La historia personal de los padres, principal argumento del juez en su sentencia sobre 'Baby M'
La sentencia del juez del Estado de Nueva Jersey que el pasado martes neg¨® a una madre alquilada el derecho a conservar a su hijo ha puesto fin a una batalla legal que ha enfrentado dos estilos de vida. La custodia de la ni?a, de un a?o, conocida ante los tribunales como Baby M, fue concedida a su padre y a la mujer de ¨¦ste, que no pod¨ªa quedarse embarazada. Su madre biol¨®gica, que acept¨® engendrar al beb¨¦ por inseminaci¨®n artificial y se neg¨® a entregar a la hija, recurrir¨¢ la sentencia y ha afirmado que est¨¢ dispuesta a llegar al Tribunal Supremo.
Los antecedentes de los principales protagonistas del caso fueron ampliamente expuestos durante la vista del juicio y el juez Harvey Sorkow, del condado de Bergen, Nueva Jersey, convirti¨® el diferente estilo de vida de estas personas en el argumento central de su sentencia.Las dos familias se encontraron por mediaci¨®n del Centro Internacional de Fertilidad, una agencia de Nueva York, que pone en contacto a madres de alquiler con parejas que desean tener hijos.
Mary Beth Whitehead, de 29 a?os, descrita en la sentencia como una joven que abandon¨® sus estudios de bachillerato, fue calificada por la agencia neoyorquina como poseedora del "perfil perfecto" de una madre de alquiler. Casada y con dos hijos, asegur¨® que no quer¨ªa aumentar su familia. Su marido se hab¨ªa sometido a una operaci¨®n de vasectom¨ªa tras el nacimiento de su segundo hijo. Cuando rellen¨® la ficha de la agencia asegur¨® que quer¨ªa convertirse en una madre de alquiler para "dar el m¨¢s delicado regalo de felicidad a una desdichada pareja, a la par que obtener el beneficio financiero para mi familia". Prometi¨® no crear lazos afectivos con el beb¨¦, no darle de mamar y entregarlo tras el parto. Sin embargo, no pudo mantener sus promesas, y se neg¨® tanto a aceptar los 10.000 d¨®lares de tarifa como a entregar a su hija, a la que llam¨® Sara.
El juez, en la sentencia, analiz¨® las antecedentes de Mary, a la que describi¨® como miembro de una familia de ocho hermanos, que abandon¨® el bachillerato en el segundo curso y que se cas¨®, poco despu¨¦s, con Richard Whitehead y pronto tuvo hijos. El matrimonio, seg¨²n la sentencia, tuvo problemas. Richard, de 37 a?os, ten¨ªa problemas con la bebida y dificultades para mantener un empleo. Dos hipotecas pesan sobre su casa, en un barrio de clase media de Nueva Jersey. Mary tuvo que trabajar en una ocasi¨®n como bailarina en un bar para ayudar a la econom¨ªa familiar y la pareja se declar¨® una vez legalmente arruinada.
El juez Sorkow afirm¨® que Mary era la que mandaba en la pareja y la calific¨® como una mujer "manipuladora, impulsiva y explotadora, una mujer sin simpat¨ªa". ?l a?adi¨® que Mary minti¨® cuando se sinti¨® amenazada y que coloc¨® a sus otros dos hijos en el centro de atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. "Es una buena madre para sus hijos mayores, pero no ser¨ªa una buena custodia para Baby M'.
Por el contrario, el matrimonio Stern, ambos de 41 a?os, fue descrito en t¨¦rminos elogiosos.
"Los Stern tienen una vida privada discreta y tranquila que augura un hogar estable para Baby M', afirm¨® el juez.
William Stern es hijo de un superviviente de la persecuci¨®n nazi que lleg¨® a Estados Unidos despu¨¦s de la segunda guerra mundial. Actualmente no tiene m¨¢s familiares que su mujer y el juez considera natural que desee tener un hijo propio.
Los Stern se conocieron en la universidad. Ambos tienen doctorados; ¨¦l, en bioqu¨ªmica, y ella, en gen¨¦tica humana. Elizabeth Stern es pediatra. Aplazaron tener hijos hasta que Elizabeth terminase sus estudios en pediatr¨ªa, que la hubieran distra¨ªdo de sus atenciones para con los hijos. Esto impresion¨® al juez, que afirm¨® en la sentencia: "Con los ingresos y la educaci¨®n m¨¦dica de la se?ora Stern y el conocimiento cient¨ªfico de su marido, la salud del ni?o no estar¨¢ en peligro". Y a?adi¨®: "El matrimonio Stern se ha presentado como gente sincera, cre¨ªble y honesta. No han mostrado dificultades para hacer frente a la crisis".
Harold Cassidy, abogado de Mary Whitehead, ha afirmado que la batalla sobre la condici¨®n social se hab¨ªa impuesto sobre el tema moral del contrato de alquiler, lo que consider¨® "decepcionante".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.