Jiri Hajek: "Mijail Gorbachov no teme la intervenci¨®n de los tanques de un pa¨ªs vecino"
"La mayor diferencia entre la pol¨ªtica de apertura de Mijail Gorbachov y la practicada por Alexander Dubcek en la primavera de Praga es que el l¨ªder sovi¨¦tico no teme la intervenci¨®n de los tanques de un pa¨ªs vecino. Nosotros vimos, 20 a?os antes que Gorbachov, que s¨®lo un pueblo de gentes libres es capaz de conquistar la modernidad". Quien as¨ª se expresa es Jiri Hajek, ministro de Exteriores checoslovaco en 1968, cuando una invasi¨®n militar del Pacto de Varsovia frustr¨® los intentos reformistas del "socialismo con rostro humano" de Dubcek.
Hajek, sometido a represalias, y vigilado desde entonces, recibi¨® ayer en su peque?a casa en las afueras de Praga a EL PA?S para hablar sobre los efectos que la nueva pol¨ªtica sovi¨¦tica puede tener en el r¨¦gimen checoslovaco, desde 1969 uno de los m¨¢s conservadores del Este de Europa. Gorbachov llegar¨¢ ma?ana a Praga en una visita que ha despertado gran expectaci¨®n. La visita deb¨ªa haber comenzado el lunes. Su aplazamiento, seg¨²n fuentes oficiales de Praga a causa de un "leve resfriado", ha fortalecido los rumores sobre diferencias entre Gorbachov y la direcci¨®n checoslovaca.En un castellano casi perfecto, Hajek se declara un gran admirador de Gorbachov. "La primavera llega tarde, pero es posible una nueva primavera en Praga. La gente la espera". El ex ministro es un atento observador de la pol¨ªtica de Gorbachov. "En sus discursos se advierte un profundo an¨¢lisis de la ¨²ltima fase de la obra de Lenin, en la que ¨¦ste critica ya las primeras degeneraciones del sistema. Adem¨¢s, est¨¢ claramente inspirado por el humanismo ruso del siglo XIX, por Pushkin, Tolstoi y Dostoievski, entre otros. Da gusto o¨ªr su vocabulario culto y rico". Pese a la alergia oficial a esta comparaci¨®n, Hajek considera obvio el paralelismo entre los objetivos de Gorbachov y Dubcek. "Estoy muy esperanzado. Tambi¨¦n lo est¨¢ el propio Dubcek, a quien vi hace un par de meses, cuando vino a Praga a visitar a unos familiares. Est¨¢ muy bien de salud, muy l¨²cido y sigue atentamente el proceso en la URSS". Hajek no tiene siquiera tel¨¦fono desde que se lo cortaron hace 10 a?os, para que no hablara con la Prensa extranjera, y "el correo que me envian llega unas veces s¨ª y otras no".
El nombramiento de Karel Hoffmann como nuevo secretario de! Comit¨¦ Central es un claro reforzamiento para las tesis inmovilistas, seg¨²n Hajek. Considera que mientras en la econom¨ªa la necesidad de profundas reformas ha sido reconocida hace tiempo, incluso por el primer ministro, Lubomir Strougal, la direcci¨®n pol¨ªtica teme l¨®gicamente por su supervivencia en el poder, ya que todos fueron impuestos por el r¨¦gimen brezneviano, duramente criticado por Gorbachov en el pleno de enero del Comit¨¦ Central del PCUS. "Es una curiosa paradoja que los que siempre hablaron de los c¨¢nones internacionalistas para combatir un socialismo nacional ahora insistan en las condiciones espec¨ªficas checoslovacas para impedir una reforma pol¨ªtica inspirada en Gorbachov".
"Adem¨¢s, tenemos el problema de los cuadros. La generaci¨®n de Gorbachov en Checoslovaquia fue la que ten¨ªa entre 30 y 45 a?os en 1968, la m¨¢s activa en la reforma bajo Dubcek y, por tanto, reprimida despu¨¦s. Entre el medio mill¨®n de expulsados del partido entonces estaban los m¨¢s capaces. Hoy trabajan de calefactores o guardas de f¨¢bricas y no tienen compromiso pol¨ªtico".
Tambi¨¦n el dramaturgo Vaclav Havel vive en parecidas circunstancias. Desde, hace 19 a?os no se ha puesto en escena en Checoslovaquia ninguna de sus obras aplaudidas en todo el mundo. "Tan s¨®lo una vez, en 1975, gracias a que las autoridades locales de un pueblo no me conoc¨ªan. Cuando se supo, fue un gran esc¨¢ndalo", dice.
Al igual que Hajek, Havel no viaja al exterior por temor a que no le dejen volver. Tampoco lo hizo para recoger el Premio Erasmo que le fue otorgado este a?o en Rotterdam (Holanda). Seg¨²n Havel, la poblaci¨®n tiene grandes esperanzas en la apertura de Gorbachov. "Pero tras la frustraci¨®n de 1968 la gente teme comprometerse con nada".
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