Sam Nujoma: "Sur¨¢frica no ha podido derrotarnos"
Entrevista con el l¨ªder de la SWAPO
"Sur¨¢fica no ha conseguido derrotar militarmente al pueblo namibio" ni embaucarle con la "farsa de t¨ªteres" que representa el denominado Gobierno provisional impuesto en junio de 1986, ha declarado a EL PAIS Sam Nujoma, presidente de la Organizaci¨®n Popular del ?frica del Suroeste (WAPO), que lucha desde hace 21 a?os contra Pretoria para lograr la independencia de Namibia, un extenso territorio en su mayor¨ªa des¨¦rtico, pero muy rico en diamantes, cobre y uranio. "Es un pa¨ªs inmenso en el que hay sitio de sobra para todos: los leones, las jirafas, los elefantes los negros y, por, supuesto, los blancos", afirma el l¨ªder africano que ayer termin¨® su visita a Espa?a.
Situaci¨®n pol¨ªtica de la SWAPO. El Gobierno racista de Sur¨¢frica ha impuesto en Namibia en junio del a?o pasa do el denominado Gobierno de transici¨®n. Se trata de una mera maniobra para intentar embaucar al pueblo namibio y retrasar su marcha del pa¨ªs como lo exige la resoluci¨®n 435 de la ONU. Pero ni ha sido legi timado por el voto en las urnas ni tiene el apoyo popular.Situaci¨®n militar. No es cierto como afirma Pretoria que Sur¨¢frica ha logrado el control militar de Namibia. Hay un hecho innegable: la SWAPO desarrolla una guerra de liberaci¨®n desde hace 21 a?os en los que ha logrado sobrevivir a los intentos de Sur¨¢frica para eliminarla y consolidar la anexi¨®n de Namibia. Operaciones especiales realizadas por unidades entrenadas al estilo de las SS nazis, reclutamiento forzoso de ind¨ªgenas, bombardeos de la aviaci¨®n surafricana, matanzas de nuestros refugiados en Angola, ataques y redadas contra poblados y escuelas y la insistencia de la propaganda realizada por hombres uniformados con la Biblia en mano, no han podido con nosotros. Namibia apenas tiene 1,5 millones de habitantes. Si fueran ciertos todos los comunicados en los que Sur¨¢frica afirma haber dado muerte a gorilas de la SWAPO, a estas horas no quedar¨ªa nadie vivo en nuestro pa¨ªs.
Relaciones con el ANC. Existe una estrecha cooperaci¨®n en tre la SWAPO y el ANC -Congreso Nacional Africano, la oposici¨®n armada surafricana- puesto que luchamos, aunque con objetivos distintos, contra un enemigo en com¨²n: el r¨¦gimen racista de Pieter Botha. Naturalmente, a la hora de combatir, nos limitamos a actuar cada uno en nuestro corresponendiente territorio.
Programa pol¨ªtico. Nuestro objetivo es, el plano interior, el establecimiento de un Gobierno democr¨¢tico tras la celebraci¨®n de elecciones en las que participen todos los grupos pol¨ªticos. Centrar nuestros esfuerzos en la mejora del nivel de vida de las masas explotadas por el r¨¦gimen colonialista y, en el exterior, desarrollar una pol¨ªtica neutral y de no alineamiento.
Relaciones con EE UU. El presidente Reagan ha elaborado la tesis del v¨ªnculo, es decir, que la descolonizaci¨®n de Namibia por parte de Sur¨¢frica debe estar unida a la retirada total de las tropas cubanas estacionadas en Angola. Es una hipocres¨ªa. Angola es un Estado soberano y es su deber defender a su pueblo y su integridad territorial contra los bombardeos que los surafricanos y los bandidos de la guerrilla de UNITA, entrenados por Pretoria, realizan a diario contra su territorio. Por otra parte, est¨¢ la actuaci¨®n positiva del Congreso que ha aprobado las sanciones econ¨®micas contra Sur¨¢frica.
Relaciones con la CE. Nuestro principal deseo es que los pa¨ªses de la CE, especialmente el Reino Unido y la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), sigan el ejemplo de EE UU. Nos parece especialmente grave la actuaci¨®n de la RFA que, adem¨¢s de suministrar los veh¨ªculos a la infanter¨ªa surafricana, actualmente est¨¢ negociando con Sur¨¢frica la posibilidad de enterrar en el desierto de Namibia residuos nucleares.
Relaciones con la URSS. Nuestros principales aliados son los pa¨ªses de la l¨ªnea del frente. No niego que la Uni¨®n Sovi¨¦tica nos proporciona un importante apoyo. Francia y el Reino Unido se aliaron con Rusia en la II Guerra Mundial para luchar contra Hitler. ?Por qu¨¦ raz¨®n no podemos nosotros aceptar la ayuda sovi¨¦tica para eliminar la ocupaci¨®n nazi surafricana?
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