?Qui¨¦n teme la huelga general?
Para alguien no avezado en la materia puede parecer extra?o, una vez que el. Consejo Confederal de Comisiones Obreras decidi¨® no convocar el 30 de abril una huelga de 24 horas, continuar en estos momentos polemizando sobre la bondad o no de este tipo de acci¨®n, algo que puede ser considerado gratuito o fuera de lugar. Parece que no es as¨ª, opinan los firmantes, porque CC OO mantiene la necesidad de una acci¨®n general de todos los trabajadores espa?oles.
Esa acci¨®n va destinada a defender la plataforma com¨²n de 14 puntos y en exigencia, por tanto, de un cambio en la actual pol¨ªtica social y econ¨®mica del Gobierno. Por eso contin¨²an apareciendo las opiniones contrarias a la huelga general, porque continuamos situando esa perspectiva y hay quienes han estado y contin¨²an estando en desacuerdo con convocarla. Nuestra opini¨®n es favorable y sintoniza con el clamor por la huelga general en la masiva y positiva asamblea general de -delegados el pasado 3 de abril, en Madrid.Desde nuestro punto de vista, los argumentos que se oponen a la huelga general son peligros¨ªsimos para el sindicalismo de clase. Siendo discutible y leg¨ªtimo polemizar sobre las condiciones objetivas y subjetivas para su convocatoria y, por tanto, la oportunidad o no de hacerlo, lo que ya no lo es tanto, desde una ¨®ptica sindical de clase, es poner en cuesti¨®n la propia acci¨®n en s¨ª, como se hace, consciente o inconscientemente, con una serie de argumentos que cuestionan los objetivos, fines y medios para la huelga que son, por otra parte, claros, justos, necesarios y conseguibles -unos a corto y otros a medio plazo.
En definitiva, renuncian, en este contexto hist¨®rico-pol¨ªtico, a un instrumento fundamental, en estas coyunturas, para dar un salto cualitativo en el que los trabajadores debemos pasar ya a la ofensiva en todos los terrenos.
Despu¨¦s de la huelga general del 20 de junio de 1985, tambi¨¦n mucha gente se pudo preguntar: ?y ahora, qu¨¦? Algunos contestar¨ªan que no hab¨ªa servido de nada en lo concreto, porque no se hab¨ªa podido echar para atr¨¢s el decreto que recort¨® las pensiones. Pero esta visi¨®n pesimista , no valoraba lo que se consigui¨®, que aunque poco sobre el decreto, signific¨® hacerlo menos malo; ni valoraba lo que se evit¨®, que fue, entre otras cosas, el que no siguiese el ataque (hasta ahora) en el terreno del despido plenamente libre y el recorte del derecho de huelga; ni valoraba, sobre todo, la influencia de ese proceso de huelga general en los resultados de las elecciones sindicales con el triunfo de CC OO, as¨ª como el hecho, hist¨®rico y positivo, de la no plasmaci¨®n de un pacto social que est¨¢ sirviendo para conseguir mejores convenios, a partir de una mayor unidad de acci¨®n en lo concreto entre CC OO y una UGT m¨¢s pegada a los trabajadores y m¨¢s despegada de un Gobierno que ataca los intereses y los derechos de estos mismos trabajadores.
Decir que la huelga general .es necesaria, pero no es conveniente, que est¨¢ politizada, que responde a intereses electorales, que favorece al Gobierno o a la derecha, que no conseguir¨ªa ni por asomo sus objetivos, etc¨¦tera", son argumentos de tipo conservador en lo sindical, que pueden utilizarse siempre contra una huelga general anunciada. Es por ello que algunos de estos argumentos los utilizan, por activa o por pasiva, la propia patronal- y el Gobierno, adem¨¢s de estos sindicalistas que nunca han estado de acuerdo, desde la transici¨®n, en convocar ninguna.
Respiro al Gobierno
Contrariamente a lo que se afirma, la no convocatoria hasta hoy de la huelga general le puede dar un cierto respiro al Gobierno, que ayudado por la moci¨®n de censura (?) de la derecha, es decir, del viejo bipartidismo, pretende recuperar la iniciativa pol¨ªtica en lo social. Y tambi¨¦n a -la patronal, que se crece en la negociaci¨®n colectiva, parapet¨¢ndose asimismo en el Gobierno, y tiran de ella hacia abajo, con poco ¨¦xito, eso s¨ª, porque no est¨¢n consiguiendo hasta ahora sus pretensiones de situar los salarios en el 5%.Afirmar que la perspectiva de huelga general dificulta la unidad de acci¨®n con UGT en lo concreto, no s¨®lo no es cierto, como se demuestra en la, pr¨¢ctica, sino que, al contrario, el bajar CC OO el techo actual y la perspectiva, lo que produce es peores condiciones para la propia unidad de acci¨®n, que s¨®lo puede forjarse de forma s¨®lida a partir de la presi¨®n unitaria desde los centros de trabajo. Con la no convocatoria de la huelga general, se ha conocido el descuelgue de Qu¨ªmicas y el Metal, entre otros sectores de UGT, as¨ª como el rechazo injustificado a participar unitariamente en una fecha tan significativa como es el Primero de Mayo.
La movilizaci¨®n es el ¨²nico marco para resolver en buenas condiciones las desviaciones y divisiones del movimiento sindical, y no s¨®lo en este terreno, sino a todos los niveles. La unidad crece con la lucha, y en la desmovilizaci¨®n es donde se profundiza y cristaliza la divisi¨®n.
Veamos otro gran argumento utilizado contra la convocatoria. Se dice que "no hay un motivo ¨²nico y/o universal que aglutine a todos los trabajadores". Con este argumento se olvida que la huelga no es un fin en s¨ª misma al que debemos buscar una raz¨®n que la justifique o la posibilite, sino que es un medio y una necesidad cuando no se deja otro camino para plantear con fuerza las reivindicaciones pendientes, una o varias, que no encuentran soluci¨®n positiva por parte de los responsables de que se d¨¦ satisfacci¨®n a las justas reivindicaciones de los trabajadores.
No tenemos un solo motivo, es verdad. El problema es que, por desgracia, tenemos muchos y variados motivos que, a la vez, se resumen en uno de gran importancia cualitativa: el conjunto de la pol¨ªtica econ¨®mica y social del Gobierno que, aplaudida por la banca y la patronal, ataca de forma injusta a los trabajadores en activo o parados, j¨®venes o viejos de la industria, los servicios o el campo.
Las actuales luchas en curso, particularmente las que se desarrollan en la negociaci¨®n colectiva y contra la reconversi¨®n, tienen una gran importancia cualitativa y cuantitativa, como lo demuestran, por ejemplo, los m¨¢s de 900.000 trabajadores en huelga durante la semana del 3 al 10 de abril.
Es positivo y estimulante lo que se -est¨¢ consiguiendo en la negociaci¨®n colectiva, y aunque las resistencias de la patronal y del Gobierno son duras, para CC OO queda claro que los problemas de los trabajadores no se resuelven todos en la negociaci¨®n colectiva. ?sta, que es una primera distribuci¨®n de la renta nacional o la de cada empresa o sector, no resuelve problemas b¨¢sicos de los trabajadores como son los del paro, de su cobertura, la contrataci¨®n en precario, la reconversi¨®n, la fiscalidad, el salario m¨ªnimo, las anunciadas 27 medidas flexibilizadoras, la planeada reducci¨®n de las cotizaciones patronales a la Seguridad Social, las pensiones, la reforma agraria, etc¨¦tera. Ni tan siquiera resuelve positiva y sustancialmente la reducci¨®n de la jornada, sobre la que debemos emplazar al Gobierno a legislar las 35 horas semanales.
El sindicato de CC OO valora las luchas de amplios sectores populares, y desde su car¨¢cter socio-pol¨ªtico, sin s¨ªndrome alguno, no puede dejar de tener en cuenta el grado de contestaci¨®n popular a la pol¨ªtica neoliberal y de derechas del Gobierno.
En esta justa contestaci¨®n social ser¨ªa un error de bulto no ver la importancia de que sean los trabajadores quienes, como colectivo, como clase, al un¨ªsono, a trav¨¦s de una acci¨®n general, expresemos nuestras reivindicaciones y m¨¢s all¨¢ den el peso, la talla y, sin ning¨²n equ¨ªvoco, indiquen el sentido progresista y de izquierdas de las necesarias soluciones a las reivindicaciones y problemas por los que luchan los trabajadores y el grueso de los sectores movilizados.
Pretender que el sindicato se recluya en sus cuarteles de invierno, en "sus cosas" -l¨¦ase negociaci¨®n colectiva, problemas de empresa, condiciones de trabajo, etc¨¦tera-, como si de esta manera, seudo sindicaliz ando la acci¨®n de CC OO, se tuviese una legitimaci¨®n mayor para la acci¨®n reivindicativa, lo que har¨ªamos, en definitiva, es corporativizar el sindicalismo renunciando a su car¨¢cter socio-pol¨ªtico, y lo que es tan o m¨¢s peligroso, el resignarse a una situaci¨®n pol¨ªtica como la actual, donde ante amplios sectores populares, sobre todo entre la clase obrera, aparece una dicotom¨ªa que hay que romper en favor. de la izquierda real; dicotom¨ªa entre el malestar y la lucha de los trabajadores y su voto mayoritario en favor del Gobierno que es precisamente, con su pol¨ªtica, el causante de ese mismo malestar.
Una acci¨®n general
Debe quedar claro que el Consejo Confederal, y ratificado en la asamblea de Madrid, ha acordado, clara y expl¨ªcitamente, trabajar en la perspectiva de una acci¨®n general (que creemos no puede ser otra cosa que una huelga general), a ser posible unitariamente con UGT, en el caso de que el Gobierno no d¨¦ respuesta positiva a los 14 puntos y siga, como hasta ahora, respondiendo con el silencio, el desprecio o la provocaci¨®n, como hace el se?or Solchaga y el propio Gobierno, al, por ejemplo, responder a nuestra plataforma en vez de con una entrevista con los ministros de Traba o o Econom¨ªa, envi¨¢ndonos a Barrionuevo, lo que expresa la lucidez y voluntad dialogante de este Gobierno.Para avanzar en esa discusi¨®n se hace necesario un Primero de Mayo m¨¢s masivo que nunca y continuar en la l¨ªnea de confluir y converger al m¨¢ximo en las acciones sectoriales. Convergencia que, por s¨ª misma, ni premeditada ni espont¨¢neamente, puede convertirse nunca, de forma no expl¨ªcita y concreta en una huelga general.
Como dec¨ªa el compa?ero Marcelino Camacho el d¨ªa 3 de abril en Madrid, ante 20.000 delegados/as de CC OO de toda Espa?a, no culminar las acciones parciales ser¨ªa facilitar la asimilaci¨®n por el gran capital y el Gobierno, sin mayores costos, de estas grandes luchas, y permitirles seguir con su pol¨ªtica antisocial; los costos econ¨®micos y sociopol¨ªticos ser¨ªan insignificantes para los sectores los dominantes y se habr¨ªa frustrado una gran lucha que no habr¨ªamos sabido capitalizar para nuestra clase.
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