Cela
Al gran Camilo Jos¨¦ Cela, escritor a cuya participaci¨®n en beneficios me he apuntado siempre, le han dado -ya se sabe- el premio Pr¨ªncipe de Asturias. Dejando aparte la mec¨¢nica celeste de los premios, ya analizada cruentamente por este peri¨®dico, todo ello nos da ocasi¨®n para repetir una vez m¨¢s, no s¨®lo que CJC es el creador de castellano m¨¢s importante surgido en medio siglo, sino que la Historia imita a la literatura como la naturaleza al arte, ya que la escritura por s¨ª misma, propugnada en silencio por Cela desde los crudel¨ªsimos 40, es hoy actualidad postnov¨ªsima. Los escritores espa?oles actuales (de creaci¨®n) se producen en tres apartados, a saber:Los que redactan.
Los que redactan mal.
Los que redactan en castellano pensando en ingl¨¦s.
Y as¨ª no se hace una literatura propia, claro. (No es tan importante hacerla "propia" como hacerla colonizada, cosa grave). A estas alturas de la Liga, ya estamos de vuelta de que Agatha Ruiz de la Prada no hace la moda para embellecer a nadie, sino la moda por la moda: es la postmodernidad. Antes, se supon¨ªa que la moda de las mujeres ten¨ªa por funci¨®n atraer a los hombres. Hoy estamos en la verdad: la moda por la moda, la moda que s¨®lo remite a s¨ª misma. Ortega habl¨® de El Escorial como "el esfuerzo homenaje¨¢ndose a s¨ª mismo", e igual f¨®rmula repite hablando de Proust: la memoria homenaje¨¢ndose a s¨ª misma. Cela, desde siempre, es el castellano homenaje¨¢ndose a s¨ª mismo. Asistimos hoy al final de los fines. Advenido el crep¨²sculo de los fines, la postmodernidad son los medios. Y resulta que la literatura siempre fue un fin en s¨ª misma, no un medio para explicar el tercermundismo agrario o la escasez de los badulaques urbanos. No se queda por tener raz¨®n (Lope no la ten¨ªa), sino por escribir bien. Para conocer la realidad sociol¨®gica est¨¢n los informes del Gobierno y los partidos pol¨ªticos, los debates sobre el estado de la naci¨®n (mejor distanciados en la radio del taxi) y las mociones de censura de Hern¨¢ndez Mancha (mejor distanciadas en la cr¨®nica de maestro Haro). Casi todos los escritores espa?oles escriben de derecha a izquierda, como si fueran zurdos o tontos. Quiero decir que pr¨ªmero se proponen demostrar una cosa y, cuando creen haberla demostrado, florilegian un poco la prosa sobrante, para la cr¨ªtica formal. S¨®lo Cela, Delibes y pocos m¨¢s escriben de izquierda a derecha, que es lo normal: escriben para escribir y dejan que las cosas se demuestren solas. Cela nos ha demostrado Espa?a y Miguel nos ha demostrado Castilla mejor que todo el 98, y a la viceversa del 98. Reconocer p¨²blicamente, mediante premio, a CJC, es una tautolog¨ªa, pero es tambi¨¦n una manera de darle la raz¨®n a los tiempos, de Roland Barthes a Luis Antonio de Villena: se escribe para escribir y no hay que darle m¨¢s vueltas. Las lecturas que le haga luego el personal a lo bien escrito pueden ser in¨²ltiples, docentes, decentes, indecentes, adocenadas, inteligentes, ¨¦ticas, est¨¦ticas y hasta literarias. Pero s¨®lo CJC ha mantenido en medio siglo esta fe en la prosa (que es mucho m¨¢s que la prosa, claro), lo que le hace hoy un postnov¨ªsimo vaciado en las formas. L¨¢stima que no se deje coleta.
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