Entre la sorpresa y la emoci¨®n
Witold Lutoslawski y Krzysztof Penderecki, aun pertenecientes a distintas generaciones, constituyen ante el gran p¨²blico el emblema de la actual, m¨²sica polaca. Nacido en Debica el a?o 1933, el punto de partida de la alta fama de Penderecki se produce con La pasi¨®n segun San Lucas, estrenada en el Festival de Venecia de, 1966. Antes, p¨¢ginas orquestales de tanta originalidad, inter¨¦s y nueva expresividad como Threni por las v¨ªctimas de Hirosima y Polymorphia, antes de 1961, hab¨ªan alertado a todos sobre el talento de un m¨²sico al que estaba reservada una dificil haza?a: crear m¨²sica de pensamiento y lenguajes contempor¨¢neos capaz de obtener el asenso estusiasta de grandes audiencias. En seguida surgi¨® una acusaci¨®n en las filas de algunas minor¨ªas profesionales: Penderecki escrib¨ªa pensando s¨®lo en el ¨¦xito.
El m¨²sico se defendi¨®: "Deseo al P¨²blico, pero no compongo para que ¨¦l me aplauda. No obstante, sin dejar de ser fiel a m¨ª mismo, tengo en cuenta a la gran masa de personas que escuchar¨¢n mi m¨²sica y a las que me debo como compositor y como hombre.
Pasaron hoy tales cantilenas y de otra parte, muchos que no se interesaron por Penderecki, debido a su est¨¦tica avanzada se han convertido hoy en sus ardientes defensores. No los necesita una figura de la talla de Penderecki.
En la opera, el triunfo, la belleza y la eficacia dram¨¢tica de Los demonios de Loud¨²n (1969) no ha sido superado por el posterior Para¨ªso perdido.
En cuanto a la nueva manera de entender la m¨²sica religiosa impuesta por Penderecki en todas partes, hay que decir que La pasi¨®n seg¨²n San Lucas no est¨¢ sola sino, acompa?ada de p¨¢ginas maestras como Ultreja y el gran anticipo de Los salmos de David (1958), hasta llegar al Veni Creator, estrenado ahora en la universidad aut¨®noma madrile?a y que por esa intencionalidad universitaria forma paralelo con la Cantata in honorem Almae Matris. Desde que Krzysztof Penderecki vino a Madrid por vez primera, cuando, en el a?o 1965, el entonces jovenc¨ªsimo Jos¨¦ Luis L¨®pez Cobos dirigi¨®, con ¨¦xito fabuloso, el Stabat Mater a tres coros, su relaci¨®n con nuestro pa¨ªs ha sido cada vez m¨¢s frecuente. De modo que su obra es una de las mejor conocidas entre todas las contempor¨¢neas por e1 p¨²blico espa?ol, mayoritario o minoritario. En ella, sin perjuicio de un detallismo en el trabajo y de una prehistoria explorativa, vence siempre el largo aliento human¨ªstico y la potencia de comunicaci¨®n.
Quiz¨¢ el secreto estribe aparte, el genio individual- en las posibilidades del m¨²sico polaco para conectar con el mejor pasado de su pa¨ªs y de Europa; tambi¨¦n, en la juntura de dos virtudes art¨ªsticas que rara vez se re¨²nen en la m¨²sica: la sorpresa y la emoci¨®n.
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