El becerro de oro

De golpe, se nos dice que hay portadores del SIDA hasta debajo de las piedras. Si desde 1981 se est¨¢n comercializando productos con plasma que puede estar contaminado, las progresiones son infinitas. Luego vienen las teor¨ªas, las manipulaciones.La derecha, cat¨®lica y conservadora, afirma que si volvi¨¦ramos a la moral perdida habr¨ªa menos SIDA y algunos extremistas lo ven como un apocalipsis, una plaga producto de nuestras degeneraciones, el Becerro de Oro... Si fuera m¨¢s cat¨®lica de lo que soy me gustar¨ªa gritar: ?Dios m¨ªo, por qu¨¦ nos has abandonarlo! Y quiz¨¢s pudiera pensar que nuestro sistema capitalista-marxista est¨¢ recibiendo su pago por haber estrangulado demasiado la periferia por uno de sus puntos, ?frica, que ha dado el engendro, la plaga, que rebota contra nuestro mundo, infiltr¨¢ndose por las periferias dom¨¦sticas o barrios pobres. S¨ª, si fuera m¨¢s cristiana de lo que soy tendr¨ªa el alivio de pensar que nuestro poderoso sistema marxista-capitalista es inhumano y que Yahv¨¦ airado nos env¨ªa la plaga. Eso podr¨ªa hasta llegar a tranquilizar mi conciencia. Pero ya no puedo ser tan cristiana, ni olvidar que estoy partida entre el horror y la esperanza. Mientras, s¨®lo puedo ironizar tontamente (que es lo que priva): s¨®lo s¨¦ que no s¨¦ nada.-