La privatizaci¨®n del primer canal franc¨¦s dispara las cotizaciones de las estrellas

A los 15 d¨ªas de la privatizaci¨®n de la primera cadena de televisi¨®n francesa (TF-1), la cotizaci¨®n de las principales estrellas del mundo audiovisual se ha disparado, y un buen n¨²mero de directores de programas y presentadores prepara sus b¨¢rtulos para cambiar de cadena. El t¨¢ndem formado por el magnate de la Prensa Robert Hersant y por el empresario italiano de televisi¨®n Silvio Berlusconi, que controlan la cadena, de televisi¨®n privada La Cinq, ha conseguido llevarse de momento a tres figuras de TF-1 y ha realizado ofertas sustanciosas a dos m¨¢s, a las que considera pr¨¢cticamente fichadas.

La posibilidad de realizar programas para varios pa¨ªses europeos, ofrecida por Berlusconi, es uno de los atractivos esgrimidos por La Cinq, una cadena que se encuentra actualmente en unos umbrales de audiencia muy bajos. Stephane Collaro, que realiza Cocoricoboy, un programa de gran audiencia entre el p¨²blico joven; Patrick Sabatier, presentador de Grand public, un progama de variedades que se emite el viernes por la noche, y la directora de los programas de Variedades, Marie-France Bri¨¨re, han firmado ya con Berlusconi-Hersant. Dos famosos presentadores, Yves Mourousi y Patrick Sebastien, parecen estar tambi¨¦n maduros para la firma.Se da la circunstancia de que las principales publicaciones de Hersant, el diario Le Figaro y el semanario Figaro-Magazine, han sostenido hasta ahora una postura hostil contra parte de la programaci¨®n de variedades de TFI, principalmente por los supuestos excesos er¨®ticos de Cocoricoboy y de alg¨²n otro programa de variedades. Las exigencias de las estrellas de TF1 ante la voracidad de La Cinq han elevado de forma ins¨®lita las cotizaciones del mercado televisivo. Collaro, por ejemplo, que percib¨ªa 200.000 francos mensuales en TF1 (cuatro millones de pesetas), ha pedido a su nuevo empresario tres millones de francos (60 millones de pesetas) por show.

El empresario de la construcci¨®n y de obras p¨²blicas Francis Bouygues, que se vio obligado a juntar 3.000 millones de francos (60.000 millones de pesetas, aproximadamente) para la compra de TF1, se encuentra ahora con una inesperada emigraci¨®n de las estrellas televisivas. Para compensar la desertificaci¨®n, Bouygues ha conseguido que Herv¨¦ Bourges, presidente y director general de la cadena hasta la privatizaci¨®n, accediera a permanecer en ella como presidente de honor y como consejero personal del propietario.