Juan Pablo II se solidariza con los pobres en su visita a las barriadas obreras
El papa Juan Pablo II dijo ayer, ante unas 200.000 personas de barriadas obreras del sur de Santiago, que se solidariza con los m¨¢s pobres, en el segundo acto multitudinario que ha realizado en Chile. En los testimonios previos, tres pobladores (habitantes de las villas miseria) denunciaron la opresi¨®n y la dictadura. Al menos una quincena de personas result¨® herida al t¨¦rmino del encuentro cuando la polic¨ªa carg¨® contra la multitud que gritaba consignas. En los incidentes, los manifestantes arrojaron piedras contra carabineros
Los pobladores y no el Papa fueron los protagonistas de la reuni¨®n que Juan Pablo II tuvo con los habitantes de las barriadas del sector de Am¨¦rico Vespucio. Ante la multitud, una pobladora, Luisa Rivera, dio un testimonio dram¨¢tico: "Queremos una vida digna, sin dictadura, presos pol¨ªticos ni torturados; que vuelvan todos los exiliados". Mario, del oriental sector de Pe?alol¨¦n, pidi¨® ante los micr¨®fonos: "Que nos dejen de matar en la poblaci¨®n". Jimena, en la tercera intervenci¨®n, denunci¨® que los j¨®venes son objeto de "represi¨®n y golpes", y que muchos han sido "confinados, heridos, muertos y hasta quemados".Censura oficial
Despu¨¦s de los testimonios, que la televisi¨®n oficial censur¨® a los chilenos, el Papa cambi¨® el texto de su discurso al leerlo. En vez de hablar de "un inmenso gozo", dijo: "Una inmensa conmoci¨®n invade mi coraz¨®n". Con tacto, suprimi¨® una alusi¨®n en su intervenci¨®n a los curas influidos por "intereses ideol¨®gicos o pol¨ªticos" y, en su discurso de media hora, dijo que en Chile ha podido ver "con dolor la pobreza de muchos, en contraste con la opulencia de algunos".
En el escenario, unas chabolas de madera sobre contenedores, el Papa tom¨® una taza de t¨¦ y comi¨® pan, ofrecidos por una familia como los alimentos habituales en las barriadas pobres. Juan Pablo II les dijo: "El Papa se solidariza con vosotros cuando os ve padecer hambre, fr¨ªo y abandono". En su segundo d¨ªa en Chile, sin embargo, todav¨ªa no habla de democracia y libertad, las palabras claves que los pobladores esperan.
Con el sonido de los altavoces a todo volumen y c¨¢nticos religiosos, los vicarios que conduc¨ªan el acto intentaron que mantuviera un car¨¢cter pastoral, tapando las consignas contra el r¨¦gimen. La multitud mantuvo silencio cuando el Papa habl¨®.
La voz de las v¨ªctimas
Al llegar, Juan Pablo II pase¨® en su papam¨®vil entre una multitud que ped¨ªa a gritos justicia. El vicario de la zona sur, Felipe Barriga, dijo que al acto asist¨ªan los que han sufrido en sus derechos humanos, las v¨ªctimas del terrorismo y la violencia a quienes la Iglesia "ha tendido la mano en defensa de su vida y dignidad". Mientras la multitud ondeaba pa?uelos blancos, Luisa Rivera denunci¨® que "son muchos los ni?os desnutridos y profesores despedidos" y denunci¨®: "Estamos agobiados por la cesant¨ªa [el desempleo] y los bajos sueldos".
Mientras la mujer se dirig¨ªa a la multitud, algunos periodistas lloraron, y el Papa escuchaba sentado, en actitud de concentraci¨®n. Al terminar las intervenciones, Juan Pablo II dio las gracias a los pobladores, abraz¨® y bes¨® a quienes dieron sus testimonios y les expres¨® que la Iglesia pide que todos, "utilizando los medios a su alcance, grandes o peque?os, que se empe?en en desterrar de vuestra tierra todas las causas de la pobreza injusta".
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