El Parlamento Europeo en el futuro desarrollo institucional
Hay un aspecto del car¨¢cter institucional del Parlamento Europeo al que no se le ha dado la debida importancia en el seno de la Comunidad y que, lo que era m¨¢s de prever, ha sido infravalorado por muchos de los Gobiernos nacionales de los Estados miembros de la misma.A partir de 1979, el Parlamento Europeo ha sido elegido directamente por los ciudadanos de Europa. Este es un hecho pol¨ªtico de enorme trascendencia, que no puede dejar de incrementar su importancia y significaci¨®n a medida que vaya pasando el tiempo. Las implicaciones constitucionales de las elecciones directas tienden a ser subestimadas en el seno de la propia Comunidad porque la Comisi¨®n Europea tiene poderes legislativos y ejecutivos sustanciales, y tambi¨¦n porque no puede tomarse definitivamente ninguna decisi¨®n importante sin el consentimiento y la aprobaci¨®n del Consejo de Ministros, que a menudo s¨®lo act¨²a por unanimidad. Por consiguiente, el papel del Parlamento en el seno de las instituciones ha sido tradicionalmente el de observador y oyente, el de audiencia.
Pero una mala obra de teatro con malos actores transforma a una audiencia en inquieta e irrespetuosa, y en estos ¨²ltimos a?os el Parlamento Europeo ha demostrado su impaciencia, bastante justificable, respecto al equilibrio de poderes de la estructura institucional imperante en la Comunidad. El proyecto de Tratado para la Uni¨®n Europea, defendido por Altiero Spinelli, sigue siendo hasta ahora la propuesta constitucional m¨¢s importante.
Control pol¨ªtico
El Consejo de Ministros no ten¨ªa el menor inter¨¦s en ceder al Parlamento una tal magnitud de control pol¨ªtico, a pesar de las razones, argumentadas de forma convincente, suministradas en el informe de ¨¦ste. El Consejo secuestr¨® de manera efectiva el Acta ¨²nica y la forz¨® en una direcci¨®n diferente. Lo que la sustituy¨® es una alternativa p¨¢lida y d¨¦bil: el Acta ¨²nica Europea.
Desde un punto de vista pol¨ªtico, el deseo de los Gobiernos y de los cuerpos legislativos de los Estados miembros de infravalorar el mandato democr¨¢tico europeo no es sorprendente. La nueva construcci¨®n de Europa depende de la transferencia de algunos derechos democr¨¢ticos soberanos desde las autoridades nacionales a las europeas, proceso que inevitablemente origina problemas constitucionales en algunos Estados miembros.
En la Rep¨²blica Federal, estos problemas eran evidentes en el nivel de los L?nder, y ello suscit¨® un problema pol¨ªtico m¨¢s general: el de equilibrar los movimientos democr¨¢ticos paralelos de delegaci¨®n regional de poderes y de progreso hacia una uni¨®n europea. Estas tendencias no deben Regar a ser mutuamente exclusivas; de hecho, deben ser complementarias.
De todas las instituciones de la Comunidad, el Parlamento Europeo tiene que ser el que experimente el mayor desarrollo en los pr¨®ximos a?os. Pero es dif¨ªcil llevar a cabo una funci¨®n parlamentaria sin un Gobierno reconocible. El Consejo de Ministros es una de las instituciones m¨¢s insatisfactorias, cuya estructura de toma de decisiones est¨¢ m¨¢s caracterizada por el personal directivo y dem¨¢s funcionarios, muy trabajadores, que por la influencia directa de los ministros de los distintos Gobiernos. Sigue siendo la instituci¨®n menos comunitaria de la Comunidad, y constituye un modelo poco de fiar para un Gobierno. Su propensi¨®n a excluir de facto al Parlamento de las decisiones importantes pone nuevamente de manifiesto el problema.
Responsabilidades
Se ha dado el caso con demasiada frecuencia de que el Parlamento se ha puesto, o ha sido puesto, en rid¨ªculo debido a la adopci¨®n de posturas sin sentido o de resoluciones vac¨ªas de contenido. Es muy interesante, por tanto, que la importancia pol¨ªtica del Parlamento aumente en proporci¨®n directa con el incremento de sus responsabilidades.
La principal tarea del Parlamento Europeo es la de devolver al pueblo, al que por derecho le pertenecen, el poder pol¨ªtico y el ejercicio del control democr¨¢tico. Los poderes parlamentarios sobre el presupuesto de la Comunidad Econ¨®mica Europea siguen siendo parciales y, en gran medida, simb¨®licos, a pesar de la igualdad de poder compartido que el tratado le atribuye.
Si el Parlamento va a cumplir debidamente su mandato debe garantizar que defiende a los europeos contra la concentraci¨®n del poder pol¨ªtico en las manos de los ministros de los distintos Gobiernos, especialmente en relaci¨®n con los recursos y las finanzas de la Comunidad.
El Parlamento necesita mejorar su imagen, su reputaci¨®n y su legitimidad en los Estados miembros. ?Aceptar¨¢n ahora los Gobiernos y los parlamentos nacionales las implicaciones de las elecciones directas, cobrar¨¢n la suficiente valent¨ªa pol¨ªtica y ayudar¨¢n al Parlamento Europeo en este cometido? ?O tendremos que seguir siendo una audiencia que s¨®lo ve parcialmente mientras el poder pol¨ªtico real sigue peligrosamente concentrado detr¨¢s de las puertas cerradas de las reuniones ministeriales?
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