Trato de Renfe
El pasado d¨ªa 2 de abril public¨® EL PA?S una carta firmada por Paloma Ripoll Soria en la que, con el t¨ªtulo de Atropello en Renfe, se narraban los supuestos malos tratos a los que hab¨ªa sido sometida una muchacha por vigilantes jurados de la estaci¨®n de Chamart¨ªn. Renfe, desde hace meses, ha iniciado una campa?a tendente a erradicar de las estaciones la mendicidad y la delincuencia.En este tiempo han sido expulsados de las estaciones o puestos a disposici¨®n policial numerosos mendigos y delincuentes contra la propiedad que actuaban tanto en el vest¨ªbulo de las estaciones como en los andenes y trenes.
Para apoyar a los vigilantes jurados de la compa?¨ªa en esta labor, Renfe contrat¨® los servicios de determinadas empresas de seguridad del pa¨ªs, exigiendo a ¨¦stas un escrupuloso respeto a los viajeros y un continuo apoyo a los mismos, no s¨®lo en funciones de protecci¨®n, sino en todos aquellos casos en los que fueran requeridos.
El pasado d¨ªa 20 de marzo, la s¨²bdita vietnamita Anne Emmanuelle Claude, con domicilio en Gibraltar, de 19 a?os de edad, se encontraba patinando por el interior del vest¨ªbulo de la estaci¨®n de Chamart¨ªn, molestando ostensiblemente a los viajeros. Fue advertida por un vigilante de que aqu¨¦l no era lugar apropiado para patinar, por lo que deber¨ªa abandonar el vest¨ªbulo. Efectivamente, la se?orita Claude dej¨® el vest¨ªbulo para dirigirse, burlando la vigilancia, al ¨¢rea comercial que la estaci¨®n tiene frente al vest¨ªbulo principal. En ese lugar continu¨® patinando, causando las naturales molestias entre los numerosos clientes que se dedicaban a realizar sus compras.Por esta raz¨®n fue de nuevo invitada a abandonar el local, a lo que ella se opuso violentamente mordiendo en una mano al vigilante, necesitando ¨¦ste la ayuda de su compa?ero para poder reducir a la muchacha.
Era tal el estado de excitaci¨®n de la joven que resultaba pr¨¢cticamente imposible convencerla. Agredi¨® a ambos vigilantes, rompiendo parte de su uniforme, desoy¨® los consejos de un compatriota suyo que posee una tienda en la misma ¨¢rea comercial, organiz¨®, en fin, tal esc¨¢ndalo que no hubo m¨¢s remedio que llevarla conducida a la comisar¨ªa para presentar all¨ª denuncia por lesiones y resistencia. Estos hechos fueron presenciados, como dice la autora de la carta, por un polic¨ªa nacional que evidentemente lo ¨²nico que pod¨ªa hacer era ayu
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.