El Bayern gole¨® al Real Madrid en Munich, pero perdi¨® la oportunidad de aplastarle
El Madrid fue acosado por el Bayern pero se resisti¨® a ser rematado gracias a la entereza de sus jugadores. La nueva derrota comenz¨® a gestarse porque el sistema s¨®lo ofreci¨® un agujero, pero de considerables proporciones, al no tapar nadie las subidas del espl¨¦ndido libre de Augenthaler. El socav¨®n continu¨® con un empuj¨®n del ¨¢rbitro escoces al se?alar un penalti inexistente, que supuso el segundo gol del Bayern, y finaliz¨® con dos expulsiones, las de Juanito y Mino. El Madrid jug¨® con diez hombres desde el minuto 39 y con nueve desde el 72, pero sus jugadores se aferraron con fuerza a la pared y evitaron su ca¨ªda total en el pozo. El Madrid sali¨® desde el principio a jugarle al Bayern. Trat¨® de presionarle arriba, consciente de que los cuatro defensas dominan t¨¦cnicamente - el juego e inician con pases en corto y r¨¢pidas aperturas a las bandas todo su f¨²tbol.Pero eso trajo como consecuencia negativa que nadie saliera a cortar las subidas del libre, Augenthaler, por el centro. Y por ah¨ª comenz¨® a fraguarse el descalabro madridista en el primer tiempo. Augenthaler, un magnifico defensa libre que domina todos los recursos del puesto, sembr¨® el desconcierto en la retaguardia madridista. Cuando no era Augenthaler -autor del primer gol y del pase que provoc¨® la aparici¨®n de Dorfner en el ¨¢rea en el penalti que se?al¨® el ¨¢rbitro-, le reemplazaba en esa tarea el central, Eder.
El resto del sistema madridista funcionaba sin problemas, con Sanchis persiguiendo a Matthaus por todas las zonas del campo, Gordillo tapando a Brehme, Michel frente a Dorfner y Chendo con el peque?o de los Rummenigge. Las subidas de Pflugler, durante algunos minutos libre de marcaje, fueron cerradas r¨¢pidamente con el sacrificio de Juanito.
Pero al Madrid termin¨® de desequilibrarle el ¨¢rbitro y la capacidad de zambullida de Dorfner, un jugador que habr¨ªa podido competir dignamente en los Mundiales de salto de trampol¨ªn con Greg Louganis. Este penalti trastorn¨® los nervios madridistas y el Bayern aprovech¨® la coyuntura para asestar su tercer golpe, que parec¨ªa mortal, mucho m¨¢s cuando poco despu¨¦s se produjo la expulsi¨®n de Juanito. Al malague?o, que hab¨ªa sentado la cabeza ¨²ltimamente, se le cruzaron los cables otra vez cuando vio una brutal entrada de Matthaus a Chendo. Juanito se fue a por el alem¨¢n, que ya estaba en el suelo tras un primer golpe del propio Chendo, y le agredi¨® con una patada en el hombro.
Gordillo, sin embargo, volvi¨® a dejar claro que el Madrid no saca bandera blanca ante ninguna circunstancia desfavorable y, en una gran jugada por su sitio malo, es decir, la derecha, dio un bal¨®n de oro que Butrague?o no desaprovech¨®.
Con un jugador menos enfrente, quedaba la inc¨®gnita de observar por d¨®nde tratar¨ªa el Bayern de aumentar su goleda. Y encontr¨® el camino por una mano en el ¨¢rea de Mino, que estaba pele¨¢ndose bien con el tanque Hoeness -1,88 metros y 84 kilos- El caro penalti volvi¨® a transformarlo Matthaus e hizo temer lo peor al aparecer la sombra de otras espectaculares derrotas madrid¨ªstas. La d¨¦bacle pareci¨® tomar cuerpo definitivo cuando, en el minuto 72, Mino vio su segunda tarjeta amarilla y el Madrid se qued¨® con nueve jugadores. De forma sorprendente, el Bayern, que se hab¨ªa mostrado hasta ah¨ª como un equipo poderoso, compensado en todas sus l¨ªneas y con una calidad media muy estimable, fracas¨® en su acoso final. Beenhakker retir¨® a Santillana y meti¨® en la defensa a Solana y el Madrid se dispuso a resistir con hombr¨ªa. Los jugadores madridistas pasaron por l¨®gicos problemas -Chendo salv¨® bajo los palos un remate que ya entraba-, pero dio siempre la cara, no rehuy¨® incluso acercarse en jugadas individuales de Butrague?o, Michel y Gordillo al ¨¢rea de Pfaff y termin¨® el partido con una dignidad encomiable. Hasta el punto de que los ruidosos seguidores muniqueses llegaron a silbar a sus jugadores.
El Madrid volvi¨®, pues, a suspender otro examen europeo en el extranjero y ahora tendr¨¢ que confiar de nuevo en que el miedo esc¨¦nico del Bernab¨¦u aterrorice al Bayern.
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