Carmen D¨ªez de Rivera: "La cr¨ªtica sin m¨¢s s¨®lo conduce al aislamiento y a la frustraci¨®n personal"
Carmen D¨ªez de Rivera, de 44 a?os de edad, jug¨® un papel de primera l¨ªnea en la transici¨®n hacia la democracia como directora del gabinete del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez. Hoy, tras 10 a?os de ausencia, vuelve a la pol¨ªtica como sexta candidata por el Centro Democr¨¢tico y Social (CDS) al Parlamento Europeo. En esta larga etapa, donde la ingratitud y la amargura no estuvieron ausentes, Carmen D¨ªez de Rivera ha recuperado su esperanza en la pol¨ªtica y ha fortificado el talante independiente de su personalidad.
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que le ha hecho abandonar su distanciamiento de diez a?os para volver otra vez a la pol¨ªtica?Respuesta. La idea de Europa. La posibilidad de poder colaborar, como espa?ola, en el desarrollo com¨²n de este continente nuestro, que por momentos est¨¢ recuperando un papel preponderante y de ¨¢rbitro entre las dos superpotencias.
P. ?Hay espacio para la esperanza pol¨ªtica para la generaci¨®n que hizo la transici¨®n en Espa?a?
R. Lo hay, lo ha habido y, a pesar de los pesares, este espacio debe ser aumentado.
P. ?Qu¨¦ sugerir¨ªa usted a aquellos que muestran hoy ante la pol¨ªtica una actitud de desenga?o, escepticismo o de desconfianza?
R. No cabe duda de que puede haber motivos para ese descreimiento. Pero la cr¨ªtica sin m¨¢s s¨®lo conduce al aislamiento y a la frustraci¨®n personal. Nos cueste lo que nos cueste, y tal como est¨¢n dispuestas las cosas, s¨®lo el compromiso pol¨ªtico generoso nos puede llevar a la recuperaci¨®n de esta confianza. A mayor desesperanza, mayor debe ser nuestro compromiso.
P. ?Qu¨¦ puede hacer una persona por Europa y por Espa?a si resulta elegida para el Parlamento Europeo?
R. Una labor inmensa, que no se reduce de modo exclusivo y ¨²nico a la Europa de los negocios. Europa es sobre todo una idea de paz, de colaboraci¨®n, de supranacionalidad. Ya no es la Europa de los mercaderes, sino la Europa de los ciudadanos. Fig¨²rese qu¨¦ hermoso campo de actuaci¨®n tiene Espa?a en Europa si aporta, entre otras cosas, la enorme vitalidad de nuestro pueblo.
P. ?Qu¨¦ tiene la pol¨ªtica espa?ola que hace tan dif¨ªcil la incorporaci¨®n de las mujeres a las esferas de decisi¨®n?
R. Bueno, ahora hay algunas mujeres m¨¢s, aunque su n¨²mero resulta ampliamente insuficiente. La raz¨®n estriba, tal vez, en que por lo general las mujeres somos m¨¢s directas y sinceras, menos suficientes, y esto, aunque parezca mentira, resulta un h¨¢ndicap, en la pol¨ªtica espa?ola. La CE ha marcado medidas espec¨ªficas hacia la igualdad de oportunidades, y no debe caber duda de que, si resulto elegida, mi actividad dentro de este campo ser¨¢ infatigable.
P. Si resultara elegida parlamentaria europea, ?cu¨¢les ser¨ªan los principales rasgos de su proyecto pol¨ªtico?
R. La integraci¨®n en la Comunidad Europea es un proceso de negociaci¨®n permanente. Este hecho se olvida con frecuencia. Usted sabe bien que es urgente cambiar la orientaci¨®n actual del presupuesto comunitario para lograr una mayor eficacia y una mejor distribuci¨®n presupuestaria. Hay que estimular la unidad y la cooperaci¨®n entre todos los pueblos europeos para impulsar el progreso social y cultural de todos ellos. Tambi¨¦n ser¨¢ necesaria una mayor informaci¨®n sobre la influencia de la actividad de la CE en Espa?a... tantas y tantas cosas, sin olvidar nunca que Europa es paz y libertad.
P. De los rasgos que definen el perfil pol¨ªtico y humano de Adolfo Su¨¢rez, ?cu¨¢l es el que m¨¢s le llama la atenci¨®n?
R. Su valor y convencimiento, incuestionables, en la defensa de la libertad y la democracia, como qued¨® patente en su mandato presidencial durante la dificultos¨ªsima transici¨®n pol¨ªtica; su gallard¨ªa ante el golpe y su incansable constancia en la lucha pol¨ªtica de cada d¨ªa, a lo largo de la cual, sin aparente desfallecimiento, ha recorrido la llamada "traves¨ªa del desierto" en gran soledad.
P. ?Cree posible revivir situaciones pol¨ªticas tan excepcionales como las que vivi¨® durante la transici¨®n?
R. No. Afortunadamente, la situaci¨®n hoy es otra. La transici¨®n hacia la democracia es ya historia de Espa?a, eso s¨ª, una hermosa p¨¢gina de nuestra historia.
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