El Ritz
London Virtuosi en los "Conciertos del Ritz", de Madrid. Me ha tra¨ªdo una marquesa que ¨²ltimamente llama mucho. Y aunque cien a?os llegase a vivir, yo no olvidar¨ªa las tardes del Ritz. Esto tiene m¨²sica. Parece cantado por mi madre, que no cantaba nunca. Peter Lloyd, flauta. Anthony Candem, oboe. Walters, oboe. Andrew Marriner, clarinete. Smith, clarinete. Bourton, fagot. Jim Jones y Raoul D¨ªaz, trompas. Y aunque cien a?os llegase a vivir, yo no olvidar¨ªa las tardes del Ritz. Pues aqu¨ª me tienes, mam¨¢, sujet¨¢ndole el bolso a una de la jet. El t¨¦ parece generado por los clarinetes, como redomas de la hierba. La cena parece panificada por los fagots y los trompas: es m¨¢s pesada. Hotel Ritz, Hotel Palace, viejos y blanqueados hoteles de Madrid, que mejoran en bellepoquismo a los de Europa. El verano pasado cen¨¦ con Soledad Lorenzo en los jardines del Ritz.Es el homenaje natural, involuntario, que puede acceder al magisterio humano, femenino, de Soledad Lorenzo. Tardes/noches del Ritz, pen¨ªnsula de m¨²sica y lubina dos salsas en la geograf¨ªa hirsuta de Madrid. Tras tanto oboe y tanto clarinete, tras tanto soufl¨¦ de Mozart, salgo a la calle como a las ant¨ªpodas: las organizaciones agrarias en movilizaci¨®n sobre la ciudad. Los sindicatos retando al Gobierno con movilizaciones en la calle. Detenidos los autores de la muerte de un farmac¨¦utico. Tr¨¢fico de ni?os mendicantes en Madrid. Los mineros de Hunosa invaden la ciudad. Lola Flores declarando, al fin, que no tiene un duro para pagar los impuestos del PSOE. El peque?o comercio galdosiano cerrado por huelga. Tortas entre gente de carrera en la Concepci¨®n y el Primero de Octubre.
La calle se mueve. ?Cu¨¢l es el verdadero estado de la naci¨®n? ?El del Ritz o el de las huelg¨¢s? ?El de Peter Lloyd, flauta, o el de Felipe Gonz¨¢lez, tenor? Madrid est¨¢ invadido por trabajadores de toda la geograf¨ªa. El Ritz (alabado sea) contribuye a poner ensalmo de paz y m¨²sica en esto. con sus conciertos y sus t¨¦s. Dos madrides, dos realidades enfrentadas, que es lo que crea m¨¢s irrealidad. Al presidente le sobra habilidad para anular parlamentariamente a sus objetores peque?itos, y los va arrasando en su largo mon¨®logo. Es un solista del parlamentarismo. Incluso va teniendo va algo de solista del Ritz.
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