Proceso al hitlerismo
LA DECISI?N adoptada por Washington de prohibir la entrada en Estados Unidos al presidente de Austria, Kurt Waldheim, es un hecho sin precedentes. Ning¨²n jefe de Estado ha sido objeto de una medida semejante. La decisi¨®n no se explica solamente por la fuerza de las organizaciones jud¨ªas. El Departamento de Justicia norteamericano considera fundadas las acusaciones de que Waldheim particip¨® en cr¨ªmenes nazis en los Balcanes. Las negaciones de ¨¦ste no han modificado esa convicci¨®n. Sus reiteradas versiones diferentes de su pasado a medida que han aparecido nuevos datos le han privado de credibilidad. No se trata s¨®lo de EE UU: a los nueve meses de su elecci¨®n, no ha podido realizar a¨²n viajes al extranjero. Ello deber¨ªa ayudar a los austr¨ªacos a comprender el error de elegir a un presidente complicado en unos cr¨ªmenes que el mundo no puede olvidar.En estos d¨ªas se est¨¢n llevando a cabo, o preparando, algunos procesos contra personas culpables de cr¨ªmenes contra la humanidad, desenmascaradas despu¨¦s de d¨¦cadas de vida clandestina. Hoy, el Congreso Mundial Jud¨ªo y el Estado de Israel desempe?an un papel decisivo para cortar cualquier tendencia al olvido. Pero, en el terreno judicial, ciertos procesos plantean dificultades serias. Lo demuestra el cas¨® de Klaus Barbie, que comparecer¨¢ dentro de unos d¨ªas ante un tribunal franc¨¦s. Ha sido condenado dos veces a muerte, en rebeld¨ªa, por asesinatos y torturas cuyo relato resulta escalofriante. Pero ahora tiene que ser juzgado por cr¨ªmenes distintos que entren en la categor¨ªa de "cr¨ªmenes contra la humanidad" y no de "cr¨ªmenes de guerra" que est¨¢n ya prescritos. Ello ha dado lugar a discusiones bizantinas entre las persecuciones de jud¨ªos y de resistentes. Y, cuando ya no viven muchos de los que podr¨ªan denunciar con auto ridad tales maniobras, existen dudas sobre la eficacia de este proceso para dar a quienes no vivieron ese triste pasado una visi¨®n de la criminalidad hitleriana.
Con todo, 42 a?os despu¨¦s, el recuerdo de los cr¨ªmenes del nazismo sigue vivo, y entre las nuevas generaciones existe un deseo de conocer la realidad de un pasado que va m¨¢s all¨¢ de las diferencias ideol¨®gicas.
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