El presupuesto brit¨¢nico prev¨¦ una rebaja fiscal y un menor endeudamiento p¨²blico
El canciller del Exchequer (ministro de Hacienda), Nigel Lawson, present¨® ayer ante la C¨¢mara de los Comunes el presupuesto para el a?o fiscal 1987-1988, en el que combin¨® una baja de dos puntos en los impuestos directos sin aumentar los indirectos, con una reducci¨®n sustancial de las necesidades de endeudamiento del sector p¨²blico. Inmediatamente, portavoces autorizados de la City londinense calificaron el presupuesto de "prudente" y "cauto", mientras que la oposici¨®n laborista lo calificaba de "intento de soborno" al electorado y la socialdem¨®crata lo tachaba de "enga?o".
Lawson, un economista de 55 a?os, antiguo periodista de Fleet Street, que desempe?a la cartera de Hacienda desde la segunda victoria conservadora en el a?o 1983, calific¨® su presupuesto de "presupuesto construido sobre el ¨¦xito y para el ¨¦xito".La expectaci¨®n para asistir al debate de los Comunes -junto con el discurso de la Corona, el acto pol¨ªtico parlamentario m¨¢s importante del a?o en el Reino Unido- hab¨ªa batido todos los r¨¦cords, ya que posiblemente sea el ¨²ltimo presupuesto antes de las pr¨®ximas elecciones generales y exist¨ªa un verdadero inter¨¦s en conocer si el Gobierno presentar¨ªa un presupuesto electoralista.
Los medios de comunicaci¨®n llevaban algunas semanas especulando sobre el posible alcance de la reducci¨®n esperada en la banda m¨ªnima de los impuestos por rendimiento de trabajo personal; unos, apostando por el 2%, y otros, por el 4%.
Dudas hamletianas
Uno de ellos, incluso, public¨® un titular en el que, jugando con la duda hamletiana en el famoso mon¨®logo, se preguntaba "two p. or not two p." (dos peniques o no dos peniques) que en ingl¨¦s suena igual que el famoso "to be or not to be" de Hamlet.Lawson opt¨® por la prudencia para no ser acusado de intentar comprar a los electores en los meses anteriores a la convocatoria electoral y se qued¨® en los dos peniques. A partir de la primera paga que reciban los brit¨¢nicos despu¨¦s del d¨ªa 7 del pr¨®ximo mes de mayo -fecha de las elecciones municipales-, la banda m¨ªnima se reducir¨¢ en dos puntos del 29% al 27%. Los impuestos directos estaban en el 33% en la banda m¨ªnima cuando los conservadores llegaron al Poder en 1979 y en el 8,3% en la m¨¢xima, y en la actualidad han quedado fijados en el 27% y 60%, respectivamente.
El canciller, calificado por los medios de comunicaci¨®n como uno de los ministros de Hacienda m¨¢s afortunados de la posguerra, anunci¨® igualmente que las necesidades de endeudamiento del sector p¨²blico, fijadas en 7.000 millones de libras (unos 1,4 billones de pesetas), se reducir¨ªan a s¨®lo 4.000 millones (800.000 millones de pesetas) en el presente a?o fiscal, lo que equival¨ªa a un 1% del producto interior bruto (PIB).
Igualmente, Lawson sorprendi¨® a la C¨¢mara y al pa¨ªs con el anuncio de que los impuestos indirectos tradicionales, el alcohol, los cigarillos y la gasolina, no experimentar¨ªan subida alguna. Incluso, en el caso de la gasolina se prev¨¦ una bajada de cinco peniques (unas 10 pesetas) en el gal¨®n para el combustible sin plomo.
La baja de impuestos directos, el mantenimiento de los indirectos y la reducci¨®n de las necesidades de endeudamiento del Estado han sido posibles gracias a un incremento imprevisto a niveles insospechados de las recaudaciones procedecentes del impuesto de sociedades por los beneficios de las grandes compa?¨ªas, que en algunos casos han superado los 1.000 millones de libras (unos 200.000 millones de pesetas), y del impuesto del valor a?adido (IVA) gracias a una explosi¨®n del consumo.
En l¨ªnea con las promesas hechas por los conservadores y su primera rninistra, Margaret Thatcher, en 1979, Lawson manifest¨® que la reducci¨®n de la banda m¨ªnima de los impuestos directos hasta alcanzar el 25% segu¨ªa siendo "un objetivo prioritario" para el Gobierno.
Y, en la misma l¨ªnea, anunci¨® que el n¨²mero de accionistas Individuales en el pa¨ªs hab¨ªa saltado de 3.000.000 a 8.500.000 en virtud de la privatizaci¨®n realizada por los tories (conservadores) de antiguas compa?¨ªas estatales, como British Telecom, British Gas y British Airways.
Como era de esperar, el presupuesto fue criticado por la oposici¨®n por no prestar la atenci¨®n debida a la lucha contra el desempleo, que, aunque lleva descendiendo m¨ªnimamente desde el pasado oto?o, todav¨ªa en estos momentos alcanza una cifra importante: 3.183.000 parados.
El l¨ªder laborista, Neil Kinnock, manifest¨® que se trataba de "un presupuesto destinado a soborbar al electorado y m¨¢s preocupado por las elecciones generales que por el bienestar general". Para David Owen, l¨ªder socialdem¨®crata, el presupuesto brit¨¢nico para este a?o constitu¨ªa "un enga?o, en el que se regala mucho m¨¢s de lo que parece".
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