Tras Bellvitge

El 28 de febrero le¨ª alarmado el editorial de EL PAIS El hospital del SIDA, que se refer¨ªa al hospital de Bellvitge. Est¨¢ bien, como dice el editorial, que se abra una investigaci¨®n a fondo y se depuren responsabilidades, pero no s¨®lo a este hospital sino a todos los responsables de la sanidad p¨²blica, de la Administraci¨®n central y de las autonom¨ªas. El editorial se preguntaba sobre los posibles cr¨ªmenes sociales que se pod¨ªan estar cometiendo. Si esto es as¨ª, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ en los hospitales del resto del Estado espa?ol que han tardado un a?o en dictar una normativa para detectar la existencia del virus del SIDA?En el fondo, deber¨ªamos reflexionar sobre en qu¨¦ manos se encuentra nuestra salud. La Federaci¨®n para la Defensa de la Sanidad P¨²blica y otros trabajadores de la sanidad del resto de hospitales del pa¨ªs vienen denunciado desde hace tiempo la utilizaci¨®n de m¨¦todos y principios economicistas y autoritarios, y luchando por una mejora en la calidad asistencial.

La mejora de la sanidad se est¨¢ consiguiendo a costa de nuestra salud; si no, c¨®mo pueden explicar que en 1980 se aplicara en Sanidad el 4,2% del PIB; en 1982, el 3,84%, y que en 1986 estemos tan s¨®lo en el 3,43%, mientras que la media de la CE es desde hace a?os algo m¨¢s del 6%.

La ¨²nica explicaci¨®n l¨®gica que podemos encontrar es que lo que los actuales responsables del pa¨ªs deber¨ªan invertirse en investigaci¨®n, y en una mejora de la calidad asistencial de todos los ciudadanos, prefieren invertirlo en cosas tan importantes como, por ejemplo, armas.-

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