Todos los caminos conducen a R¨ªmini
Expectaci¨®n en Italia ante la apertura, hoy, del congreso del PSI
ENVIADO ESPECIAL La crisis pol¨ªtica abierta en Italia por la dimisi¨®n hace un mes del Gobierno encabezado por el primer ministro, Bettino Craxi, otorga un renovado inter¨¦s al 44? Congreso del Partido Socialista Italiano (PSI), que se inicia hoy en la ciudad de R¨ªmini, a orillas del Adri¨¢tico. Los principales actores de dicha crisis, a¨²n no resuelta, estar¨¢n presentes en el congreso socialista y Craxi romper¨¢ su calculado silencio de las ¨²ltimas semanas, mientras los primeros espadas de las principales fuerzas pol¨ªticas fijar¨¢n su postura, cuando parece inevitable la convocatoria de elecciones anticipadas. Por eso todos los caminos conducen a R¨ªmini.
Hoy al mediod¨ªa, pocas horas antes de que el imprevisible Craxi suba al podio para dirigirse a los cerca de 5.000 asistentes al congreso, est¨¢ previsto que la presidenta de la C¨¢mara de Diputados, la comunista Nilde Jotti, presente al presidente de la Rep¨²blica, el democristiano Francesco Cossiga, el resultado de la gesti¨®n exploratoria que ¨¦ste le encargara para intentar posteriormente la formaci¨®n de un Gobierno que complete la actual legislatura, que finaliza en el verano de 1988. En esa misi¨®n ya ha fracasado el democristiano Giulio Andreotti.Cualquiera que sea el resultado de esa gesti¨®n, el congreso del PSI realizar¨¢ un balance de la pol¨ªtica reformista practicada en Italia en los ¨²ltimos a?os y plantear¨¢ las condiciones necesarias para que los socialistas se conviertan en protagonistas de esa pol¨ªtica en el futuro. "Estoy mudo como un pez, como si hubiera un cartel que prohibiera hablar de pol¨ªtica. Pero el martes [por hoy] quitaremos ese cartel", declar¨® Craxi el pasado fin de semana.
El PSI, tercera fuerza pol¨ªtica italiana, ha obtenido en las ¨²ltimas elecciones generales, realizadas en 1983, el 11,4% de los votos, despu¨¦s de la Democracia Cristiana (DC), con el 32,9%, y del Partido Comunista Italiano (PCI), el 29,9%. Con ese capital pol¨ªtico, que representa a unos 4.300.000 votantes, se ha convertido en el eje de las alianzas para lograr una mayor¨ªa parlamentaria.
Ese hecho y el fuerte liderazgo que Craxi ha imprimido a su gesti¨®n ha llevado al PSI a encabezar durante casi cuatro a?os el Gobierno del pentapartido, la coalici¨®n integrada por democristianos, socialistas y tres fuerzas de representatividad menor: republicanos (5,1% de los votos), socialdem¨®cratas (4,1%) y liberales (2,9%).
Tras la dimisi¨®n de Craxi, el pasado 3 de marzo, la tensi¨®n entre socialistas y democristianos se ha agudizado. El secretario general de la DC, Ciriaco de Mita, se ha convertido en la bestia negra de V¨ªa del Corso (sede del PSI en Roma). Los socialistas le acusan de potenciar las pretensiones hegem¨®nicas dentro de la coalici¨®n y de impedir la celebraci¨®n de los referendos previstos para este verano, en especial los referidos a la energ¨ªa nuclear y a la responsabilidad de los magistrados. Su r¨¦plica a Craxi puede ser uno de los momentos m¨¢s significativos del Congreso.
En R¨ªmini estar¨¢ el secretario general del PCI, Alessandro Natta, al frente de una amplia delegaci¨®n, y el secretario general de los republicanos, Giovanni Spadolini, entre otros. Si la pol¨ªtica de colaboraci¨®n-competici¨®n con la DC decidida por los socialistas en el congreso de Palermo de 1981 atraviesa momentos dif¨ªciles, no parecen ser mucho mejores los v¨ªnculos del PSI con los comunistas, integrantes de la segunda gran fuerza pol¨ªtica italiana. A pesar de una relativa distensi¨®n entre ambos partidos, los socialistas siguen acusando al PCI de oscilar entre el pasado y el presente sin reconocer las nuevas realidades de la ¨²ltima d¨¦cada.
En esta situaci¨®n se llega a R¨ªmini. Se da por descontada la reelecci¨®n de Craxi en la secretar¨ªa general, cargo que se debe renovar junto al del vicesecretario general, que ocupa el joven Claudio Martelli, y al de los 17 miembros del comit¨¦ ejecutivo, los 53 integrantes de la direcci¨®n y los 473 de la asamblea nacional partidaria. La propuesta de autorreforma del PSI para adaptarlo a la nueva etapa ser¨¢ una de las cuestiones centrales en cuanto a la organizaci¨®n interna.
Pero, sin duda, las propuestas pol¨ªticas y las reformas institucionales que el PSI plantea al pa¨ªs -elecci¨®n de presidente de la Rep¨²blica por voto directo, reforma de la Constituci¨®n y de la ley electoral, entre otras ser¨¢n las m¨¢s pol¨¦micas. El partido viene de una muy reciente experiencia de gobierno y ha tenido un cierto crecimiento de afiliados en los ¨²ltimos a?os (pas¨® de 514.000 en 1980 a cerca de 590.000 en 1986).
En el Gobierno dimisionario el PSI tiene, adem¨¢s de la presidencia, cinco ministros sobre 28; en la C¨¢mara de Diputados, 74 sobre 630; en el Senado, 38 sobre 315, y en el Parlamento Europeo, nueve. Al congreso de R¨ªmini asisten 1.100 delegados. Lombard¨ªa (con 136), Sicilia (117), Lazio (111) y Campania (107) son las regiones con mayor representaci¨®n.
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