatosa, fronterizo entre las provincias de C¨®rdoba y Sevilla. Pero el cortijo Torrecarmona no es Jauja. En ¨¦l conviven desde hace dos meses cuatro familias llegadas desde Osuna, a poco m¨¢s de 60 kil¨®metros, para participar en la recogida de la aceituna. El caso de Torrecarmona es una m¨¢s de los que se producen en ¨¦sta ¨¦poca del a?o en la Andaluc¨ªa central, la principal zona aceitunera de Espa?a.En el cortijo se hacinan hombres, mujeres y ni?os en habitaciones que amenazan ruina y en las que ha habido que poner colchas en las paredes para combatir la humedad. La falta de agua corriente -hay que cogerla de un pozo- y de servicios higi¨¦nicos completa una situaci¨®n tercermundista. "Esto no ha cambiado en a?os", afirma Rosario, la abuela de 60 a?os que rodeada de sus nietos m¨¢s peque?os realiza las faenas dom¨¦sticas en el cortijo, mientras sus hijos recogen aceitunas.
Hay un sentimiento generalizado entre las personas que acuden cada a?o a la recogida de la aceituna de que ¨¦sta es una de las campa?as m¨¢s duras de las tres o cuatro que normalmente tienen que realizar al a?o los temporeros andaluces. Y es tambi¨¦n, seg¨²n los trabajadores, en la que menos han mejorado las condiciones de vida y de salario. Desde hace unos cuatro a?os no ha habido aumento significativo en el precio que se paga por el kilo de aceituna recogido. Las inspecciones de Trabajo son algo pr¨¢cticamente desconocido en el sector y la labor de denuncia que han venido realizando durante los ¨²ltimos a?os a trav¨¦s de asistentes pertenecientes a centrales sindicales, contratados por la Direcci¨®n General de Emigraci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa, no ha tenido plasmaci¨®n en resoluciones administrativas.
"Muchas veces", afirma uno de los trabajadores que recoge aceituna en la Provincia de C¨®rdoba, "venimos aqu¨ª m¨¢s para coger las peonadas del subsidio que por dinero que nos llevamos a casa". Los aceituneros acuden a los cortijos en familia. Con el trabajo de la mujer y los hijos mayores, formando cuadrillas, se aseguran unos ingresos que hacen m¨ªnimanente rentable la campa?a de la aceituna.
Trabajo a destajo
En la recogicia de la aceituna, el trabajo es a destajo -el dinero que se recibe depende de los kilos que se es capaz de recoger-, y el ajuste de la retribuci¨®n se mantiene desde hace varios a?os entre las 9 y las 12 pesetas por kilo de aceituna, dependiendo de la calidad del olivar y de las condiciones del terreno. El precio del ajuste -realizado al m¨ªnimo, seg¨²n los trabajadores- supone unos ingresos para cada trabajador de alrededor de 3.000 pesetas diarias en el mejor de los casos, con una recogida estimada de 300 kilos por jornada. En los pocos casos en los que estos temporeros realizan la recogida a jornal se aplica la tarifa vigente en los convenios que roza las 2.200 pesetas.
Cuando las condiciones del olivar no son adecuadas o cuando el mal tiempo ha hecho caer mucha aceituna al suelo, a veces no se llega con el destajo al salario garantizado en el convenio y hay que volver a negociar con el patr¨®n el precio de ajuste. Este mismo a?o se ha dado alg¨²n caso en el que el aumento de una peseta por kilo se ha conseguido real a real en una negociaci¨®n de m¨¢s de siete horas seguidas.
Tambi¨¦n este a?o se est¨¢n recibiendo muchas quejas sobre incumplimientos del conveni colectivo en las finncas en las que se trabaja a destajo. En algunos casos, ni se respeta el horario establecido de siete horas menos 20 minutos ni el jornal de 2.226 pesetas, lo que ha ocasionado plantes aislados y hasta alg¨²n despido, en una campa?a que, como todo el trabajo temporero en el campo, se basa en el principio de "aceptas lo que te propongo o tengo a muchos que lo van a hacer m¨¢s barato".
El sistema de destajo, una forma de trabajo que obliga a un alto rendimiento continuado, es tambi¨¦n el origen de frecuentes enfrentamientos entre las cuadrillas, que llegan a pelearse por recoger un olivo. Se trata de reunir el mayor n¨²mero de kilos posibles y la mayor velocidad posible. Es la ¨²nica forma de asegurarle un m¨ªnimo de rentabilidad a la campa?a. Cuando se recoge aceituna no se levanta la cabeza.
Agachar la cabeza
La jornada de un aceitunero comienza poco despu¨¦s de las ocho de la ma?ana y termina sobre la seis de la tarde, con media hora de parada para la comida. El trabajo se realiza bajo la supervisi¨®n de un manijero. En la cuadrilla, los hombres varean los olivos y las mujeres, agachadas en el suelo, recogen las aceitunas en capazos de media fanega (25 kilos). La aceituna se lleva hasta el remolque del empresario y, all¨ª por cada media fanega se entrega una chapa de metal que al final de la jornada sirve para determinar la cantidad recogida. por cuadrilla y ajustar el precio.
Los trabajadores que est¨¢n ahora en la recogida de la aceituna son los mismos que se desplazan cada a?o a la vendimia francesa, a la recogida del esp¨¢rrago en Navarra o a la fresa de Huelva, y que completan el a?o en campa?as que, como el algod¨®n o la remolacha, demandan cada vez menos mano de obra. La emigraci¨®n temporera, con el desarraigo y los problemas de ubicaci¨®n que genera, es la forma habitual de vida de un amplio colectivo de andaluces. Una forma de vida para agachar la cabeza.
Ni?os lejos del colegio
El trabajo de menores dentro de las cuadrillas es una de las constantes de la campa?a de la aceituna. Aunque no hay datos oficiales, una visita a diferentes tajos revela como una constante la presencia de ni?os de 12 a?os y de menos limpiando aceitunas en las cribas o recogi¨¦ndolas en los serones. M¨¢s numerosos son los ni?os de corta edad que son sacados de los colegios para permanecer en los cortijos mientras sus padres hacen la campa?a.La recogida de la aceituna es causa de retraso escolar para un buen n¨²mero de ni?os entre los 6 y los 16 a?os. Mari Carmen, de 12 a?os, que lleva m¨¢s de dos meses en un cortijo cercano a Badolatosa (Sevilla) afirma, no sin verg¨¹enza, que ha tenido que repetir segundo, de EGB "porque soy muy mala estudiante". Manol¨ªn y Jos¨¦, de poco m¨¢s de 8 a?os, est¨¢n junto a su padre limpiando de ramas y hojas las aceitunas que despu¨¦s ser¨¢n llevadas a pesaje. Aunque confiensan que les gusta m¨¢s estar en el campo que en el colegio, lo de limpiar aceitunas no los tiene demasiado convencidos.
La falta de guarder¨ªas adecuadas y de un control oficial sobre el trabajo de menores est¨¢ en el origen de la situaci¨®n que todav¨ªa persiste en la campa?a de la aceituna. La elevada tasa de paro en la agricultura andaluza no ha eliminado la utilizaci¨®n de j¨®venes en edad escolar como fuerza laboral. En el trabajo temporero a destajo todo parece valer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.