Los gallegos y los alimentos preparados para gatos
La fuerte y en¨¦rgica protesta de la Uni¨®n de Consumidores de Pontevedra ha sido provocada por la afirmaci¨®n que se hizo en El Pa¨ªs Semanal del pasado domingo 8 de marzo en el reportaje escrito por Jos¨¦ Catal¨¢n Deus titulado Ciudadano perro. En un recuadro del citado reportaje (El arca de No¨¦), donde se alud¨ªa a otros animales dom¨¦sticos, el periodista afirmaba: "Se venden en Espa?a tres millones de kilos de alimentos preparados para gatos al a?o, aunque est¨¢ comprobado que parte de ellos se desv¨ªan al consumo humano, sobre todo en Galicia".El colectivo de consumidores gallegos nos solicita m¨¢s datos o una aclaraci¨®n concreta sobre esta afirmaci¨®n. Catal¨¢n Deus reconoce en contestaci¨®n a la demanda del defensor de los lectores que pec¨® de ligereza al hacer dicha afirmaci¨®n y nos ofrece una amplia explicaci¨®n: "Para documentarme en lo referente a las ventas de alimentos preparados para animales dom¨¦sticos en Espa?a consult¨¦ con la empresas A. C. Nielsen, m¨¢xima autoridad mundial en sondeos de mercado. En el curso de la entrevista, Mar¨ªa Jos¨¦ Flores, directora de mercadotecnia, me inform¨® que una notable cantidad de las ventas de alimentos preparados para gatos se desviaba hacia el consumo humano, notablemente en Galicia. Consultada ahora de nuevo para ampliar el dato, la se?ora Flores me explica que el comentario fue a t¨ªtulo personal, ya que su empresa no investiga concretemante el asunto, pero que en varias ocasiones ella ha escuchado personalmente el comentario a los fabricantes del sector".
"Reconozco", concluye el reportero, "que aunque el consumo de alimentos preparados para gatos es una realidad mundial -sin ir m¨¢s lejos la revista Der Spiegel dedicaba recientemente atenci¨®n a este fen¨®meno en el Rep¨²blica Federal de Alemania-, no puedo demostrar que sea mayor en Galicia que en el resto de Espa?a. Por tanto, no deb¨ª utilizar el t¨¦rmino "est¨¢ comprobado", sino algo parecido a se comenta, o, a¨²n mejor, no haber mencionado el asunto, pues en todo caso era marginal al prop¨®sito general del reportaje".
Girardelli no ser¨¢ campe¨®n
En una breve noticia fechada por la agencia Efe sobre el eslalom supergigante de esqu¨ª celebrado el 1 de marzo en Furano (Jap¨®n), un lector de Reus, Benjam¨ªn Martorell, localiz¨® tres importantes errores. Se titulaba: "Girardelli, virtual ganador de la Copa del mundo", lo cual es imposible, pues a pesar de ganar en Furano, ocupaba en esa fecha el cuarto puesto en la clasificaci¨®n general, a 159 puntos del l¨ªder, Pirmim Zurbriggen, de Suiza; el segundo error fue ignorar en la noticia precisamente a Zurbriggen, campe¨®n del mundo en las modalidades de eslalom especial y eslalom gigante y campe¨®n de la Copa del mundo de esqu¨ª alpino. Y por ¨²ltimo, en la noticia se reafirmaba el titular de la noticia al se?alar textualmente: "Girardelli est¨¢ a punto de renovar su t¨ªtulo, pues su m¨¢s directo rival, Markus Wasmeier ( ... ) no podr¨¢ volver a competir esta temporada".
La noticia amplia de la agencia Efe lleg¨® a la secci¨®n de Deportes, y el redactor Juan Mora la dej¨® reducida a una veintena de l¨ªneas. Mora reconoce que el lector tiene raz¨®n: "La noticia de Efe no conten¨ªa errores; ¨¦stos se produjeron al transcribir el texto para reducirlo, y nacieron al omitir, en la segunda frase, el nombre de Zurbriggen".
La informaci¨®n deb¨ªa decir, como se?alaba la agencia: "pese a ello, Zurbriggen est¨¢ a punto de renovar su t¨ªtulo". A partir de ah¨ª se produce en el redactor una especie de obcecaci¨®n con el nombre de Girardelli. "As¨ª, en el siguiente p¨¢rrafo, cuando se da la clasificaci¨®n general, el nombre de Girardelli aparece como l¨ªder, en lugar de Zurbriggen, porque comenc¨¦ a escribir esa clasificaci¨®n mirando el texto que hab¨ªa escrito, fijando s¨®lo la atenci¨®n en la puntuaci¨®n que el teletipo daba al primer clasificado. Y en el momento de titular volv¨ª a fijarme en el texto, por lo que comet¨ª el tercer error".
Los errores del 'ombudsman'
No es la primera vez que el ombudsman incurre en equivaciones en la columna dominical. Los lectores me han se?alado con su acusaci¨®n en tres ocasiones. Por las dos anteriores ya enton¨¦ el mea culpa. Lo curioso es que al recibir el tercer varapalo he comprobado que siempre son referidas a la transcripci¨®n de nombres propios. En la primera errata cit¨¦ a Pastora Pe?a, cuando me refer¨ªa a Pastora Vega; porteriormente anunci¨¦ como autor de una cr¨®nica a Jaime Comas, cuando en realidad era de Jaime Millas, y en esta ocasi¨®n, desde Daimiel, ?ngel Mar¨ªa Antol¨ªnez me se?ala otro fallo con nombre propio por medio.
En atenta carta me explica: "En EL PA?S del 16 de noviembre de 1986 el ombudsman, al hablar de Los huebos del Cantar de M¨ªo Cid desliza un peque?o error: habla de Mart¨ªn Antol¨ªn, en lugar de Mart¨ªn Antol¨ªnez. Y ya sabemos que el sufijo -ez significa 'hijo de'. Durante todo el poema aparece este valiente caballero siempre con apelativos de admiraci¨®n ("Mart¨ªn Antol¨ªnez, el burgal¨¦s de pro, el burgal¨¦s leal, el burgal¨¦s natural")".
La contumacia en este error de los nombres propios me lleg¨® a preocupar, y por ello recurr¨ª a varios psiquiatras para conocer c¨®mo interpretaban ellos estos actos fallidos. El doctor Bail¨®n Blancas me explic¨®: "No es un caso que se trate en los manuales. Es m¨¢s bien simb¨®lico; sin querer se cambian los nombres de las cosas o de las personas". El doctor Vallejo-N¨¢gera me se?al¨®: "Suele ser una p¨¦rdida de memoria, que le puede pasar por fatiga o inatenci¨®n en ese moniento". Por ¨²ltimo, el doctor Lorca tampoco le dio demasiada importancia: "Este tipo de fallos es corriente", y me recet¨® un par de medicamentos para ayudar a mi equilibrio ps¨ªquico.
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