La dimisi¨®n del l¨ªder de UNO supone un duro golpe para la pol¨ªtica de Reagan hacia Nicaragua
La dimisi¨®n de Arturo Cruz de la direcci¨®n de Unidad Nicarag¨¹ense Opositora (UNO) puede suponer el golpe definitivo que acabe con la ayuda del Congreso norteamericano a los contra y con la pol¨ªtica de Ronald Reagan de intentar derrocar a los sandinistas financiando una guerra sucia. El continuado apoyo a los rebeldes se consideraba ya insostenible, debido al Irangate. "?sta es la sentencia de muerte para la contra" afirmaron ayer dirigentes dem¨®cratas, que han advertido a Reagan que el Congreso ya ha aprobado su ¨²ltimo d¨®lar para los rebeldes y le han pedido que busque una pol¨ªtica alternativa.
El l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes, Thomas Foley, afirm¨® tras conocer la decisi¨®n de Cruz: "Estamos dando un aviso con tiempo a la Casa Blanca de que hasta aqu¨ª hemos llegado". La confirmaci¨®n de que la contra no es el instrumento capaz de cambiar el r¨¦gimer. de Managua puede hacer, a medio plazo, que EE UU deje de boicotear una soluci¨®n diplom¨¢tica negociada en el marco regional centroamericano.Pero el presidente, que sigue empe?ado en ayudar a los rebeldes para impedir una "cabeza de playa sovi¨¦tico-cubana" en Centroam¨¦rica, ha solicitado al Parlamento 105 millones de d¨®lares de nueva ayuda para la contra. Reagan sostiene que abandonar su pol¨ªtica hacia Nicaragua obligar¨ªa a la larga a una intervenci¨®n directa de los marines, opci¨®n que no quiere dejar al pr¨®ximo presidente.
La dimisi¨®n del hamletiano Cruz, que lleva meses amenazando con dar este paso, cay¨® como una bomba en Washington y dej¨® sorprendido al Departamento de Estado, s¨®lo horas antes de que el Congreso votase (hoy) la entrega de 40 millones de d¨®lares de ayuda para la contra, ya aprobados anteriormente. Los dem¨®cratas intentar¨¢n bloquearla hasta que Reagan explique d¨®nde est¨¢ el dinero iran¨ª desviado a la contra y qu¨¦ pas¨® con cantidades anteriores que no aparecen.
Los dem¨®cratas admiten que se trata s¨®lo de un movimiento simb¨®lico, ya que no cuentan con los votos necesarios para superar un seguro veto presidencial. Pero quieren dejar claro que, cuando Reagan vuelva en oto?o al Congreso a solicitar 105 millones de d¨®lares de nueva ayuda, las posibilidades de lograrla ser¨¢n nulas
La presencia de Cruz -que hace unos d¨ªas logr¨® una victoria p¨ªrrica sobre su rival Adolfo Calero, que abandon¨® UNO- constitu¨ªa una d¨¦bil garant¨ªa de que la contra respetar¨ªa los derechos humanos, pondr¨ªa fin a la corrupci¨®n financiera y ampliar¨ªa su base pol¨ªtica para convertirse en un verdadero movimiento nacionalista de amplia oposici¨®n a los sandinistas.
Una posibilidad barajada por los observadores ser¨ªa la aparici¨®n de Cruz, dentro de unos meses, en el interior de Nicaragua, liderando la oposici¨®n interna, una vez que se confirme el fin de la contra. En ese caso, Cruz seguir¨ªa siendo ¨²til a Washington para una salida negociada con los sandinistas -que no tendr¨ªan que sentarse a la mesa con los rebeldes armados- en el marco del plan de paz de Costa Rica.
Para un Congreso dominado por los dem¨®cratas, que estaba ya buscando un salida para concluir la ayuda, la decisi¨®n del respetado Cruz es la prueba de la imposibilidad de corregir el movimiento rebelde y de convertirlo en el representante de toda la oposici¨®n nicarag¨¹ense. S¨®lo un 20% de los norteamericanos aprueba que sus d¨®lares sirvan para financiar a la contra. Pero el presidente y los sectores m¨¢s ideologizados de su Administraci¨®n han convertido este tema en la pieza clave, junto con la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), de su pol¨ªtica exterior.
El poder de la CIA
Hace unas semanas, el secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Elliot Abrams, consigui¨® convencer a Cruz de que continuara en el triunvirato de UNO, ¨²nica posibilidad de que los rebeldes fueran a¨²n respetados en el Congreso. Sin embargo, es la CIA la que controla realmente al Ej¨¦rcito rebelde (el FDN de Berm¨²dez y Calero), y s¨®lo hay un brazo pol¨ªtico, ideado por Washington el pasado a?o, para dar credibilidad a la contra. La Agencia Central de Inteligencia se entiende bien con Calero."Es triste, y lo lamento", afirm¨® ayer Abrams, personalmente implicado en el Irangate y en la red privada montada ilegalmente por Oliver North de ayuda a la contra, "pero surgir¨¢n nuevos l¨ªderes para reemplazar a Arturo Cruz. Robelo sigue, y habr¨¢ reformas". El l¨ªder republicano en el Senado y candidato a la presidencia, Robert Dole, declar¨® que "ser¨ªa injusto castigar a la contra por los errores de la Administraci¨®n".
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