Oscar Arias cree llegada la hora de hacer las paces con Nicaragua
El presidente costarricense llega el martes a Espa?a
El presidente de Costa Rica, ?scar Arias S¨¢nchez recabar¨¢ en Europa el apoyo de l¨ªderes tan diversos como Felipe Gonz¨¢lez, Margaret Thatcher y Helmut Kohl para su plan sobre Centroam¨¦rica, convencido de que "la paz tiene una hora y que su b¨²squeda ya no puede seguir dilat¨¢ndose en incontables reuniones". Arias, que llega el martes a Madrid, se puede permitir una ausencia de casi un mes de su pa¨ªs sin temor a que un militar intente sustituirle. Costa Rica no tiene ej¨¦rcito. "Nuestro ¨²nico ej¨¦rcito son 35.000 maestros", afirma orgulloso el presidente. Arias lleg¨® a la presidencia de la rep¨²blica prometiendo la paz y diciendo que quer¨ªa ver a sus hijos caminando con una cartera bajo el brazo y no con un fusil encima del hombro. "Y quiero cumplir con eso".En una entrevista con EL PAIS en la casa presidencial de San Jos¨¦, un b¨²nker de cemento con un estanque interior que constituye un mal remedo de la arquitectura oficial de Brasilia, ¨®scar Arias se manifest¨® pesimista sobre la suerte de su plan de paz. Citando a Oscar Wilde en La balada de Reading -Arias es un angl¨®filo educado en la Universidad de Essex y en la London School of Economics-, el presidente costarricense se quej¨® de que ning¨²n pa¨ªs se atreve a enfrentarse directamente a su propuesta, pero "los valientes matan con una espada, pero el cobarde lo hace con un beso". Arias, un socialdem¨®crata cuyo h¨¦roe pol¨ªtico es John Kennedy, no quiso identificar a los cobardes de esta historia.
El plan Arias -un Contadora simplificado y despojado de sus aspectos m¨¢s conflictivos, que pone m¨¢s ¨¦nfasis en la democra cia que en los aspectos de seguridad y militares- ha alcanzado amplia fama en Estados Unidos, donde se ha convertido, pr¨¢cticamente, en la alternativa de los dem¨®cratas -que hasta ahora carec¨ªan de respuestas propias y casi siempre acababan dej¨¢ndose torcer el brazo por la Casa Blanca- a la pol¨ªtica beligerante de Ronald Reagan hacia Nicaragua.
Propone un alto el fuego, seguido de una amnist¨ªa, el cese del apoyo norteamericano a la contra y negociaciones democr¨¢ticas entre los sandinistas y la oposici¨®n interna. Y para no quedarse en agua de borrajas fija plazos al proceso pacificador. El Senado norteamericano aprob¨® la esencia de su plan por 97 votos contra uno.
Incluso el proyecto de ?scar Arias puede ser finalmente capitalizado por Reagan, quien, envuelto en el Irangate, necesita aparecer ante el Congreso con una imagen dialogante y partidario de la diplomacia. Esta es la ¨²nica posibilidad de conseguir el pr¨®ximo oto?o en el Congreso nuevos fondos para la contra.
Insistencia en la democracia
"Estados Unidos aplaude esta iniciativa y apoya sus objetivos generales". Para el presidente lo m¨¢s importante del plan es su "insistencia en la democracia para Nicaragua", pero Washington rechaza el cese del apoyo a la contra y considera inadmisible que el plan no obligue a los sandinistas a reducir su ej¨¦rcito. En compensaci¨®n, permitir¨ªa a EE UU, a diferencia de Contadora, seguir utilizando Honduras como portaviones yanqui en Centroam¨¦rica.Arias no quiere provocar grandes expectativas y teme que no salga nada en limpio de la reuni¨®n de los presidentes centroamericanos, del 25 de junio en Esquipulas (Guatemala), acaso ¨²nicamente la convocatoria de elecciones para un Parlamento centroamericano. "Yo no quiero darle largas a esto". Hay un sentido de urgencia en lo que propongo. Ser¨ªa burlar el di¨¢logo y la negociaci¨®n seguir hablando y hablando sin llegar a un acuerdo". En ese caso cree que su propuesta habr¨¢ muerto.
¨®scar Arias procede de una de las familias de la oligarqu¨ªa cafetalera, con la importante salvedad de que en Costa Rica los oligarcas no son lo mismo que en El Salvador o en la Nicaragua de Somoza. Desde que ten¨ªa cinco a?os, lo cuenta su maestro, el peque?o ¨®scar ya quer¨ªa ser presidente, para lo que se prepar¨® met¨®dicamente. Incluso se dice en San Jos¨¦ que eligi¨® como esposa a una perfecta primera dama que le pudiera ayudar pol¨ªticamente.
Preside, sin polic¨ªas de escolta ni aparato de poder alguno, sobre un pa¨ªs que aunque no pueda ya considerarse la Suiza de la regi¨®n (soporta una deuda externa de 4.500 millones de d¨®lares, que no paga, una de las m¨¢s fuertes per capita despu¨¦s de Israel y Nicaragua, sobre la que est¨¢ a punto de llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional) contin¨²a siendo un oasis de sosiego, bienestar y civilidad en una zona militarizada y en abierto conflicto civil. Aqu¨ª no hay guerrilla, por no haber tampoco hay ej¨¦rcito (una guardia civil rural hace las veces de fuerza de seguridad), y existe una clase media que hace improbable un estallido social. Tampoco hay sentimiento ant¨ªnorteamericano ni la tensi¨®n de clases tan patente en Guatemala o El Salvador.
Arias, que tiene algo de Felipe Gonz¨¢lez en su manera de hablar en c¨ªrculos y en su tendencia a la pedagog¨ªa pol¨ªtica, se manifiesta preocupado por todo el apoyo verbal que est¨¢ consiguiendo su plan de paz, algo que tambi¨¦n ocurri¨® con Contadora, en cuyo esp¨ªritu se enmarca su propuesta. "Nadie, l¨®gicamente, se opone a un plan de paz y todo el mundo escoge de la propuesta los aspectos que le convienen". Est¨¢ dispuesto a negociar algunos de sus aspectos, pero no su esencia porque, afirma, "la democracia no es negociable".
"Siempre fui adversario, como mi partido, de Somoza. A Jos¨¦, don Pepe, Pigueres, le invadi¨® dos veces mientras fue presidente de Costa Rica, y por eso el pueblo costarricense se identific¨® inicialmente con la insurrecci¨®n sandinista. Les facilitamos territorio para que hicieran su revoluci¨®n. Por eso le doy el ¨¦nfasis al aspecto de democratizaci¨®n en mi iniciativa".
Liderazgo en la regi¨®n
Costa Rica, la id¨ªlica rep¨²blica rural que ha vivido de ser la ¨²nica democracia constante y real en Centroam¨¦rica recibiendo dinero a cambio de Estados Unidos y Europa, quiere ejercer ahora un papel de liderazgo en la regi¨®n. Arias se tiene que enfrentar, en el interior del pa¨ªs, a una opini¨®n p¨²blica celosamente antinicarag¨¹ense, por razones hist¨®ricas no derivadas ¨²nicamente del r¨¦gimen sandinista."El plan Arias posibilitar¨¢ la consolidaci¨®n de los sandinistas en el poder", dijo a EL PAIS el director de La Naci¨®n, el principal peri¨®dico del pa¨ªs y de Centroam¨¦rica, Eduardo Ulibarri. Hasta ahora su plan tiene un fuerte apoyo interno, incluido el del partido de la oposici¨®n y se beneficia de la imagen de l¨ªder regional que confiere a Costa Rica.
Arias camina por una cuerda floja y sin red. Existe el peligro de que, en Esquipulas, s¨®lo Nicaragua, que en principio hab¨ªa rechazado la propuesta de Arias, se sume al plan costarricense. Esto provocar¨ªa serios problemas ¨ªnternos a Arias. El presidente tico, jugando constantemente con su anillo de boda, se neg¨® a explicar para EL PAIS las posiciones de los pa¨ªses centroamericanos por motivos de prudencia diplom¨¢tica. Ha enviado emisarios a todos ellos y ha reestablecido un di¨¢logo roto con Managua. Incluso es posible que Daniel Ortega retire la denuncia por violaci¨®n de los derechos humanos presentada contra Costa Rica en el tribunal internacional de La Haya por la utilizaci¨®n de su territorio por los contras.
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