La dif¨ªcil resistencia a las presiones de Estados Unidos

?scar Arias no contesta frontalmente a la pregunta de qu¨¦ capacidad de maniobra tiene el presidente de Costa Rica -que desde 1981 ha recibido m¨¢s de 600 millones de d¨®lares de ayuda de EE UU- para aguantar las presiones de Washington y mantener una postura independiente en la crisis de Centroam¨¦rica. La Embajada de EE UU en San Jos¨¦ es m¨¢s que una embajada. Estados Unidos est¨¢ acostumbrado, hist¨®ricamente, a contar siempre con la luz verde de Costa Rica, la democracia que tutela econ¨®micamente y a la que presenta orgullosamente como modelo."?ste es un pa¨ªs cuyo pueblo es amigo de Estados Unidos. No hay un sentimiento antinorte americano como s¨ª lo hay en otros pa¨ªses latinoamer¨ªcanos", cuenta Arias. "Y la explicaci¨®n es nuestra propia historia. EE UU ha estado siempre de parte de la democracia costarricense, y cuando, en 1917, un peque?o nubarr¨®n manch¨® el historial democr¨¢tico y vino un golpe de Estado, el presidente Woodrow Wilson no reconoci¨® al militar que se alz¨®, el general Federico Tinoco, y le forz¨® a restituir la democracia".

"Al contrario que sucede con otros pa¨ªses, en que Washington ha sido el aliado de los militares, Costa Riga ha sido un buen aliado de la democracia. Como con todo amigo, unas veces se coincide y otrasveces se discrepa. ?sa es la verdadera amistad. Yo he sido muy exigente para que los nicarag¨²enses que viven aqu¨ª, que no ser¨¢n menos de 150.000, no abusen de la hospitalidad de nuestro pueblo y no utilicen nuestro territorio para poner en peligro nuestra neutralidad. Y esto crea una diferencia muy grande con Washington, que cree que la salida es seguir ejerciendo presi¨®n sobre el Gobierno de Managua por medio de los contras. Y yo creo que no. Y mi respuesta es el plan de paz

Con el anterior presidente, Luis Alberto Monge, las cosas eran m¨¢s f¨¢ciles para Estados Unidos, pero con la llegada de Arias al poder, en mayo de 1986, el panorama ha cambiado. Antes de su toma de posesi¨®n, unas declaraciones del nuevo presidente condenando abiertamente la ayuda a la contra fueron contestadas con la retirada temporal del embajador norteamericano en San Jos¨¦. Arias une a su fuerte rechazo conceptual del sandinismo una defensa m¨¢s activa de la pol¨ªtica de neutralidad para mantenerse realmente al margen del conflicto de Nicaragua.

Para ello tiene que realizar un diricil equilibrio entre el poderoso vecino del Norte, que da por sentado un alineamiento autom¨¢tico y una opini¨®n p¨²blica muy pro americana, inmersa en el consumismo y en la forma de vida de EE UU.

Arias ha detenido hasta el m¨¢ximo que puede controlar laactividad armada de los contras en su frontera norte, abortando el sue?o de la CIA de formar un frente sur contra los sandinistas desde Costa Rica. Denunci¨® y cerr¨® la pista secreta de aterrizaje que Oliver North, Secord y los hombres de la Agencia Central de Inteligencia utilizaban en su pa¨ªs para suministrar armas a los antisandinistas. Esto le cost¨® una bronca con el embajador norteamericano y un enfriamiento de las relaciones con Washington. El ex general Richard Secord afirm¨® esta semana, en las audiencias del Congreso sobre el Irangate, que "con el Gobierno de Arias no encontramos en Costa Rica el apoyo que pens¨¢bamos hallar".