El Estado de las Autonom¨ªas

En las jornadas sobre Catalu?a y el Estado de las Autonom¨ªas celebradas recientemente en Madrid, el se?or Sol¨¦ Tura sostuvo que el hecho de que gobierne la Generalitat catalana un partido nacionalista "es un factor de distorsi¨®n para el desarrollo del Estado de las Autonom¨ªas, que acaba por fortalecer al poder central". Quisiera manifestar al se?or Sol¨¦ que la paradoja de su afirmaci¨®n no me convence en absoluto y me parece un grave error de an¨¢lisis, inexplicable en un pol¨ªtico de su talla, en un constitucionalista.Creo m¨¢s correcto el planteamiento contrario: que fue el restablecimiento pr¨¢ctico del llamado Estado de las Autonom¨ªas lo que distorsion¨®, y mucho, las reivindicaciones nacionalistas. ?stas pretend¨ªan el autogobierno para todos los pueblos que lo desearan y no una autonom¨ªa para todas y cuna de las antiguas regiones de Espa?a. La creaci¨®n de esta estructura vino a dar, y a desvirtuar a la vez, la autonom¨ªa que la naci¨®n catalana debe poseer dentro del Estado. La autonom¨ªa supone mucho m¨¢s que una simple (?) descentralizaci¨®n administrativa. Debe satisfacer las necesidades de autogobierno de todo pueblo dentro del Estado. Y, ah¨ª s¨ª coincido con el se?or Sol¨¦ Tura, dentro del marco de la solidaridad, igualdad y respeto.

Pero no nos enga?emos. Ni el socialismo -catal¨¢n o no- -ni mucho menos el nacionalismo -catal¨¢n o no- distorsionan el desarrollo de las autonom¨ªas y refuerzan el centralismo. Estoy segura que hay argumentos mejores para justificar una hipot¨¦tica presencia de los socialistas catalanes en la Generalitat. El que Sol¨¦ Tura ha esgrimido no deja de ser un argumento peligroso que puede llevar a una interpretaci¨®n extraordinariamente restrictiva de ese Estado de las Autonom¨ªas. Ser¨ªa mejor preocupamos menos por el Estado de las Autonom¨ªas y m¨¢s por el estado de las autonom¨ªas.-

Barcelona.