Dedicaci¨®n exclusiva
La conflictividad de los m¨¦dicos hospitalarios est¨¢ centrada en la elecci¨®n entre los modelos posibles de retribuciones m¨¦dicas. Para el autor es importante que se consiga un sistema en el sector sanitario p¨²blico que prime la dedicaci¨®n y la calidad asistencial.
El conflicto de los m¨¦dicos de hospitales enmascara, tras las reivindicaciones planteadas, problemas de fondo, que, por haberse eludido su soluci¨®n durante largo tiempo, afloran a la superficie de manera especialmente crispada. El m¨¢s importante es, seguramente, el rechazo, casi un¨¢nime, a la pol¨ªtica sanitaria de este Gobierno, que se produce, por motivos que no por contradictorios dejan de ser confluentes (quienes est¨¢n en contra de cualquier intento de reforma sanitaria y quienes, dese¨¢ndola, han visto frustradas sus esperanzas).Otro de ellos, que en este momento es crucial, es el modelo de retribuci¨®n de los m¨¦dicos hospitalarios que, por analog¨ªa, puede extenderse a todos los niveles asistenciales. Entre las opciones posibles est¨¢ la que, defendiendo el aumento salarial, piensa que debe aprovecharse para prirnar a quienes hayan optado o lo vayan a hacer por la dedicaci¨®n a la sanidad p¨²blica y, adem¨¢s, a la mayor calidad docente, asistencial e investigadora.
La dedicaci¨®n exclusiva de los profesionales a los hospitales p¨²blicos es una premisa casi indispensable para una mejora sustancial de su funcionamiento. Y, ello es claro desde un planteamiento conceptual. Un profesional que trabaja en un centro sanitario precisa, aparte de realizar la labor asistencial correspondiente, el desarrollar una serie de tareas que acaban teniendo una importante repercusi¨®n sobre la asistencia, como son el seguimiento de los conocimientos desarrollados a nivel internacional en su ¨¢rea espec¨ªfica, la preparaci¨®n de sesiones, trabajos cient¨ªficos, seminarios, etc¨¦tera, que se alargan muy por encima del horario laboral. Resulta dif¨ªcil compaginar estas actividades con el mantenimiento sobrea?adido de una segunda actividad, que, normalmente, acabar¨¢ por ir en detrimento de una de ellas, generalmente la p¨²blica, ya que en la actividad privada funciona el acicate de la competencia.
Parasitar
Es bien conocido, adem¨¢s, que las actividades sanitarias privadas pueden parasitar al sector p¨²blico, produci¨¦ndose en ocasiones la derivaci¨®n de los enfermos del sector p¨²blico al privado. Resulta dif¨ªcil entender c¨®mo pueden compatibilizarse los intereses de quienes trabajando en el sector p¨²blico est¨¢n a la vez objetivamente implicados en el crecimiento del sector privado. Ni por qu¨¦ siendo, en t¨¦rminos generales, los mismos profesionales los que trabajan en el sector p¨²blico y el privado, se produce un flujo de enfermos hacia la medicina privada.
Se ha puesto en duda la licitud de la existencia de la dedicaci¨®n exclusiva; sin embargo, la Constituci¨®n espa?ola permite perfectamente tal posibilidad, que, de hecho, se da con mucha frecuencia en el sector privado de la econom¨ªa, siempre y cuando la dedicaci¨®n exclusiva sea de adopci¨®n voluntaria para quienes ya est¨¢n trabajando en el sector sanitario p¨²blico.
Este modelo deber¨ªa de ir complementado con la desaparici¨®n de las jefaturas de servicio y secci¨®n vitalicias para permitir un factor de movilidad que posibilite el que estas plazas sean ocupadas por quienes en cada momento posean un mayor nivel cient¨ªfico y profesional y no por quienes sacaron una oposici¨®n. Un tema mucho m¨¢s complejo es el de la incentivaci¨®n profesional. No tanto por la l¨®gica del mismo, asegurar que los profesionales que desarrollan un mayor nivel en su trabajo son mejor retribuidos, sino por los mecanismos para controlar el que esta incentivaci¨®n no acabe respondiendo a criterios cuantitativos (por ejemplo, n¨²mero de enfermos vistos por d¨ªa), o arbitrarios, lo que podr¨ªa suponer una disminuci¨®n de la calidad, sino a otros que eval¨²en precisamente esa calidad asistencial.
Existen sistemas de evaluaci¨®n de la calidad asistencial, pero su escaso desarrollo en nuestro pa¨ªs obliga, cuando menos, a una fase de estudio e implantaci¨®n de los mismos, por lo que estos mecanismos de incentivaci¨®n, que pueden ser importantes en el futuro, no deber¨ªan de tener hoy d¨ªa un peso importante en las retribuciones. En todo caso, su aplicaci¨®n deber¨ªa de ir ligada al desarrollo de las comisiones de control de calidad y ser controlada por ¨¦stas. La puesta en marcha de un modelo que prime la dedicaci¨®n plena de los m¨¦dicos a los hospitales p¨²blicos precisa de ofertas econ¨®micas m¨¢s generosas de las que hasta el momento hace la Administraci¨®n, y asegurar que estas dedicaciones est¨¢n abiertas a quienes las soliciten.
De qu¨¦ modelo de retribuciones acabe decant¨¢ndose tras el conflicto actual depender¨¢, en gran parte, el futuro de los hospitales p¨²blicos. Si se deja de lado el desarrollo de la dedicaci¨®n exclusiva, se habr¨¢ reforzado la tendencia privatizadora en el sector sanitario. Si, al contrario, se potencian las dedicaciones plenas al sector p¨²blico, el funcionamiento de los hospitales y de los centros de salud del futuro Sistema Nacional de Salud, se ver¨¢ potenciado y, con ello, la calidad de las atenciones que se prestan a los ciudadanos.
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