Actricesy princesas

Cr¨ªmenes del coraz¨®n, dirigida por Bruce Beresford, es un melodrama al que se ha dado un tratamiento de cuento de hadas. Eso hace que la pel¨ªcula pase, como sus protagonistas, de las l¨¢grimas a las risas con gran facilidad. Para lograr este resultado, Bruce Beresford ha recubierto el producto con un espeso pero transparente ba?o de alm¨ªbar de manera que todas las rugosidades desaparezcan bajo una satinada, brillante y tersa capa de caramelo.Sin embargo, si el espectador no se conforma con la apariencia y se atreve a morder con fuerza, descubrir¨¢ otros gustos, ¨¢cidos y amargos, al tiempo que algunas partes ins¨ªpidas.

Diane Keaton, Sissy Spacek y Jessica Lange son las tres hermanitas del cuento. No son chicas virtuosas, al menos dos de ellas, y ¨¦se es su atractivo. Son un divertido cruce entre princesas y brujas, empe?adas las tres -espl¨¦ndidas- actrices enjugar con su imagen y su cuerpo, renunciando al glamour y sus pompas a cambio de una humanidad pueblerina.

Primitivismo hortera

As¨ª, Jessica Lange no s¨®lo lleva el pelo mal decolorado y se pasa toda la funci¨®n con la misma ropa siniestra, sino que adem¨¢s cultiva una especie de primitivismo hortera que se hace pat¨¦tico -al menos eso es lo que se pretende- cuando ella descubre su cojo, miope y desdentado Sam Shep¨¢rd que las ¨²ltimas navidades las celebr¨® encerrada en un psiqui¨¢trico.Diane Keaton exagera sus arrugas y se pasa casi todo el filme quej¨¢ndose, mientras que Sissy Spacek embarca su figura de adolescente c¨¢ndida en un intento de asesinato y la iniciaci¨®n sexual de un menor.

Sin duda, Bruce Beresford es un director elegante que adem¨¢s sabe potenciar el trabajo de sus int¨¦rpretes. Con Tender Piercies le proporcion¨® un ¨®scar por su interpretaci¨®n a Robert Duvall, con su a¨²n australiana Breaker Morant nos dio a conocer a actores despu¨¦s incorporados con ¨¦xito al cine americano.

Ahora, ha vuelto a conseguir que algunas de sus hero¨ªnas sea nominadas por la academia hollywodense. Lo cierto es que su trabajo las ayuda a escapar del psicologismo que destila la obra de teatro original y potencia el lado de humor negro y de extra?eza de la historia, solucionando magn¨ªficamente los intentos de suicidio de Sissy Spacek o la agon¨ªa no consumada de su marido.

Director, actrices y t¨¦cnicos est¨¢n, en definitiva, muy por encima del material con el que se cometen esos Cr¨ªmenes del coraz¨®n.