Filipinas da otro paso
AUNQUE NO se conocen a¨²n los resultados oficiales de las elecciones filipinas, los recuentos de votos efectuados hasta ahora indican una victoria rotunda de la coalici¨®n Fuerza Popular, que agrupa a los partidarios de la presidenta Coraz¨®n Aquino.Este hecho tiene una enorme importancia para el futuro del pa¨ªs porque representa en cierto modo la culminaci¨®n de una transici¨®n democr¨¢tica compleja y dif¨ªcil. Por primera vez desde hace m¨¢s de 20 a?os los filipinos han podido votar en libertad. Aunque una larga campa?a de dos meses, con guerrillas actuando en diversas regiones, ha dado lugar a bastantes choques con muertos y heridos, cabe decir, recordando el pasado, que estas elecciones han sido m¨¢s libres que las de ¨¦pocas anteriores. L¨¢ participaci¨®n de un 90%, de los electores testimonia adem¨¢s la voluntad,democr¨¢tica del pueblo filipino.
Desde la ca¨ªda del dictador Marcos en febrero del a?o pasado, Coraz¨®n Aquino ha tenido que avanzar, en ciertas etapas, por el filo de la navaja. Una parte del Ej¨¦rcito -que se sum¨® a ¨²ltima hora al movimiento popular para eliminar a Marcos- intent¨® interrumpir el proceso democr¨¢tico, y el clima de inseguridad se ha manifestado en varias intentonas golpistas de militares apoyados por figuras civiles del antiguo r¨¦gimen.
En la actualidad, con una nueva constituci¨®n, aprobada en febrero, y el escrutinio electoral favorable al partido de la presidenta, podr¨ªa abrirse una nueva etapa. No es vano, sin embargo, tener en cuenta que estas elecciones han hecho resurgir los viejos h¨¢bitos de la corrompida pol¨ªtica filipina. As¨ª, en muchas candidaturas, tanto de derecha como de izquierda, han reaparecido familias y clanes acostumbrados a manejar m¨¢quinas electorales caciquiles. No va a ser extra?o, pues, que en las nuevas c¨¢maras, al lado de muchas caras nuevas, figuren no pocos "viejos pol¨ªticos".
En cuanto a los resultados, los correspondientes al Senado ofrecen la imagen m¨¢s directa del sentido global del voto, ya que sus 24 miembros son elegidos a escala nacional. Aqu¨ª la victoria de Fuerza Popular ha superado las previsiones del propio Gobierno. De hecho, la principal formaci¨®n de la derecha opositora, la Gran Alianza para la Democracia, del ex ministro Ponce Enrile, tendr¨¢ una representaci¨®n escas¨ªsima; y quedan fuera del Senado la coalici¨®n de izquierda y el partido que defiende abiertamente a Marcos. En los momentos de redactar estas l¨ªneas no se dispone de datos sobre la composici¨®n del Congreso, pero no hay duda de que la victoria de la presidenta es tambi¨¦n rotunda en esta otra c¨¢mara.
Con este panorama ser¨ªa l¨®gico suponer que a partir de ahora Coraz¨®n Aquino gobernara con mayor tranquilidad. Pero no es seguro que as¨ª sea. Las acusaciones de fraude de Ponce Enrile, respaldadas por declaraciones de portavoces de la izquierda, indican que el clima puede seguir cargado de amenazas golpistas. Si, de otra parte, los comunistas no obtienen ninguna representaci¨®n parlamentaria, su integraci¨®n como partido legal y con una actividad pol¨ªtica normal se ver¨ªa dificultada. De ser ¨¦ste el resultado final, quedar¨ªa mermada la eficacia de las elecciones. Sobre todo cuando las nuevas c¨¢maras necesitan abordar problemas de fondo, sin lo cual ser¨¢ imposible que la democracia ponga fin al c¨¢ncer que representan las guerrillas comunistas y musulmanas. Ciertamente, la aprobaci¨®n y puesta en marcha de una aut¨¦ntica reforma agraria es necesaria para que cese el apoyo campesino a unas guerrillas comunistas que existen desde hace 18 a?os. Por otra parte, una autonom¨ªa generosa es ineludible si se quiere poner fin a las guerrillas en las zonas de mayor¨ªa musulmana. Las dudas suscitadas desde diversos ¨¢ngulos sobre la limpieza absoluta de las elecciones son ahora un elemento que levanta el temor a la sedici¨®n, pero que no debe impedir el camino de consolidaci¨®n y pacificaci¨®n democr¨¢ticas.
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