La coca¨ªna y el plan trienal boliviano
El uso de la coca en las culturas andinas se pierde en la noche de los tiempos. La gran demanda exterior de coca¨ªna ha coincidido ahora con la crisis econ¨®mica en Bolivia, lo que ha disparado su producci¨®n. El Gobierno boliviano no tiene los recursos para enfrentarse a la mafia que mueve el negocio, indica el autor.
La coca crece en las faldas orientales de los Andes, es un arbusto de uno a cinco metros, cuyas hojas se cosechan cuatro veces al a?o. El ind¨ªgena boliviano hace un alto en el trabajo para mascar coca. En la econom¨ªa de mercado, hasta hace unos 10 a?os, se supon¨ªa que el promedio anual de consumo inocente era de 14 kilos por familia.El viejo debate sobre su uso aparece en los albores de la ¨¦poca del gobierno espa?ol en Am¨¦rica; para algunos cronistas la coca ten¨ªa propiedades sat¨¢nicas; en cambio, para otros pose¨ªa un valor nutritivo.
La demanda exterior de este producto, fundamental para la fabricaci¨®n de la coca¨ªna, ha incrementado su cultivo debido a su alta rentabilidad. De 110 kilos de hojas de coca se fabrica un kilo de pasta-base (sulfato de coca¨ªna), llamada tambi¨¦n pichicata, t¨ªa blanca o perica. Se necesitan 2,5 kilos de esta pasta-base para obtener un kilo de pasta lavada (clorhidrato de coca¨ªna), de la cual se extraen s¨®lo 600 gramos de coca¨ªna pura. O sea, que de 275 kilos de hojas de coca se obtienen 600 gramos de coca¨ªna.
La gran demanda exterior ha coincidido con la crisis econ¨®mica m¨¢s aguda que se ha presentado en Bolivia como consecuencia de factores externos: baja vertical de las cotizaciones del esta?o, depresi¨®n en los precios de otros minerales y del gas que, l¨®gicamente, han producido un gran desempleo, absorbido por el cultivo de la coca, que ofrece remuneraciones m¨¢s rentables que cualquier otro producto, aunque el negocio grande est¨¦ en manos de los fabricantes y narcotraficantes de la droga. En efecto, la pasta-base vale alrededor de 6.000 d¨®lares el kilo; este sulfato, transformado en clorhidrato, sube su precio a 15.000 d¨®lares, y es vendido en Estados Unidos a 40.000 y 60.000 d¨®lares.
70.000 hect¨¢reas
Hace 10 a?os las hect¨¢reas dedicadas al cultivo de la coca en Bolivia eran alrededor de 12.000 a 15.000; con la demanda de los ¨²ltimos tiempos se calcula que existen unas 70.000 hect¨¢reas. Esta cifra es una tercera parte del potencial apto de Bolivia, lo que quiere decir que se pueden producir hojas de coca en 210.000 hect¨¢reas. Si calculamos que Bolivia ha estado produciendo unas 100.000 toneladas de hojas de coca, que representan 500 toneladas de coca¨ªna, tenemos la suma de 3.000 millones de d¨®lares que maneja el narcotr¨¢fico, cuyo poder econ¨®mico resulta mayor que el del propio Estado.
El Estado boliviano no tiene los recursos econ¨®micos para enfrentar a la mafia que mueve el negocio y, sin embargo, ha mostrado claramente su firme decisi¨®n pol¨ªtica de adoptar medidas radicales para controlar este problema en forma estructural y coherente. Ha elaborado un plan trienal de cooperaci¨®n internacional, basado en tres medidas fundamentales: control eficaz de las regiones productoras de la hoja de coca, de modo que su coste de producci¨®n est¨¦ por debajo del precio final; declaraci¨®n legal de que s¨®lo ser¨ªa tolerable la producci¨®n de la coca en las ¨¢reas tradicionales; y reconversi¨®n agr¨ªcola voluntaria, mediante la cual los campesinos podr¨¢n cultivar otros productos apoyados por el Estado.
Grandes recursos
El Estado boliviano requiere 300 millones de d¨®lares en tres a?os. EE UU, la ONU y otros pa¨ªses han manifestado su opini¨®n favorable a este plan, que ser¨¢ analizado en la reuni¨®n internacional de Viena este mes. Bolivia, pese a sus escasos recursos y a su crisis econ¨®mica, ha comprometido su aporte de 60 millones de d¨®lares. Es fundamental que la comunidad internacional reaccione en su conjunto para combatir este flagelo del siglo XX.
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