Insumisi¨®n
No es justo medir la conflictividad del pa¨ªs por el n¨²mero de manifestaciones, la acumulaci¨®n de huelgas, la cantidad de movilizaciones sindicales o laborales. Estos cabreos colectivos son un buen sism¨®grafo para registrar el malestar social, pero no contabilizan las insumisiones individuales, marginan las revueltas personales, olvidan las m¨²ltiples desobediencias civiles del sujeto privado. Tambi¨¦n habr¨ªa que sumar esta clase de cabreos ¨ªntimos para conocer el verdadero grado de conflictividad que vivimos. Son muchos siglos de historiar los hechos de la humanidad a base de combinar la superstici¨®n de los grandes n¨²meros con la supercher¨ªa de los grandes nombres, exactamente como funcionaban las cosas en aquellas gigantescas pel¨ªculas de Cecil B. de Mille: las muchedumbres y los reyes, los pueblos y los h¨¦roes, los fieles y los dioses, los ej¨¦rcitos y los generales, las clases y los ide¨®logos redentores, los votantes y los pol¨ªticos, las masas y los presentadores de televisi¨®n.Pero si hubiera espacio para el sujeto, si tambi¨¦n se registraran las sublevaciones individuales con el mismo rigor que las colectivas, descubrir¨ªamos otras geografilas del conflicto no menos agudas que las protagonizadas por las batas blancas, los monos azules o las cazadoras guateadas. En esas insumisiones ¨ªntimas podemos leer las iras de la humillada sociedad civil. Ese ciudadano que decide comprarse una antena parab¨®lica inmediatamente despu¨¦s de leer el proyecto de ley de la televisi¨®n privada. Ese otro que salta sistem¨¢ticamente las p¨¢ginas de informaci¨®n pol¨ªtica o apaga con brusquedad la radio cuando ronronea la oratoria parlamentaria. El tipo que un d¨ªa decide volver a fumar, incluso cosas peores, harto de que los ministros velen por su salud.
El rebelde del IVA, el conductor indocumentado, el cin¨¦filo antipatriota, la modista sumergida, el funcionario del Estado que ayuda al ciudadano contra el Estado. Tantas y tantas peque?as insumisiones cotidianas que nunca ser¨¢n noticia por la vieja tiran¨ªa de lo social.
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