Antonio Henares
Un minusv¨¢lido recibe una oferta millonaria para jugar al baloncesto en Italia
La poliomielitis le afect¨® la pierna derecha cuando ten¨ªa un a?o de edad. As¨ª, fue creciendo y tomando conciencia de s¨ª mismo con su anormalidad como algo normal. El deporte, "lo m¨¢s grande que hay en el inundo", fue su reto, aunque tuviera que afrontarlo desde una silla de ruedas. Ha destacado en varias especialidades, pero sobre todo en el baloncesto. Ahora, a sus 30 a?os, un equipo italiano de disminuidos f¨ªsicos, el Roma, pretende hacerle profesional y le ofrece cinco millones de pesetas por un a?o de contrato, el qu¨ªntuplo de lo que gana como celador en un hospital malague?o. Antonio Henares, ilusionado, piensa aceptar si puede llevarse consigo a su mujer y sus dos hijos.
Los antiguos alumnos del colegio p¨²blico D¨ªaz Lanz, de su pueblo natal, ?lora (M¨¢laga), a¨²n recuerdan c¨®mo Antonio lograba muchos m¨¢s encestes que ellos en aquellas canastas improvisadas hasta con cubos de fregar. Su inferior movilidad la compensaba con su punter¨ªa superior. Todos le quer¨ªan en su grupo. "Nunca tuve complejos", afirma, mientras se recuerda, a los ocho a?os, intentando "no ser diferente" en el recreo.Su esp¨ªritu deportivo le ha ayudado siempre. Se realiza a s¨ª mismo nadando, jugando al tenis de mesa -subcampe¨®n nacional en 1979- o lanzando el peso de cuatro kilos a 7,22 metros de distancia desde su silla de ruedas -tambi¨¦n subcampe¨®n nacional en 1976 y 1977-Pero su pasi¨®n es el baloncesto. En ¨¦l se agiganta desde sus 186 cent¨ªmetros de estatura hasta los 201 a los que, sentado en aqu¨¦lla, alcanza con sus brazos elevados. En ¨¦l es el mejor, e incluso ha intercambiado aut¨®grafos con el ex madridista Fernando Mart¨ªn, actualmente en la Liga Profesional Norteamericana. "En Espa?a, no. Pero en el extranjero -donde acuden a los pabellones de 3.000 a 4.000 espectadores; no como aqu¨ª, que lo hacen 300 o 400- nos los piden los aficionados. La primera vez sent¨ª una ¨ªntima satisfacci¨®n", confiesa.
Antonio Henares fue uno de los fundadores, en 1976, del club malague?o Ademi, que hoy se apellida Prodiecu -una de las consentidas loter¨ªas ?legales, en este caso a favor de los minusv¨¢lidos- porque esta organizaci¨®n contribuye con 600.000 pesetas anuales a hacer m¨¢s llevaderos los gastos de material y desplazamientos -la federaci¨®n no ha tenido subvenci¨®n del Consejo Superior de Deportes hasta este a?o, 33.280.000 pesetas- Y con ¨¦l lo ha ganado casi todo; por ejemplo, los nueve ¨²ltimos campeonatos nacionales. Henares, su presidente por a?adidura, es el catalizador de estos ¨¦xitos, que le han costado tres fracturas de dedos como consecuencia de otros tantos balonazos. "No suele haber accidentes en nuestra modalidad", explica.
Ochenta y seis veces internacional, ha acudido a tres citas ol¨ªmpicas: Montreal 76, Harlem 80 y Londres 84. En la presente edici¨®n de la Copa de Europa de clubes ha vuelto a impresionar en la fase de clasificaci¨®n, a pesar de que el basket-average ha eliminado a su conjunto en beneficio del Roma, precisamente el que le ofrece cinco millones por un ario cuando ¨¦l percibe alrededor de 1,1 millones de pesetas como celador del hospital Carlos Haya, de M¨¢laga. "Me tienta el s¨ª. Puede ser una experiencia bonita. Si me cedieran gratuitamente un apartamento...", medita Henares, que casi se escandaliza si ve a un joven normal "practicando s¨®lo el sill¨®n-ball'.
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